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médico que realiza la técnica. En los pacientes con diátesis hemorrá-

gicas graves,es mejor elegir un punto de punción donde la hemorragia

de la vena o la arteria adyacente puedan detectarse y controlarse

fácilmente mediante compresión local. En este caso, resultaría preferi-

ble un abordaje de una vena yugular interna o externa antes que la

cateterización de la subclavia. Los pacientes con enfisema grave, u

otros con complicaciones graves, en caso de neumotórax serían

mejores candidatos para la canalización yugular interna derecha que

para la canalización subclavia, debido al mayor riesgo de neumotórax

con el segundo abordaje. Si se requiriese un marcapasos transvenoso

en una situación de emergencia, se recomienda la cateterización de la

vena yugular interna derecha, pues proporciona el trayecto más

directo al ventrículo derecho. Los enfermos con traumatismos cervi-

cales inmovilizados con un collarín rígido son reanimados mejor

mediante la canalización femoral o subclavia; en el segundo caso

puede realizarse incluso con mayor seguridad si se evita el riesgo de

neumotórax porque se haya colocado previamente un tubo de tora-

costomía. El médico debe reconocer que la longitud del catéter inser-

tado para colocar del modo adecuado el extremo del catéter en la vena

cava superior varía según el punto de punción, que es ligeramente

(3-5cm) mayor cuando se eligen las venas yugulares interna izquierda

o externa frente a la vena yugular interna derech

a 92 .

Por último, la

experiencia personal del médico desempeña sin duda una función

significativa en la determinación del lugar más seguro para la canali-

zación venosa central, sobre todo cuando la técnica se realiza en cir-

cunstancias de urgencia o emergencia.

Desde su introducción en la práctica clínica en los últimos años

de la década de 1960, la punción percutánea de la vena yugular interna

ha sido el método preferido por los anestesiólogos para la canalización

venosa centra

l 93–95 .

Los motivos para esta preferencia comprenden la

localización anatómica constante y predecible de la vena yugular

interna,las referencias fácilmente identificables y palpables en la super-

ficie y un trayecto corto y recto hacia la vena cava superior. Un catéter

en la vena yugular interna es fácilmente accesible durante la mayoría

de los procedimientos quirúrgicos y presenta un índice de canulacio-

nes con éxito de aproximadamente el 90-99% de los caso

s 94,96 .

Canalización de la vena yugular interna derecha

Se han descrito numerosas técnicas diferentes para la canalización

de la vena yugular interna, si bien el abordaje «central» descrito por

Daily y cols. se encuentra entre los más populares y se describe aquí

con mínimas modificacione

s 97

. Una colocación cuidadosa propor-

cionará comodidad al enfermo, mejorará la identificación de las

referencias en la superficie y aumentará la probabilidad de punción

venosa satisfactoria. El paciente se coloca en decúbito supino con la

cabeza girada ligeramente a la izquierda, con objeto de exponer el

lado derecho del cuello y evitar que la barbilla interfiera en la técnica.

Se han de retirar las almohadas que produzcan flexión del cuello,

pero deben evitarse la extensión cervical forzada o la rotación

extrema hacia la izquierda, ya que esto podría alterar la anatomía

vascular cervical, hacer que la vena yugular se superponga a la arteria

carótida y aumentar el riesgo de punción de la arteria carótid

a 98 .

Las

referencias anatómicas, como la escotadura esternal, la clavícula y el

músculo esternocleidomastoideo, deberían localizarse antes de la

preparación y la colocación de paños para la técnica estéril, pues

estas referencias se aprecian mejor antes de que se encuentren

cubiertas por los paños estériles

( fig. 30-20

). El paciente debería estar

tranquilo, sedado, recibiendo oxígeno adicional si fuese necesario y

1052

Control de la anestesia

III

Figura 30-20

 Técnica para la canalización venosa central de la vena yugular interna derecha.

A,

Se identifican las referencias superficiales significativas.

B,

Se

palpa el trayecto de la arteria carótida interna.

C,

Se punciona la vena yugular interna en el vértice del triángulo formado por las dos inserciones del músculo

esternocleidomastoideo, con la punta de la aguja dirigida al pezón ipsilateral.

D,

Se introduce una guía en la vena a través de la aguja de pared fina.

E,

La vía

venosa central se inserta sobre la guía mientras se asegura que el extremo proximal de la guía protruye más allá del catéter y es controlada por el médico.