Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1057 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1057 / 2894 Next Page
Page Background

bajo circunstancias excepcionales debería tolerarse la canalización

prolongada de la arteria carótida, ya que existe un alto riesgo de

arteritis, formación de trombos y embolización cerebra

l 151

.

Las

lesiones vasculares

debido a la cateterización venosa

central, tienen varias consecuencias clínicas. Las complicaciones

menores más frecuentes son el hematoma localizado y la lesión de

las válvulas venosa

s 152 .

Las complicaciones más graves comprenden

la perforación vascular del espacio pleural o mediastínico, que

causa hidrotórax, hemotórax, hidromediastino, hemomediastino y

quilotórax o una combinación de esas secuela

s 113,153–156 .

Se han

registrado otras lesiones vasculares catastróficas, pero afortunada-

mente poco comunes, como la perforación aórtica y la avulsión de

la vena facia

l 111,157

. Las complicaciones vasculares tardías, tras la

cateterización venosa central, son infrecuentes, pero deberían con-

siderarse consecuencias potenciales de esta técnica. En la literatura

se han descrito varias complicaciones de este tipo, como la fístula

aortoauricular, la fístula venobronquial, la fístula arteria carótida-

vena yugular interna y la formación de seudoaneurisma

s 158–161

.

La complicación más grave y potencialmente mortal de la

cateterización venosa central es el

taponamiento cardíaco

como con-

secuencia de la perforación de la vena cava superior intrapericárdica,

la aurícula derecha o el ventrículo derecho y el hemopericardio

resultante o la infusión pericárdica accidental de líquido intrave-

nos

o 162

. Esta lesión fue la segunda complicación en frecuencia de las

relacionadas con los catéteres venosos centrales en frecuencia en el

análisis del Closed Claims Project de la American Society of Anes-

thesiologists de 200

4 163

. El taponamiento cardíaco produjo la muerte

en un 81% de los casos de este informe y muestra con frecuencia

una presentación diferida (de 1 a 5 días), lo que indicaría que esta

complicación suele estar más relacionada con el mantenimiento y

uso del catéter que con el procedimiento de la consecución del

acceso vascular. La mayoría de los informes indica la naturaleza

evitable de este grave suceso y subraya que los enfermos se encuen-

tran predispuestos a tal complicación si los extremos del catéter

venoso central están mal colocados en las cámaras cardíacas o se

apoyan en la pared de la vena cava superior en ángulo agudo, lo que

se reconoce desde el punto de vista radiológico como una ligera

curvatura del extremo del catéter en la vena cava superio

r 164 .

Estas

observaciones subrayan la obligatoriedad de la confirmación radio-

lógica de la adecuada localización del extremo del catéter, con inde-

pendencia de si el catéter se inserta en un punto central o periférico.

De hecho, en muchos informes iniciales sobre perforación cardio-

vascular por catéter se sugiere que los catéteres periféricos pueden

presentar un riesgo inusualmente alto de esta complicación, ya que

la abducción del brazo puede hacer que avance el extremo del catéter

hasta que se localice en una posición peligrosa en el corazó

n 133,165

.

Cuando el taponamiento cardíaco está causado por una perforación

cardíaca inducida por el catéter, los síntomas se desarrollan con

rapidez, por lo que el médico debe tener un alto índice de sospecha

si se produce una hipotensión grave en cualquier paciente con un

catéter venoso central. Las arritmias cardíacas pueden proporcionar

una orientación inicial a la localización intracardíaca del extremo del

catéte

r 134 .

De modo ocasional, se requieren radiografías posteroan-

terior y lateral de tórax, así como la inyección de contraste radiopaco

para localizar el extremo del catéter con precisió

n 166

.

El

neumotórax

se cita a menudo como la complicación más

común de la canalización venosa central, aunque parece que la

punción arterial accidental es más frecuente que el neumotórax,

incluso en la punción de la vena subclavi

a 46,119 .

Mansfield y cols.

registraron una incidencia del 1,5% de neumotórax y del 3,7% de

punción de la arteria subclavia en 821 pacientes sometidos al intento

de canalización de la vena subclavi

a 119

. El neumotórax es menos

frecuente con el abordaje yugular interno. Shah y cols. registraron

una incidencia del 0,5% de neumotórax en su serie de casi 6.000 ca­

teterizaciones de la yugular intern

a 149

. Esto probablemente es una

sobreestimación conservadora, pues la mayoría de los pacientes en

esta serie se sometió a esternotomía media para cirugía cardíaca, una

técnica que podría haber provocado el neumotórax en muchos de

ellos. Los neumotórax pequeños pueden tratarse con observación.

La toracostomía con tubo es el mejor tratamiento de los neumotórax

más grandes o de los que aparecen en pacientes sometidos a venti-

lación mecánica con presión positiva o en aquellos programados

para cirugía mayor. El médico siempre debe estar preparado para la

posibilidad de un neumotórax a tensión y sus adversas secuelas

hemodinámicas. Además del neumotórax, se han registrado otras

lesiones de las vías respiratorias con la cateterización venosa central,

como el enfisema subcutáneo y mediastínico, la perforación traqueal

y la rotura del manguito de un tubo endotraquea

l 167

.

La

lesión nerviosa

es otra complicación potencial de la canali-

zación venosa central.Pueden producirse lesiones en el plexo braquial,

el ganglio estrellado, el nervio frénico o las cuerdas vocale

s 168,169

. Asi-

mismo se han atribuido síndromes de dolor crónico a esta técnic

a 170

.

Complicaciones tromboembólicas de la cateterización

venosa central

La trombosis secundaria a catéter es un riesgo significativo asociado

a la cateterización venosa central y se produce hasta en un 21,5% de

los pacientes con catéteres en la vena femoral y en el 1,9% de los

catéteres en la vena subclavi

a 118

.Los catéteres situados en posición baja

en la aurícula derecha son más propensos a la formación de trombos,

posiblemente debido a la irritaciónmecánica del catéter sobre el endo-

cardio de la aurícula derech

a 171

.Los trombos que se forman en la punta

del catéter o que se adhieren al endocardio presentan el potencial de

convertirse en nido de infección, producir un síndrome de vena cava

superior o embolizar en la circulación pulmona

r 172,173

. En algunas

ocasiones puede ser necesaria su extracción quirúrgic

a 174 .

Aparte de la tromboembolia, otras complicaciones embólicas

de la cateterización venosa central son las embolias de catéter, de guía

Monitorización cardiovascular

1057

30

Sección III

Control de la anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

Cuadro 30-5

 Complicaciones de la monitorización

de la presión venosa central

Mecánicas

Lesión vascular

Arterial

Venosa

Hemotórax

Taponamiento cardíaco

Dificultad respiratoria

Compresión de las vías respiratorias por hematoma

Lesión traqueal o laríngea

Neumotórax

Lesión nerviosa

Arritmias

Enfisema subcutáneo/mediastínico

Tromboembólicas

Trombosis venosa

Embolia pulmonar

Trombosis y embolia arterial (aire, coágulos)

Embolia por el catéter o la guía

Infecciosas

Infección del punto de inserción

Infección del catéter

Infección hematógena

Endocarditis

Mala interpretación de los datos

Mal uso del equipo