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Otros usos de la VPS se concentran en la parte

Up del trazado

de la presión arterial. Al igual que la

Down puede mostrar

cambios en la precarga cardíaca, la parte

Up del trazado de la

presión arterial puede proporcionar información sobre la depen-

dencia del ventrículo izquierdo de la poscarga.

Como indicador dinámico de la precarga cardíaca, la VPS y

la

Down proporcionan una valiosa información clínica más allá

de la que ofrecen indicadores estáticos de la precarga como la PVC

o la PEAP. Posiblemente, la magnitud de la variación de la presión

predice de una forma fiable los pacientes que responderán a una

posterior infusión de volumen con un aumento del volumen sistó-

lico y del gasto cardíaco. Tavernier y cols., utilizando análisis de

curvas receptor-operador mostraron que, en comparación con la

PEAP o el área telediastólica del ventrículo izquierdo,

Down era

un mejor indicador de la respuesta a la infusión de volume

n 79 .

Otro indicador dinámico de respuesta a la infusión de volumen

es la

variación de la presión del pulso

(VPP), que se define como la

máxima diferencia en la presión del pulso arterial medida durante el

transcurso del ciclo de respiración con presión positiva dividida por la

media entre las presiones del pulso máxima y mínim

a 80,81 ( fig. 30-19

).

La VPP normal no debería exceder el 13

% 82 .

Además de la VPS y la

VPP, existen nuevos métodos de análisis del contorno de la onda del

pulso para la determinación del gasto cardíaco (v. más adelante) que

permiten la determinación en línea de las variaciones del volumen

sistólico del ventrículo izquierdo, denominado

variación del volumen

sistólico

(VVS). Al igual que los otros indicadores dinámicos relacio-

nados de respuesta a la infusión de volumen, la VVS normal es de

aproximadamente el 10%. Una variación mayor predice con fiabilidad

una respuesta positiva a una sobrecarga de líquido

s 83 .

Otros enfoques

de la valoración de la respuesta a la infusión de volumen se han cen-

trado en las variaciones de la pletismografía del pulso inducidas por

el ciclo respiratorio, aunque esta señal fisiológica está incluso más

sujeta a las influencias que producen confusión de lo que está la onda

de presión arteria

l 82,84 .

A pesar de la evidencia rápidamente creciente del valor de

la VPS y de la VPP y de las determinaciones relacionas como pre-

dictores fiables de la precarga cardíaca, no han tenido una amplia

adopción clínica por diversas razones. La descripción original de

este método precisaba una interrupción transitoria de la ventila-

ción mecánica para identificar una línea basal apneica para la

determinación de las

Down y

U

p 75 .

Los nuevos sistemas de

monitorización utilizan algoritmos computerizados para medir y

presentar de forma continua la VPS o la VPP, aunque dichas medi-

ciones automáticas aún no se encuentran disponibles de rutina en

los monitores de cabecera del enfermo estánda

r 85,86

.

Diversos factores adicionales han impedido una aplicación

más amplia de la VPS y la VPP como monitorización para la res-

puesta a la infusión de volumen. La magnitud de la variación de la

presión arterial que se observa en un determinado paciente estará

influida por los parámetros de la ventilación a presión positiva,

entre los que se incluyen el volumen corriente y la presión inspira-

toria pico. La VPS y la VPP no se pueden utilizar de una forma

fiable en los pacientes con arritmias cardíacas o con cambios signi-

ficativos en la distensibilidad de la pared torácica o pulmonar.

Como se ha comentado previamente, las variaciones de la presión

arterial inducidas por el ciclo respiratorio no están relacionadas

únicamente con los cambios en la precarga ventricular izquierda

1050

Control de la anestesia

III

Figura 30-17

 Ondas inusuales de presión arterial.

A,

El

balón de

contrapulsación intraaórtica

con una frecuencia asistida por balón de 1:2

produce un cambio característico en la onda de presión arterial. Se muestran

cuatro ciclos cardíacos, dos con asistencia de balón y dos sin ella. 0, Presión

telediastólica sin asistencia; 1, presión sistólica sin asistencia; 2, hendidura

dícrota; 3, presión diastólica asistida o aumentada; 4, descenso telediastólico o

presistólico; 5, presión sistólica con asistencia. La reducción eficaz de la poscarga

por el balón intraaórtico se demuestra en el mayor descenso de la presión

presistólica con asistencia (4) respecto a la presión telediastólica sin asistencia (0)

y el menor pico de presión sistólica con asistencia (5) respecto al pico de presión

sistólica sin asistencia (1).

B,

Onda de presión arterial durante la circulación

extracorpórea. Aparecen pequeñas variaciones fásicas de presión

(flechas)

debido a la acción mecánica de la bomba de la circulación extracorpórea. La

velocidad del flujo en la bomba puede estimarse midiendo estas pulsaciones. En

un intervalo de tiempo de 3 segundos, se registran diecinueve pulsaciones. En

tal caso, la bomba configurada con un tubo de 0,95cm tiene un volumen

sistólico eficaz de 27ml. La velocidad del flujo en la bomba puede calcularse

como sigue: (19pulsaciones/3 segundos)×(1 revolución de la bomba/

2 pulsaciones)×(27ml/revolución)×(60s/min)=5.130ml/min. Esta velocidad

calculada del flujo en la bomba debería igualar la velocidad del flujo mostrada en

la consola de la bomba (es decir, 5,2l/min).

(De Mark JB:

Atlas of Cardiovascular

Monitoring.

Nueva York, Churchill Livingstone, 1998, figs. 20-3 y 19-8.)

Figura 30-18

 Variación de la presión sistólica. En comparación con la presión sistólica medida en el momento alfa (1), se produce un pequeño incremento

durante la inspiración con presión positiva (2,

Up), seguido de una disminución (3,

Down). En condiciones normales, la variación de la presión sistólica total

no excede los 10mmHg. En ese caso, la gran

Down indica hipovolemia, aunque tanto la presión arterial sistólica como la frecuencia cardíaca sean

relativamente normales.

(De Mark JB:

Atlas of Cardiovascular Monitoring.

Nueva York, Churchill Livingstone, 1998,

fig. 16-16.)