Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1046 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1046 / 2894 Next Page
Page Background

Una de las características más significativas de la onda de

presión arterial es el fenómeno de la amplificación distal del pulso.

Las ondas de presión registradas de forma simultánea desde distintas

arterias tendrán morfologías diferentes debido a las características

físicas del árbol vascular, sobre todo a la impedancia y a la resonancia

armónic

a 21,60 ( fig. 30-12

). Según se dirige la onda de la presión arte-

rial desde la aorta central hasta la periferia, se producen varios

cambios característicos. El ascenso arterial se vuelve más pronun-

ciado, el pico sistólico es más alto, la hendidura dícrota aparece más

tarde, la onda diastólica se hace más prominente y la presión teledias-

tólica disminuye. Por tanto, cuando se compara con la presión aórtica

central, las ondas de presión arterial periférica tienen una presión

sistólica más elevada, una presión diastólica menor y una presión de

pulso más ancha. Además, existe un retraso en la llegada del pulso

de la presión a los puntos periféricos, de ahí que el ascenso de la

presión sistólica comience aproximadamente 60ms más tarde en

la arteria radial que en la aorta. Pese a las diferencias morfológicas

y temporales entre las ondas arteriales periféricas y centrales, la

PAM en la aorta es sólo algo más elevada que la de la arteria radial.

La reflexión de la onda de presión es el factor predominante

que influye en la forma de la onda de la presión arterial conforme

se dirige a la periferi

a 60

. Según se dirige la sangre desde la aorta a la

arteria radial, la presión media disminuye sólo ligeramente debido

a la escasa resistencia al flujo en las principales arterias que la con-

ducen. En las arteriolas, la presión arterial media se reduce de forma

relevante como consecuencia del incremento espectacular en la

resistencia vascular. Esta elevada resistencia al flujo disminuye las

pulsaciones de la presión en los vasos más pequeños dispuestos a

continuación, pero aumenta los pulsos de presión arterial de forma

retrógrada a causa de la reflexión de la onda de presió

n 63 .

Estos

fenómenos intrínsecos vasculares determinan la forma de la onda

de pulso arterial de distintos puntos del cuerpo, tanto en los estados

de salud como en los de enfermedad. Por ejemplo, los pacientes

ancianos tienen una distensibilidad arterial reducida, lo que produce

un retorno rápido de las ondas de presión reflejadas, un aumento

en la presión de pulso, un pico tardío de presión sistólica y la des-

aparición de la onda de presión diastólica

( fig. 30-13 )

.

A partir de estas consideraciones, parece evidente que la mor-

fología de la onda arterial y los valores precisos de la presión arterial

sistólica y diastólica varían a lo largo del cuerpo en condiciones nor-

males en individuos que, por lo demás, están sanos. Es quizá más sig-

nificativo el hecho de que la relación entre la presión arterial central y

periférica varía con la edad y se ve alterada por diversos cambios fisio-

lógicos, circunstancias patológicas e intervenciones farmacológicas.

Gradientes de presión arterial

Además de los fenómenos fisiológicos normales que ejercen influen-

cia sutil sobre la onda de presión arterial, varias circunstancias pato-

lógicas provocan un gradiente exagerado de presión arterial en el

organismo. Frank y cols. demostraron que el 21% de los pacientes

sometidos a cirugía vascular periférica tenía una diferencia de

presión arterial entre ambos brazos que supera los 20mmH

g 64 .

En

vista de la prevalencia de este problema, cuando la presión arterial

es menor en un brazo que en el otro o cuando los pulsos son más

débiles en un lado nunca debería insertarse un catéter arterial en el

lado donde el pulso es más débil, ya que la determinación de la

presión arterial en este punto probablemente infravalorará la verda-

dera presión aórtica.Además de la aterosclerosis, otras circunstancias

patológicas como la disección o la embolia arterial impiden una

adecuada monitorización de la presión en los puntos afectados.

Las posiciones inusuales del enfermo durante la cirugía pueden

causar compresión arterial regional y retracción quirúrgica; sobre

todo durante las intervenciones cardiotorácicas, pueden producir

compresión vascular loca

l 65,66

. La naturaleza de la técnica quirúrgica

es siempre un determinante fundamental del lugar adecuado para la

monitorización de la presión arterial. Las intervenciones que requie-

ren la colocación de una pinza transversal de la aorta descendente

pueden interrumpir el flujo arterial a la arteria subclavia izquierda y

sus ramas en el brazo izquierdo, así como las ramas de la aorta más

allá de la pinza. En estos casos, la presión arterial monitorizada en el

brazo derecho estima mejor la presión en la raíz aórtica y la presión

en las arterias carótidas y se utiliza para guiar el control anestésico.

Además, la presión puede monitorizarse de forma simultánea en una

arteria femoral, y ello en un intento de estimar la presión de perfusión

a los órganos vitales distales a la pinza transversal en la aorta.

Distintas alteraciones fisiopatológicas pueden producir gra-

dientes generalizados de la presión arterial en el cuerpo, y se deberían

tener en cuenta al elegir un punto para monitorizar la presión arterial.

En los pacientes con shock pueden encontrarse diferencias significa-

tivas entre la presión arterial periférica y la central. La presión arterial

sistólica en la arteria femoral puede superar a la presión sistólica en

la arteria radial en más de 50mmHg en los pacientes sépticos que

requieren perfusiones de fármacos vasopresores, lo que tiene impli-

caciones terapéuticas significativas en el tratamiento de los enfermos

crítico

s 67 .

Otros fármacos vasoactivos, la anestesia (especialmente los

1046

Control de la anestesia

III

Figura 30-12

 Amplificación de la onda de pulso distal de la onda de presión

arterial. Cuando se compara con la presión en el cayado aórtico, la presión

registrada en la arteria femoral, más periférica, muestra una mayor presión

de pulso (compárese 1 y 2), un ascenso tardío (3), una hendidura dícrota

atenuada y tardía (compárense las

flechas

) y una onda diastólica más

prominente.

(De Mark JB:

Atlas of Cardiovascular Monitoring

. Nueva York,

Churchill Livingstone, 1998,

fig. 8-4).

Figura 30-13

 Impacto de la reflexión de la onda de presión sobre las ondas de

presión arterial. En individuos ancianos con distensibilidad arterial reducida, el

descenso precoz de las ondas reflejadas aumenta la presión de pulso, produce

un pico tardío de presión sistólica

(flecha)

y atenúa la onda de presión diastólica.