Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1044 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1044 / 2894 Next Page
Page Background

Preparación del transductor: puesta a cero,

calibración y nivelación

Antes de iniciar la monitorización de un paciente, el transductor de

la presión debe ponerse a cero, calibrarse y nivelarse en la posición

apropiada para el enfermo. El paso inicial en este proceso consiste

en exponer el transductor a la presión atmosférica mediante la aber-

tura de la llave de paso adyacente al aire. Al apretar el botón de

presión cero en el dispositivo de monitorización, se establece el valor

de referencia de presión cero. Entonces el transductor tiene una

referencia (la presión atmosférica ambiental) respecto a la cual se

miden todas las presiones intravasculares. Este proceso subraya el

hecho de que todas las presiones representadas en la pantalla tienen

como referencia la presión atmosférica, exterior al cuerpo. Aunque

los médicos en general lo denominan «poner a cero el transductor»,

éste en realidad se expone a la presión atmosférica a través de una

llave de paso abierta adyacente al transductor. Para ser precisos, el

lugar de presión cero es la superficie de contacto aire-líquido en la

llave de paso. Este punto debe alinearse con una posición específica

en el enfermo para asegurar el nivel adecuado del transductor.

Cuando se produce un cambio significativo en la presión, el

valor de referencia cero habría de comprobarse de nuevo. Esto

puede realizarse con rapidez abriendo la llave de paso y exponiendo

el transductor a la presión atmosférica. Debe observarse la pantalla,

a fin de asegurar que el trazado de la presión se encuentra encima

de la línea de presión cero en la misma y el valor numérico de la

presión digital es igual a cer

o 52

. En algunas ocasiones, un fallo del

transductor, de los cables o del monitor puede producir un des-

plazamiento de la línea basal cero. Aunque esta situación es poco

común con los sistemas de monitorización actuales, este artefacto

de desplazamiento de la línea de cero se ha de identificar para evitar

que se produzcan errores diagnósticos importante

s 56,57

.

Desde el punto de vista histórico, la calibración del transductor

era el paso siguiente a la puesta a cero. La calibración es un ajuste de

la ganancia del sistema para asegurar la respuesta adecuada a un valor

depresióndereferencia.Tradicionalmente,estosehalogradomediante

un manómetro de mercurio estándar. Sin embargo, en la actualidad,

los transductores de presión desechables cumplen o superan los están-

dares de precisión establecidos por la Association for the Advance-

ment of Medical Instrumentation y el American National Standards

Institut

e 56 .

La calibración del transductor a la cabecera del enfermo,

por tanto,parece innecesaria.En raras ocasiones,a pesar de una puesta

a cero satisfactoria, los valores de presión registrados parecen erró-

neos, por lo que debe sospecharse una mala función del transductor

de presión, del cable o de la pantalla, los cuales han de sustituirs

e 57 .

El paso final en el ajuste del transductor es la nivelación del

punto cero en la monitorización de la presión en la posición ade-

cuada en el paciente. Ha de tenerse en cuenta que la puesta a cero y

la nivelación del transductor son dos procedimientos distintos. La

puesta a cero expone al transductor a la presión atmosférica ambien-

tal a través de una llave de paso abierta. La nivelación asigna este

punto de referencia cero a una posición específica sobre el cuerpo

del paciente. Aunque la localización exacta del nivel de referencia

cero es relevante para toda monitorización de la presión arterial,

también resulta esencial para la determinación de las presiones de

llenado cardíaco, en las que un pequeño error absoluto en la deter-

minación de la presión puede producir un gran error relativo.

Los transductores de la presión arterial deberían colocarse a un

nivel que permita la mejor estimación de la presión de la raíz aórtica.

En un paciente en decúbito supino, el nivel del transductor se ajusta

habitualmente a nivel de la parte media del tórax, en la línea medio-

axilar. Sin embargo, basándose en principios físicos y en la determi-

nación de los niveles sanguíneos más altos en las cámaras cardíacas,

Courtois y cols. han demostrado que se producen errores en la medi-

ción en la presiónde llenado del ventrículo izquierdo de hasta 7mmHg

cuando los transductores se nivelan en la mitad del tórax en lugar de

en un punto aproximadamente 5cm posterior al borde esterna

l 58 .

Esta

posición preferida (más anterior) de localización del transductor evita

el efecto de confusión que produce la presión hidrostática en las

presiones de llenado cardíacas. Considerando que esta situación del

transductor proporciona la determinación más fiable de la presión del

ventrículo izquierdo, el mismo nivel del transductor es el óptimo para

la determinación de la presión arterial. Otros autores han confirmado

que la nivelación de los transductores de presión en la posiciónmedio-

torácica produce una sobreestimación de las presiones de llenado

cardíacas y presumiblemente de la presión en la raíz aórtic

a 59 .

En determinadas circunstancias, el médico puede elegir

nivelar el transductor de la presión arterial en una posición dife-

rente del cuerpo. En estas circunstancias es fundamental tener en

cuenta que en este caso la presión es medida a nivel del transductor

y no a nivel de la raíz aórtica. Por ejemplo, durante las intervencio-

nes neuroquirúrgicas realizadas con el enfermo en posición

sentada, el transductor de presión se suele alinear con el pabellón

auricular del paciente, a fin de aproximar la altura del círculo de

Willis, el médico está midiendo la presión arterial a nivel del

cerebro y debe tener en cuenta que la presión a nivel de la raíz

aórtica es mayor (en una cuantía igual a la diferencia vertical entre

el transductor de presión y el arco aórtico). A la hora de ajustar el

nivel del transductor de presión no es necesario que sea puesto a

cero pulsando el botón de presión cero en el dispositivo de moni-

torización porque la presión atmosférica varía poco tras la altera-

ción de unos pocos centímetros en la altura en dicha situación.

A menudo, los transductores de presión se encuentran conec-

tados a un soporte o pie de gotero intravenoso y la posición del

paciente se altera al ajustar la altura de la mesa de operaciones o la

cama de cuidados intensivos. La elevación del paciente por encima del

transductor producirá presiones falsamente elevadas, mientras que su

colocación bajo el transductor provocará presiones falsamente bajas.

La interpretación adecuada de las determinaciones de la

presión arterial enun enfermo enposiciónde decúbito lateral requiere

una comprensión de la distinción entre la puesta a cero y la nivelación

de los transductores de presión y las diferencias entre las determina-

ciones invasivas y no invasivas de la presión arterial

( fig. 30-10 )

.

Cuando el paciente se coloca en decúbito lateral, un brazo está más

alto que el corazón (y la raíz aórtica) y el otro está más bajo. Inde-

pendientemente de si se determina la presión arterial en el brazo

derecho o en el izquierdo, mientras que el transductor de presión

permanezca fijo a nivel del corazón, la localización de los brazos no

influye en la determinación de la presión arterial. Sin embargo, las

medidas no invasivas de la presión arterial con el manguito serán

diferentes en los dos brazos, más alta en el brazo situado en la parte

inferior y más baja en el brazo superior (v.

fig. 30-10

). De hecho, si

los transductores de presión arterial estuvieran fijados en los brazos

en lugar de estar a nivel del corazón, las presiones registradas en los

catéteres de la arteria radial izquierda y derecha serían iguales que las

registradas por los manguitos no invasivos ipsilaterales, más altas en

el brazo en situación inferior que en el superior.

Ondas normales de presión arterial

La monitorización directa de la presión arterial en los pacientes anes-

tesiados comenzó hace más de 60 año

s 27 .

En aquel momento inicial, se

observó que el análisis de la onda del pulso arterial proporcionaba

información diagnóstica útil, pero sorprendentemente, los médicos

modernos prestan escasa atención a la morfología y el detalle de la

onda de presión arterial. O’Rourke y Gallagher atribuyen este cambio

en la práctica a la confianza en la esfigmomanometría con manguito,

que proporciona «números relacionados de una forma simplista con

la fuerza cardíaca (presión sistólica) y el tono arteriolar (presión dias-

tólica).Con estos números ha llegado la seudociencia…Incluso cuando

se monitoriza directamente en los quirófanos y las unidades de cuida-

dos intensivos, los anestesiólogos e intensivistas muestran escaso

1044

Control de la anestesia

III