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aproxima más a la presión arterial aórtica que las ondas registradas

en lugares más periféricos. Cuando se compara con la cateteriza-

ción de la arteria radial, el riesgo de isquemia distal tras la canali-

zación de la arteria femoral puede reducirse debido al mayor

diámetro de la arteria, si bien es más probable la embolia de placas

ateroscleróticas durante la fase inicial de guía y colocación del

catéter. La cateterización de la arteria femoral se logra mejor

mediante una técnica con guía. El médico debe tener cuidado de

puncionar la arteria femoral bajo el ligamento inguinal, con lo que

se limita el riesgo de lesión arterial causante de una hemorragia

incontenible en la pelvis el peritoneo, una complicación potencial-

mente catastrófic

a 43

.

Complicaciones de la monitorización directa

de la presión arterial

El amplio uso de la monitorización de la presión arterial de forma

invasiva en la anestesia y los cuidados intensivos está relacionado,

sin duda, con los excelentes registros de seguridad de dicha técnica.

Relevantes investigaciones clínicas confirman la baja incidencia de

complicaciones a largo plazo tras la canalización de la arteria radial,

en particular, el pequeño riesgo de isquemia distal, que es probable-

mente menor de un 0,1

% 29,30,42 .

Aunque las complicaciones vascula-

res de la canalización de la arteria radial son infrecuentes, se han

identificado diversos factores que pueden aumentar el riesgo, como

la enfermedad arterial vasoespástica, la lesión arterial previa, la

trombocitosis, el shock prolongado, la administración de vasopre-

sores en dosis altas, la canalización prolongada y la infecció

n 44,45

.

Se han comunicado otras complicaciones adicionales, aunque

raras, tras la canulación arterial

( cuadro 30-3

). En la mayoría de los

casos se trataba de problemas técnicos durante la colocación del catéter

o de problemas médicos desconcertantes como shock o coagulopatías.

El Australian Incident Monitoring Study proporciona algunos datos

observacionales destacables sobre la incidencia y tipos de complica-

ciones de la monitorización de la presión arteria

l 26,46

. De 2.000 acon-

tecimientos clínicos adversos registrados en esta investigación, sólo 13

estuvieron relacionados con la canalización arterial periférica, menos

que los asociados a la canalización venosa central o periférica (18 y

33 incidentes, respectivamente). Cinco de estos 13 casos implicaban

defectos o desajustes en el equipo, en 3 de ellos la vía arterial se con-

fundió con una vía venosa y se utilizó para inyectar fármacos, en otros

3 la vía arterial estaba rota o plegada, en 1 se desprendió un fragmento

de la guía en el interior del paciente y en tan sólo 1 caso se produjo

un vasoespasmo transitorio tras la canalización de la arteria radial. Un

segundo informe de dicho estudio, centrado por completo en la moni-

torización de la presión arterial, detectó que la monitorización directa

de la presión arterial falló o dio resultados confusos en 10 casos,

incluidos 5 en los que se produjo una calibración incorrecta, una inter-

pretación incorrecta de la indicación de la presión o una estenosis no

conocida de la arteria subclavia. Estos resultados sirven para destacar

la importancia de disponer con facilidad de un sistema de reserva para

la determinación manual de la presión arterial.

Aspectos técnicos de la medición directa

de la presión arterial

La determinación directa de la presión arterial requiere que la onda

de presión de la arteria canalizada sea reproducida con precisión

en la pantalla de la cabecera del enfermo. No es sorprendente que

la señal que representa la presión esté influida de forma significa-

tiva por el sistema de medición, incluidos el catéter arterial, el

sistema de extensión, las llaves de paso, los dispositivos de purgado,

el transductor, el amplificador y el sistema de registr

o 47

.

Los sistemas de monitorización directa de la presión arterial

empleados en el quirófano y en las unidades de cuidados intensivos

se describen como sistemas dinámicos de segunda clase con atenua-

ciónmuy baj

a 47–49 .

Estos sistemas de monitorización llenos de líquido

de transducción por catéter pueden tomar como modelo los sistemas

simples de masa unida a una cuerda. De forma intuitiva, cuando la

masa del extremo de una cuerda se desplaza y luego se libera, se

observa unmovimiento armónico simple característico. Los sistemas

para la monitorización clínica de la presión arterial muestran un

comportamiento físico similar que depende de tres propiedades

físicas características: elasticidad, masa y fricción. Estas tres propie-

dades determinan las características operativas del sistema, denomi-

nadas

respuesta de frecuencia

o

respuesta dinámica,

a su vez

caracterizadas por dos parámetros significativos del sistema: la

fre-

cuencia natural

(f

n

,

w

) y el

coeficiente de atenuación

(

, Z,

a

, D). La

frecuencia natural del sistema de monitorización cuantifica lo rápido

que oscila el sistema y el coeficiente de atenuación cuantifica las

fuerzas de fricciones que actúan sobre el sistema y determinan la

rapidez con que vuelve al reposo. Ambos parámetros pueden esti-

marse o determinarse a la cabecera del enfermo e influyen de manera

espectacular sobre la apariencia de la onda de presión registrada.

Frecuencia natural, coeficiente de atenuación

y respuesta dinámica de los sistemas

de monitorización de la presión

La onda de presión arterial es una onda compleja periódica que puede

reproducirse mediante análisis de Fourier y recrea la onda compleja

original de presiónmediante la suma de una serie de ondas sinusoidales

simples de distintas amplitudes y frecuencia

s 50,51 .

La onda de presión

original tiene una periodicidad característica denominada

frecuencia

fundamental,

que es idéntica a la frecuencia del pulso. Aunque la fre-

cuencia del pulso se registra en latidos por minuto, la frecuencia fun-

damental lo hace en ciclos por segundo o hercios (Hz).

Las ondas sinusoidales que se suman para producir la onda

compleja tienen frecuencias múltiples o armónicas de la frecuencia

fundamental. Una onda arterial aislada que presenta un ascenso sistó-

lico, un pico sistólico y una hendidura dícrota puede reconstruirse con

una precisión razonable a partir de dos ondas sinusoidales, la frecuen-

cia fundamental y el segundo armónico

( fig. 30-3 )

. Si la onda de

presión arterial original contiene componentes de alta frecuencia,

como el ascenso sistólico pronunciado, hace falta que las ondas sinu-

soidales de frecuencia más alta (y más armónicas) proporcionen una

reconstrucción fiel de la onda original de la presión. Como regla

general, se requieren 6-10 armónicos para proporcionar una repro-

ducción libre de distorsiones de la mayoría de las ondas de presión

arteria

l 50,52 .

Por tanto, la determinación precisa de la presión arterial en

un paciente con una frecuencia de pulso de 120 lpm (2ciclos/s o 2Hz)

requiere una respuesta dinámica del sistema de monitorización de

12-20Hz.Por tanto,cuantomás rápida sea la frecuencia cardíaca ymás

brusco sea el ascenso,mayor será la demanda de la respuesta dinámica

sobre el sistema de monitorización.

Si el sistema de monitorización tiene una frecuencia natural

demasiado baja, las frecuencias en la onda de presión monitorizada

se aproximarán a la frecuencia natural del sistema de medición.

Como consecuencia, el sistema entrará en resonancia y las ondas de

presión registradas en la pantalla serán versiones exageradas o ampli-

1040

Control de la anestesia

III

Cuadro 30-3

 Complicaciones de la monitorización directa

de la presión arterial

Isquemia distal, seudoaneurisma, fístula arteriovenosa

Hemorragia, hematoma

Embolia arterial

Infección local, sepsis

Neuropatía periférica

Mala interpretación de los datos

Mal uso del equipo