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interés en la morfología de las ondas de presión y basan sus juicios en

los valores de presión arterial sistólica, diastólica y media

» 60 .

Debido a que hoy en día los médicos se benefician de la

amplia disponibilidad de dispositivos de monitorización multico-

lor con pantallas de alta resolución, un interés renovado en el

análisis de la onda de presión tendría que expandir las capacidades

de monitorización clínic

a 28 .

La apreciación de las pistas diagnósti-

cas proporcionadas por la onda de presión arterial directa requiere

una comprensión plena de los componentes de la onda normal, su

relación con el ciclo cardíaco y las diferencias en las ondas regis-

tradas en distintos puntos del cuerpo.

La onda de presión arterial sistémica es el resultado de la

eyección de la sangre desde el ventrículo izquierdo hacia la aorta

durante la sístole, seguido de la distribución de este volumen sistólico

por las arterias periféricas durante la diástole

( fig. 30-11 )

. Los ele-

mentos sistólicos siguen a la onda R del ECG y constan de una

elevación pronunciada de la presión, un pico y un descenso corres-

pondiente al período de la eyección sistólica del ventrículo izquierdo.

El descenso de la onda de la presión arterial está interrumpido por

la hendidura dícrota, pero luego continúa su descenso durante la

diástole, después de la onda T del ECG, y alcanza su punto más bajo

al final de la diástole (telediastólico). La hendidura dícrota registrada

directamente en la aorta central se denomina

incisura

(del latín

«corte en»). Ésta se halla definida con claridad y se encuentra sin

duda relacionada con el cierre de la válvula aórtic

a 61

. En cambio, la

onda arterial periférica suele mostrar una hendidura dícrota más

tardía y más suave, que sólo se aproxima al momento del cierre de

la válvula aórtica y depende más de las propiedades de la pared

arterial. Obsérvese que la elevación sistólica del trazado de la presión

de la arteria radial no aparece hasta 120-180ms tras la aparición de

la onda R en el ECG (v.

fig. 30-11 )

. Dicho intervalo refleja la suma

de tiempos requeridos para la diseminación de la despolarización

eléctrica a través del miocardio ventricular, la contracción isovolu-

métrica del ventrículo izquierdo, la transmisión de la onda de presión

arterial a la arteria radial y, por último, la transmisión de la señal de

la presión desde el catéter arterial hasta el transductor de presión.

La pantalla de la cabecera del enfermo muestra los valores

numéricos de las presiones del pico sistólico y del punto más bajo

telediastólico. La medición de la presión media resulta más com-

pleja y depende del algoritmo empleado por el dispositivo de moni-

torización. En términos muy sencillos, la PAM es igual al área bajo

la curva de la presión arterial dividido entre el período del latido

y promediado en una serie de latidos consecutivos.Aunque la PAM

a menudo se calcula como la presión diastólica más un tercio de

la presión de pulso, esta estimación únicamente es válida en las

frecuencias cardíacas más lentas, ya que durante la taquicardia

disminuye la proporción del ciclo cardíaco en diástol

e 62 .

Monitorización cardiovascular

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Sección III

Control de la anestesia

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Figura 30-10

 Efecto de la posición del paciente sobre la relación entre la presión arterial directa (ART) y las determinaciones no invasivas de la presión arterial (PANI).

A,

En un paciente en decúbito supino, las presiones determinadas desde los brazos derecho (D) e izquierdo (I) mediante ambas técnicas serán iguales.

B,

En la

posición de decúbito lateral derecho, las ART registradas directamente desde las arterias radiales derecha e izquierda no variarán mientras los respectivos

transductores de presión permanezcan a la altura del corazón. Sin embargo, las determinaciones PANI serán más altas en el brazo derecho, más declive, y más bajas

en el brazo izquierdo, más alto. Las diferencias en la monitorización PANI están establecidas por las posiciones de los brazos por encima y por debajo de la altura del

corazón y equivalen a las diferencias de presión hidrostáticas entre la altura del corazón y la del brazo respectivo. Una diferencia de 20cm de altura produce una

diferencia de 15mmHg en la presión.

(De Mark JB:

Atlas of Cardiovascular Monitoring.

Nueva York, Churchill Livingstone, 1998, fig. 9-22).

Figura 30-11

 Onda normal de presión arterial y su relación con la onda R del

electrocardiograma. 1, Ascenso sistólico; 2, pico sistólico de presión;

3, descenso sistólico; 4, hendidura dícrota; 5, descenso diastólico; 6, presión

telediastólica.

(De Mark JB:

Atlas of Cardiovascular Monitoring.

Nueva York,

Churchill Livingstone, 1998,

fig. 8-1.)