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Para reconocer ondas prominentes a o v en el trazado de la

presión de enclavamiento, no siempre es necesario inflar el balón

del CAP. Debido a que la presión de enclavamiento registra ondas

de presión transmitidas de forma retrógrada desde la aurícula

izquierda, dichas ondas no serán visibles normalmente en las ondas

de PAP anterógrada producida por la eyección ventricular derecha.

Si existen ondas a o v prominentes, el trazado de la PAP, por tanto,

se convierte en una onda compuesta que refleja los elementos

retrógrado y anterógrado. Las ondas a o v altas en la aurícula

izquierda distorsionarán la apariencia normal de la onda de la PAP,

con la onda a inscrita al inicio del ascenso sistólico y la onda v

distorsionando la hendidura dícrota

( fig. 30-30 ) 268,273

. Una vez

identificadas estas ondas mediante el enclavamiento del CAP y la

comparación de los trazados de la PAP y la PEAP, es conveniente,

y quizá más prudente, «seguir» las ondas a y v de la «presión de

enclavamiento» en el trazado de la PAP no enclavada sin inflar de

forma repetida el balón, para medir la presión de enclavamiento.

En resumen, la PEAP medida con un CAP con balón en el

extremo proporciona una estimación tardía, atenuada, de la PAI a

través de la medición de la presión en el punto de unión de las

venas pulmonares cerca de dicha aurícula. La presión media de

enclavamiento siempre será menor que la PAP media; de lo con-

trario, la sangre no fluiría en dirección anterógrada. La onda de la

PEAP tendría que mostrar ondas a y v pequeñas que deberían ser

identificables si el trazado de la presión se representa con la ganan-

cia y resolución suficientes en la pantalla del monitor.

Presión de la aurícula izquierda, presión

de enclavamiento de la arteria pulmonar

y presión capilar pulmonar

La técnica más frecuente para la monitorización de la PAI durante

la cirugía cardíaca implica la cateterización de la aurícula izquierda

con un catéter fino introducido a través de la vena pulmonar supe-

rior derecha y asegurado con una sutura en bolsa de tabaco. El

catéter se extrae a través de la piel por debajo de la apófisis xifoides,

y se ajusta a un sistema cerrado de tubo y transductor para la

monitorización de la presión. Ya que la monitorización de la PAI

se interrumpe en el período postoperatorio simplemente mediante

la retirada del catéter de la aurícula izquierda a través de la piel, se

han propuesto métodos transeptales para la monitorización de la

PAI durante la cirugía para reducir el riesgo de hemorragia tras la

retirada del catéte

r 274 .

Hoy en día, la monitorización directa de la PAI se ha susti-

tuido ampliamente por la monitorización mediante CAP. Esto ha

ocurrido, sin duda, porque este catéter proporciona un amplio

conjunto de datos hemodinámicos.Además, generalmente la PEAP

proporciona una excelente estimación de la PAI tras la cirugía

cardíac

a 275,276

. Sin embargo, numerosas situaciones fisiopatológicas

pueden alterar las relaciones entre PDAP, PEAP y PAI. Dichas

situaciones deben reconocerse a fin de evitar una mala interpreta-

ción de los datos proporcionados por estos dispositivos de moni-

torización (v. más adelante).

La monitorización directa de la PAI sigue siendo especial-

mente útil en los enfermos pediátricos sometidos a cirugías com-

plejas de cardiopatías congénitas, y ello debido a la dificultad para

emplear las técnicas percutáneas estándar en esta población de

pacientes. Gold y cols. registraron complicaciones secundarias a la

monitorización del lado izquierdo en sólo el 0,68% de los 2.393 ca­

tétere

s 277 .

Sin embargo, el acceso directo a las cámaras cardíacas

izquierdas siempre conlleva el riesgo de embolias gaseosas y de

partículas a la circulación sistémica, especialmente durante el

lavado rutinario de las líneas.

La complicación más frecuente de la monitorización directa

de la PAI es, en realidad, consecuencia de la extracción del catéter.

Debido al riesgo de hemorragia en el punto de entrada del catéter en

el corazón, el catéter de la aurícula izquierda debe extraerse antes de

la porción mediastínica de los drenajes torácicos, y si no puede

extraerse a través de la piel, se requiere una reexploración quirúrgica.

Otras complicaciones infrecuentes de la monitorización de la presión

en la aurícula izquierda son: el atrapamiento del catéter en las pró-

tesis valvulares mecánicas aórticas o mitrales, la formación de fístulas

Monitorización cardiovascular

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Sección III

Control de la anestesia

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Figura 30-29

 Relaciones temporales entre la presión arterial sistémica (ART) normal, la presión arterial pulmonar (PAP) normal, la presión venosa central (PVC)

normal y la presión de enclavamiento en la arteria pulmonar (PEAP) normal. Obsérvese que las ondas a-c y v de la PEAP aparecen en el ciclo cardíaco más

tarde que sus contrapartidas en el lado derecho del corazón en el trazado de la PVC. La escala de ART se encuentra a la

izquierda

y las escalas de PAP, PVC y

PEAP a la

derecha

.

(De Mark JB:

Atlas of Cardiovascular Monitoring.

Nueva York, Churchill Livingstone, 1998,

fig. 3-3.)

Figura 30-30

 Las ondas a y v altas de la presión en la aurícula izquierda (PAI)

transmitidas en dirección retrógrada a través de la vascularización pulmonar

distorsionan la onda anterógrada de presión arterial pulmonar (PAP). La onda a

de la PAI distorsiona el ascenso sistólico y la onda v distorsiona la hendidura

dícrota.

(De Mark JB:

Atlas of Cardiovascular Monitoring.

Nueva York, Churchill

Livingstone, 1998,

fig. 4-10.)