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Probablemente, la anomalía aislada o el problema de inter-

pretación más grave de la onda en la monitorización mediante

CAP consiste en diferenciar la medición correcta de la presión en

los pacientes que reciben

ventilación mecánica con presión positiva

o de aquellos que tienen respiración espontánea trabajosa u otras

causas de un considerable incremento en la presión intratorácica.

Al igual que en el caso de la monitorización de la PVC, las presiones

transmurales de llenado cardíaco se estiman mejor cuando se

registran los valores teleespiratorios (v. sección previa, «Conside-

raciones fisiológicas de la monitorización venosa central: relacio-

nes presión-volumen diastólico y presión transmural»). Durante la

ventilación mecánica con presión positiva, la inspiración aumenta

la presión en la arteria pulmonar y la de enclavamiento. Al medir

estas presiones al final de la espiración, se obvia la confusión deri-

vada de este incremento inspiratorio en la presión intratorácica

( fig. 30-40 ) 199 .

La inspiración forzada durante la ventilación espon-

tánea tiene el efecto opuesto, pero, de nuevo, la determinación de

dichas presiones al final de la espiración elimina este factor de

confusión. Los dispositivos de monitorización están programados

mediante algoritmos que pretenden identificar y registrar los

valores numéricos de las presiones teleespiratoria

s 314,315

. Por des-

gracia, estos algoritmos son bastante imprecisos. El método más

fiable para determinar las presiones vasculares centrales al final de

la espiración es el análisis de las ondas en la pantalla del monitor

o en un registro de papel debidamente calibrad

o 315,316 .

Uso de las presiones vasculares centrales

para estimar la precarga del ventrículo

izquierdo

La interpretación precisa y con significación clínica de las presiones

cardíacas de llenado obtenidas mediante CAP requiere una com-

prensión detallada de la relación entre la presión de llenado del

ventrículo izquierdo y la precarga.Aunque las determinaciones como

la PDAP y la PEAP se usan con frecuencia como determinaciones

del llenado del ventrículo izquierdo, influyen muchos factores sobre

la relación entre la presión de llenado y el volumen de la cámara. Por

ejemplo, una determinación de PEAP de 20mmHg es algo más alta

que el valor normal, pero, dependiendo de cómo se interprete dicha

presión de enclavamiento, estarían indicados distintos tratamientos.

La interpretación adecuada de esta presión de llenado depende de

dos factores: la presión yuxtacardíaca y la distensibilidad ventricular.

La interpretación más frecuente de una presión de enclavamiento de

20mmHg asume que la presión yuxtacardíaca y la distensibilidad

ventricular son normales y conduce al diagnóstico de hipervolemia,

con un volumen telediastólico aumentado en el ventrículo izquierdo

que causa el incremento de PEAP. Si la presión yuxtacardíaca se ve

aumentada por cualquier motivo, incluidos el taponamiento car-

díaco, la constricción pericárdica o la ventilación bajo presión posi-

tiva, se llega a una interpretación diferente de esta presión de

enclavamiento. Por último, una presión de enclavamiento de

20mmHg puede significar que la distensibilidad ventricular se

encuentra reducida, como podría ocurrir en la disfunción diastólica

por isquemia, hipertrofia miocárdica o miocardiopatía

( fig. 30-41

).

La decisión de qué presión vascular central es la ideal para

un paciente determinado puede constituir un desafío clínico.

Cuando es extremadamente alta o baja, la intervención apropiada

es evidente. Sin embargo, las cosas raramente son tan claras en los

enfermos críticos, el objetivo de la presión de enclavamiento óptima

no está claro y a menudo se decide de forma empírica. En estas

circunstancias, una prueba de infusión rápida de líquidos tal vez

represente un método útil para determinar si el valor de la presión

es el óptimo para el paciente en un contexto clínico determinado.

Se administra un bolo intravenoso de solución cristaloide o coloide

(250-500ml) en un período de 15minutos y se determina el cambio

en la presión de enclavamiento. Los pequeños aumentos en la

presión de enclavamiento tras la estimulación con líquidos

(p. ej.,

<

3mmHg) sugieren que el ventrículo está funcionando en

Monitorización cardiovascular

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30

Sección III

Control de la anestesia

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Figura 30-40

 Influencia de la ventilación mecánica con presión positiva sobre la presión arterial pulmonar. Esta última debería determinarse al final de la

espiración (n.˚ 1, 15mmHg), y ello para obviar el artefacto producido por la inspiración con presión positiva (n.˚ 2, 22mmHg). Compárese con la

figura 30-26 .

(De Mark JB:

Atlas of Cardiovascular Monitoring.

Nueva York, Churchill Livingstone, 1998,

fig. 16-3.)

Figura 30-41

 Influencia de la presión yuxtacardíaca y la distensibilidad

ventricular sobre la precarga del ventrículo izquierdo (VI). Existen tres

interpretaciones sobre el aumento de la presión de enclavamiento en la arteria

pulmonar transducida (PEAP, 20mmHg).

A,

La presión yuxtacardíaca (−5mmHg)

y la distensibilidad del VI son normales, la PEAP transmural se halla aumentada

(25mmHg), así como el volumen del VI.

B,

La presión yuxtacardíaca está

aumentada (+10mmHg), la distensibilidad del VI es normal, la PEAP transmural

se encuentra disminuida (10mmHg) y el volumen del VI es normal o está

reducido.

C,

La presión yuxtacardíaca es normal, la distensibilidad del VI está

disminuida, la PEAP transmural se halla aumentada (25mmHg) y el volumen del

VI es normal o se encuentra disminuido.

(De Mark JB:

Atlas of Cardiovascular

Monitoring.

Nueva York, Churchill Livingstone, 1998,

fig. 15-8.)