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Monitorización del gasto cardíaco

mediante termodilución

La técnica de termodilución se ha convertido en el estándar clínico

de hecho para la determinación del gasto cardíaco, y ello debido a

su facilidad de ejecución y a la larga experiencia clínica de su

empleo en diferentes contextos. Es una variante del método del

indicador de dilución,

en el que se inyecta una cantidad conocida

de sustancia trazadora en la corriente sanguínea, y su cambio de

concentración a lo largo del tiempo se mide en un punto más

avanzado (v. cap. 28 para más detalles). En la técnica de termodi-

lución (negativo), se inyecta calor y se determina el cambio en la

temperatura en un punto más distal de la circulación.

En términos prácticos, para realizar una determinación del

gasto cardíaco mediante termodilución, se inyecta un bolo con un

volumen fijo de líquido congelado o a temperatura ambiente en la

luz proximal (aurícula derecha) del CAP, y el cambio resultante en

la temperatura de la sangre arterial pulmonar se registra en el ter-

mistor del extremo del catéter. Como en el resto de las modalidades

de monitorización cardiovascular, resulta fundamental tener una

representación en tiempo real de la curva de termodilución proce-

dente de cada determinación del gasto cardíac

o 361 .

Dicha represen-

tación permite al médico distinguir los artefactos que invalidarían

la determinación del gasto cardíaco, como la temperatura sanguínea

inestable, la recirculación o la inyección incompleta del indicador.

Normalmente, se realiza el promedio de una serie de tres determi-

naciones del gasto cardíaco en una sucesión rápida a fin de propor-

cionar un resultado más fiable. Cuando se usaban inyecciones

únicas para establecer el gasto cardíaco, se requería una diferencia

del 22% entre determinaciones secuenciales para sugerir un cambio

significativo desde el punto de vista clínico. Por el contrario, cuando

se promediaban tres inyecciones para determinar la termodilución,

un cambio superior al 13% indicaba un cambio clínicamente signi-

ficativo en el gasto cardíac

o 362

.

Algunos estudios han encontrado que, incluso cuando se

realiza de una forma cuidadosa, las mediciones mediante el método

de termodiluciónpuedennomostrar concordancia conotrosmétodos

de referenci

a 363,364

. Se atribuyen pocas complicaciones directamente a

la técnica en sí misma. Además, probablemente sea más útil desde el

punto de vista clínico la monitorización de la tendencia en el gasto

cardíaco que hacer énfasis en un determinado valor absoluto.

Fuentes de error en la monitorización del gasto

cardíaco mediante termodilución

Para una adecuada interpretación de las determinaciones del gasto

cardíaco mediante termodilución se han de considerar diversos

aspectos técnicos relevantes y los posibles orígenes de errores

( cuadro 30-7 ) 361 .

La técnica de termodilución mide el gasto car-

díaco del ventrículo derecho. En los

cortocircuitos intracardíacos,

el

gasto no será igual en el ventrículo derecho y en el izquierdo. En

los pacientes con cortocircuitos izquierda-derecha, puede apre-

ciarse cómo la recirculación precoz del indicador térmico distor-

siona la pendiente descendente de la curva de termodilución, y en

los pacientes con cortocircuitos derecha-izquierda parte del indi-

cador inyectado sobrepasará el termómetro y producirá una

infraestimación del gasto cardíaco del ventrículo izquierdo.

Debido a la recirculación del indicador a través de la válvula

incompetente, los pacientes con

insuficiencia tricuspídea

o

insufi-

ciencia pulmonar

presentan problemas adicionales para la determi-

nación del gasto cardíaco mediante la técnica de termodilución. En

los enfermos con insuficiencia tricuspídea grave, las curvas de ter-

modilución tienen un tiempo de descenso prolongado de manera

anómala y el gasto cardíaco medido puede ser impreciso. Por des-

gracia, no existe un método sencillo para corregir este problema.

En presencia de insuficiencia tricuspídea significativa, el gasto car-

díaco suele ser subestimado por el método de termodilución, pero

puede ser sobreestimado en función de la gravedad de la insufi-

ciencia vascular y la magnitud del gasto cardíac

o 361,365

.

Otros problemas técnicos con la determinación del gasto car-

díaco mediante termodilución están causados por la

llegada inade-

cuada del indicador térmico

. Si se usa un inyectado congelado, la

manipulación incorrecta de las jeringas puede calentar la disolución

y reducir el indicador térmico administrado. Además, un coágulo de

fibrina o de sangre en el extremo del CAP puede causar una

mala

función del termistor,

así como valores falsos de gasto cardíaco.

Una

fluctuación en la temperatura sanguínea

no reconocida

puede influir en la determinación del gasto cardíaco. En la mayoría

de los enfermos, la temperatura sanguínea de la arteria pulmonar

disminuye rápidamente en los minutos iniciales

tras la circulación

extracorpórea,

cuando el centro del cuerpo redistribuye el calor reci-

bido al final de la misma. Como consecuencia de esta disminución

progresiva en la temperatura sanguínea del centro del cuerpo y de la

arteria pulmonar, la línea basal térmica es inestable. Las determina-

ciones del gasto cardíaco realizadas en los minutos siguientes a la

circulación extracorpórea son muy poco fiables y, a menudo, provo-

can una subestimación considerable del verdadero gasto cardíac

o 366

.

Otras imprecisiones de la determinación del gasto cardíaco mediante

termodilución se producen cuando la temperatura de la arteria pul-

monar cambia como consecuencia de una

perfusión rápida de líqui-

do

s 367

. Se da una sobreestimación o una subestimación del gasto

cardíaco, dependiendo del momento del bolo adicional de líquido.

La elección de inyectar la disolución congelada (0 °C) o a

temperatura ambiente se ha analizado con detalle con objeto de

determinar el método preferido para la determinación precisa del

gasto cardíaco. Aunque el volumen del bolo térmico (y, por tanto,

de la relación señal-ruido) está aumentado cuando se utiliza una

inyección congelada, este indicador requiere más tiempo, es más

caro y tiene más dificultades de preparación que una inyección a

temperatura ambiente. Debido a que varios grupos han demos-

trado una precisión equivalente en las determinaciones del gasto

cardíaco cuando las inyecciones congeladas se comparan con las

de temperatura ambiente, parece preferible la inyección a tempe-

ratura ambiente para casi todas las aplicaciones clínica

s 368 .

En

adultos, debería emplearse un volumen de inyección de 10ml,

sobre todo con las disoluciones a temperatura ambiente, porque las

determinaciones serán más precisas que aquellas que utilizan volú-

menes de menos de 3-5ml, mientras que en los niños, se reco-

mienda una inyección de 0,15ml/k

g 361 .

Uno de los aspectos más controvertidos en la monitoriza-

ción estándar del gasto cardíaco mediante termodilución de bolo

Monitorización cardiovascular

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30

Sección III

Control de la anestesia

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Cuadro 30-7

 Factores que influyen en la presión de la

determinación del gasto cardíaco mediante termodilución

Cortocircuitos intracardíacos

Insuficiencia de la válvula tricúspide o pulmonar

Llegada inadecuada del indicador térmico

Punto de inyección venoso central dentro del introductor

del catéter

Calentamiento de la solución congelada inyectada

Mala función del termómetro por fibrina o por coágulo

Fluctuaciones en la temperatura de la arteria pulmonar

Tras circulación extracorpórea

Administración rápida de líquidos intravenosos

Influencias del ciclo respiratorio