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zonas pulmonares proporciona una explicación útil sobre las situa-

ciones en las que la CAP puede no proporcionar una estimación

adecuada de la presión de llenado del ventrículo izquierdo.

En la zona West 1, la presión alveolar es superior a la presión

venosa y arterial pulmonar, mientras que en la zona West 2, es

intermedia entre esas dos presiones

( fig. 30-28

). Un CAP situado en

zona 1 y 2 del pulmón estará influido por la presión alveolar, y la

presión resultante tendrá una escasa relación con la presión de

llenado del ventrículo izquierdo. Por tanto, el extremo del CAP debe

estar situado en la zona 3 para una correcta determinación de la

PEAP. En la mayoría de las situaciones clínicas, la posición en decú-

bito supino del paciente favorece las condiciones de la zona, hallazgo

que ha sido confirmado mediante estudios radiográfico

s 272

. Sin

embargo, cuando se coloca a los enfermos en posición lateral o

semiincorporada, varias partes no declives de sus pulmones pueden

mostrar un comportamiento de zona 2. En general, las zonas 1 y

2 son más extensas cuando la PAI es baja, cuando el extremo del

CAP se localiza verticalmente por encima de la aurícula izquierda

o cuando la presión alveolar es alta. Pistas que nos pueden informar

de que el CAP está en situación incorrecta son la ausencia de ondas

a y v normales en la PEAP, una marcada variación de la PEAP con

la respiración y una PDAP que supera a la PEAP sin que existan en

el trazado ondas a o v visibles excesivamente alta

s 49 .

Ondas normales de presión en la arteria

pulmonar y de enclavamiento

En el trayecto del CAP con balón en su extremo dirigido por la

corriente sanguínea hasta su posición adecuada en la arteria pul-

monar, se registran ondas de presión características (v.

fig. 30-27

).

Cuando el extremo del catéter alcanza la vena cava superior o la

aurícula derecha, ha de observarse una onda de PVC con sus ondas a,

c y v, y un valor bajo de presión media. En este momento, se infla

el balón del CAP y el catéter se avanza hasta que cruza la válvula

tricúspide para registrar la presión del ventrículo derecho. Esta

onda se reconoce por el aumento brusco en la presión sistólica, la

amplia presión de pulso y la baja presión diastólica. El CAP entra

más tarde en el trayecto de salida del ventrículo derecho y flota a

través de la válvula pulmonar hacia la arteria pulmonar principal.

A menudo, este paso se ve marcado por arritmias, sobre todo extra-

sístoles ventriculares cuando el balón golpea el extremo del catéter

contra el infundíbulo ventricular derecho. La entrada en la arteria

pulmonar suele estar anunciada por un ascenso brusco de la presión

diastólica y por un cambio en la morfología de la onda.

De forma ocasional puede ser difícil distinguir la presión del

ventrículo derecho de la PAP, en especial si sólo se analizan los

valores numéricos de dichas presiones. Sin embargo, la observación

cuidadosa de las ondas de presión, con atención a los contornos de

la presión diastólica, permitirá distinguir estas ondas de presión.

Durante la diástole, la PAP disminuirá debido a la interrupción del

flujo durante el cierre de la válvula pulmonar, con un incremento

simultáneo de la presión en el ventrículo derecho debido al llenado

desde la aurícula derecha (v.

fig. 30-27 ) 216 .

En circunstancias normales, el ascenso de la PAP precede lige-

ramente al de la presión en la arteria radial debido a la mayor duración

de la contracción isovolumétrica del ventrículo izquierdo, así como al

tiempo de transmisión del ascenso de la presión aórtica central hasta

el punto de registro más distal en la arteria radial. En la práctica, las

ondas de presión en la arteria pulmonar y arterial sistémica aparecen

solapadas en la pantalla de la cabecera del enfermo

( fig. 30-29

). La

comprensión de estas relaciones temporales es fundamental si se

quieren interpretar del modo adecuado las ondas anómalas de presión

y de enclavamiento en la arteria pulmonar, sobre todo cuando existen

ondas v altas en dichos trazados (v. más adelante).

Según se ha indicado con anterioridad, la presión de enclava-

miento es una medida indirecta de la presión venosa pulmonar y de

la PAI y que, por tanto, debería asemejarse a estas ondas de presión.

Como consecuencia, la onda de PEAP puede identificarse como un

trazado de presión venosa que muestra ondas a y v características y

descensos x e y. Sin embargo, debido al lecho vascular pulmonar

interpuesto entre el extremo del CAP y la aurícula izquierda, la

presión de enclavamiento es una representación tardía de la PA

I 268

.

Se requieren 160ms de media para que el pulso de PAI atraviese las

venas, los capilares, las arteriolas y las arterias pulmonares. Debido

a este retraso, la onda a de la presión de enclavamiento parece seguir

la onda R del ECG en la sístole ventricular precoz (v.

fig. 30-29

). Sin

embargo, la onda a es un elemento de la presión telediastólica pro-

ducido por la contracción en la aurícula izquierda.

1068

Control de la anestesia

III

Figura 30-28

 El extremo del catéter arterial pulmonar debe enclavarse en la zona pulmonar 3 para proporcionar una determinación precisa de la presión venosa

pulmonar (Pv) o auricular izquierda (AI). Cuando la presión alveolar (P

A

) aumenta por encima de Pv en la zona pulmonar 2 o por encima de la presión arterial

pulmonar (Pa) en la zona pulmonar 1, la presión de enclavamiento reflejará la presión alveolar en lugar de la presión intravascular. AD, aurícula derecha; AP,

arteria pulmonar; VD, ventrículo derecho; VI, ventrículo izquierdo.

(De Mark JB:

Atlas of Cardiovascular Monitoring.

Nueva York, Churchill Livingstone, 1998,

fig. 6-10.)