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catéter, la inserción de longitudes excesivas que predisponen al aloja-

miento de los extremos del catéter en las arterias pulmonares distales

pequeñas, la presión de enclavamiento persistente no reconocida, el

inflado prolongado del balón o el inflado inadecuado del balón con

líquido en lugar de air

e 252–254 .

Es fundamental que el médico reconozca

un registro de presión «sobreenclavada» que indica una localización

periférica del extremo del CAP o el impacto contra la pared vascular,

problema que debe corregirse de inmediato con la retirada del catéter

hacia la parte proximal de la arteria pulmonar (v. más adelante).

El signo característico de la rotura de la arteria pulmonar indu-

cida por un catéter es la hemoptisis, que puede provocar una pérdida

sanguínea o una hipoxemia potencialmente mortales. Esta complica-

ción se manifiesta con menos frecuencia como hipotensión oculta o

como dificultad respiratoria. Si la pleura visceral no logra contener la

hemorragia, la rotura libre al espacio pleural produce un gran hemo-

tórax. Cuando el tiempo lo permite, una radiografía de tórax ayuda a

realizar el diagnóstico, ya que muestra el hemotórax o un nuevo infil-

trado cerca del extremo de unCAP situado distalmente.Este infiltrado

puede confundirse con un infarto pulmonar relacionado con el catéter,

pero su patrón de resolución y otros signos y síntomas clínicos con-

tribuyen a diferenciar estos diagnósticos. En los casos que ofrecen

confusión, el diagnóstico se puede realizar mediante un angiograma

de enclavamiento, en el que el contraste radiopaco inyectado a través

del CAP enclavado se extravasará en el parénquima pulmonar y, por

tanto, podrá identificarse el punto de la rotura arteria

l 250

.

El tratamiento de la rotura de la arteria pulmonar se dirige a la

estabilización cardiorrespiratoria, el mantenimiento de un intercambio

gaseoso adecuado y la detención de la hemorragia. El proceso terapéu-

tico concreto debe ser muy individualizado; depende del contexto en

el que se produzca la complicación. La primera prioridad se encuentra

en asegurar una ventilación pulmonar adecuada, lo que puede requerir

una intubación endobronquial con un tubo endotraqueal de luz única

o doble para permitir la ventilación selectiva pulmonar unilateral y

proteger el pulmón no afectado. La presión positiva teleespiratoria

(PEEP) aplicada al pulmón afectado puede contribuir a controlar la

hemorragi

a 255

. Si existe anticoagulación, ha de revertirse a menos que

el paciente deba continuar con la circulación extracorpórea. La bron-

coscopia se realiza para una limpieza traqueobronquial y la localización

del punto de hemorragia. Con objeto de taponar la hemorragia y evitar

la contaminación continua del pulmón no afectado, puede guiarse un

bloqueador bronquial hacia el bronquio implicad

o 256

. El manejo del

propio CAP en dichas circunstancias resulta más controvertido.

Algunos autores recomiendan la extracción del catéter, pero otros

sugieren dejar el CAP en su lugar para monitorizar la PAP y orientar

el tratamiento antihipertensivo dirigido a disminuir esta presión y

reducir la hemorragi

a 257,258

.Otros autores han sugerido que el balón del

CAP puede reinflarse con cuidado y hacer flotar el catéter hacia la

arteria pulmonar implicada para ocluir el segmento arterial que sangra,

como medida tempora

l 256

.Aunque estos tratamientos médicos conser-

vadores pueden ser eficaces en algunos casos,muchos pacientes reque-

rirán un tratamiento quirúrgico definitivo, como la sutura de la arteria

pulmonar implicada o la resección del segmento, el lóbulo o el pulmón

afectad

o 250,256

.Además, algunos autores recomiendan la realización del

seguimiento con angiografías para descartar la formación de seudoa-

neurismas en los pacientes que se tratande forma conservadora,debido

a la gran mortalidad asociada a la hemorragia secundari

a 249,256,259,260 .

Una complicaciónmás insidiosade lamonitorizaciónmediante

CAP, y quizá el efecto adverso más común debido al uso de esta

tecnología, es la malinterpretación de los dato

s 261,262

. Aunque no está

claro qué función desempeña este factor en la aparición de compli-

caciones en un paciente individual, existen razones para creer en la

existencia de amplias lagunas de conocimientos entre los médicos que

usan los CAP en la práctica clínica. En 1990, Iberti y cols. registraron

los resultados de un examen de 31 preguntas de opción múltiple que

evaluó los conocimientos sobre el CAP a 496médicos residentes y

adjuntos en los departamentos de medicina, cirugía y anestesiología

de 13 centros médicos de Estados Unidos. Los autores encontraron

un escaso nivel global de conocimiento sobre los CAP, como se

demostró por una puntuación media en el examen de sólo un 67%

de respuestas correctas. Aunque las puntuaciones más altas fueron

alcanzadas por las personas con más formación y más experiencia en

la inserción de CAP, que empleaban la información proporcionada

por el catéter en el tratamiento del paciente, ninguno de estos factores

aseguraba un alto nivel de conocimient

o 263

. Se han observado resul-

tados similares en otros grupos de diversas especialidade

s 264

. Resulta

especialmente preocupante el hecho de que la medición de la PEAP

fue realizada incorrectamente por un 30-50% de los médicos en

dichos estudios, y que los programas educacionales no consiguieron

mejorar los resultado

s 265,266

. Consideradas en su globalidad, estas

observaciones destacan que el uso eficaz de los CAP requiere mucha

formación y experiencia clínica, y que incluso la determinación de la

variable de mayor relevancia procedente del CAP, como la presión de

enclavamiento, puede resultar un ejercicio complej

o 267 .

Consideraciones fisiológicas

de la monitorización con catéter de la arteria

pulmonar: predicción de las presiones

de llenado del ventrículo izquierdo

La cateterización de la arteria pulmonar se realiza para determinar

distintas variables hemodinámicas, como el gasto cardíaco, la satu-

ración venosa mixta de oxígeno y, lo más destacable, las presiones

diastólicas y de enclavamiento de la arteria pulmonar. Estas deter-

minaciones de presión se usan para estimar la presión de llenado

del ventrículo izquierdo y, en combinación con otras informacio-

nes clínicas, contribuyen a orientar la administración de líquidos y

fármacos vasoactivos.

Cuando el CAP flota hasta la posición de enclavamiento, el

balón inflado en su extremo aísla el orificio que monitoriza la presión

distal de la PAP retrógrada.Una columna estática continua de sangre

conecta ahora el extremo enclavado del CAP con este punto de

unión en las venas pulmonares cercanas a la aurícula izquierda. Por

tanto, el enclavamiento del CAP extiende de forma funcional el

extremo del catéter para medir la presión en el lugar donde el flujo

sanguíneo continúa en la parte venosa del circuito pulmonar.Debido

a que la resistencia al flujo en las grandes venas pulmonares es des-

preciable, la PEAP proporciona una determinación indirecta precisa

de la presión venosa pulmonar y de la PA

I 50,268 .

La presión diastólica de la arteria pulmonar (PDAP) se utiliza

con frecuencia como alternativa a la PEAP para estimar la presión de

llenado del ventrículo izquierdo. En circunstancias normales, la resis-

tencia al flujo sanguíneo pulmonar es baja, y la presión en la arteria

pulmonar al final de la diástole se equilibra con la presión anterógrada

en las venas pulmonares y la aurícula izquierd

a 269,270

. Desde el punto

de vista de la monitorización, la PDAP tiene la ventaja añadida de

estar disponible para la monitorización continua, a diferencia de la

PEAP, que sólo puede determinarse de forma intermitente.

Para que la PDAP o la PEAP representen una estimación

válida de la presión de llenado del ventrículo izquierdo, una

columna estática continua de sangre debe conectar el extremo del

catéter enclavado y la red venosa pulmonar. En la microcirculación,

este canal conector consta de finos capilares pulmonares, someti-

dos a fuerzas compresoras extramurales ejercidas por los alveolos

circundantes.West y cols. describieron un modelo fisiológico de la

vascularización pulmonar consistente en tres zonas que se basan

en las relaciones dependientes de la gravedad entre la PAP, la

presión venosa pulmonar y la presión alveolar

271 .

Este modelo de

Monitorización cardiovascular

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Sección III

Control de la anestesia

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