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de 90 grados). Aunque las técnicas bidimensionales generan sola-

mente unas 30imágenes/s, la definición bidimensional supone una

ventaja considerable para reconocer puntos de referencia anatómi-

cos y patológicos

( fig. 31-7

). Las imágenes se muestran en «tiempo

real» en la pantalla de un monitor y se graban en formato digital

para una revisión posterior. Para dirigir de la misma manera al haz

de ultrasonidos, puede ajustarse la

profundidad focal

del haz de ultra-

sonidos, activando los cristales piezoeléctricos para concentrar el haz

de ultrasonidos a la profundidad deseada

( fig. 31-8

). La profundidad

focal se fija normalmente en la estructura de interés o inmediata-

mente por debajo de ella, en la imagen bidimensional.

La progresión desde la ecocardiografía bidimensional a la

ecocardiografía tridimensional en tiempo real ha resultado difícil.

A esta dificultad ha contribuido el tiempo necesario para adquirir

el requisito de las imágenes bidimensionales, el reto informático

que supone cotejarlas en imágenes tridimensionales y el desafío

que plantea reproducir imágenes tridimensionales en una pantalla

de vídeo bidimensional. Los transductores con disposición en matriz

resolvieron el problema de la adquisición de imágenes. Normal-

mente contienen más de 3.000 elementos de imagen y rotan electró-

nicamente el haz de ultrasonidos bidimensional a lo largo de

180 grados en cuestión de milisegundos para adquirir el requisito de

imágenes bidimensionales en una fracción de tiempo factible con los

transductores multiplanares de rotación mecánica. La potencia

informática y los algoritmos de reproducción patentados comercial-

mente solucionaron el resto de problemas

( fig. 31-9 ) 11

.

Integración del flujo y la estructura

El físico Christian Doppler estudió una banda que tocaba con un

tono concreto sobre un tren en movimiento. Apreció un cambio de

tono mientras el tren se alejaba. En este experimento, caracterizó la

relación entre la velocidad del tren y la frecuencia (tono), lo que se

conoce como desplazamiento o efecto Doppler. Cuando se aplica a

la ecocardiografía, el desplazamiento Doppler proporciona un

refuerzo notable de la imagen bidimensional. Con el Doppler puede

medirse la velocidad del flujo sanguíneo a medida que la sangre fluye

a través de estructuras intracardíacas. El ultrasonido que se refleja

en los eritrocitos en movimiento es reflejado hacia el transductor con

una frecuencia ligeramente diferente que la emitida desde el trans-

ductor. La variación de la frecuencia permite que el aparato de ultra-

sonidos calcule la velocidad del flujo sanguíneo y la dirección de

dicho flujo. El flujo de sangre dirigida hacia un transductor aumenta

la frecuencia y viceversa con la sangre que fluye alejándose del trans-

ductor. El efecto Doppler oscila entre 20 y 2.000Hz (dentro del rango

audible). Muchos aparatos de ultrasonidos permiten al especialista

escuchar el efecto Doppler si está interesado en ello.

Una característica importante de la valoración del efecto

Doppler es el ángulo de incidencia (esto es,

u

). Para lograr la esti-

mación más precisa de la velocidad de los eritrocitos debería

medirse el efecto Doppler con un haz de ultrasonidos que discu-

rriese en la dirección del flujo sanguíneo. El flujo sanguíneo se

subestimará a medida que el ángulo de incidencia se desvíe de cero

grados. Para compensarlo, se utiliza el coseno de

u

para representar

el ángulo de muestreo. La mayoría de los aparatos de ultrasonidos

Ecocardiografía transesofágica

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Sección III

Control de la anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

Figura 31-7

 Fotograma congelado de un corte transversal bidimensional de

eje corto de una válvula aórtica (VA) normal. Esta proyección medioesofágica

de la VA pone de relieve la morfología de las tres cúspides de esta válvula

normal. AD, aurícula derecha; AI, aurícula izquierda; TSVD, tracto de salida

del ventrículo derecho; VT, válvula tricúspide.

(Reproducida con autorización

de Cahalan MK:

Intraoperative Transesophageal Echocardiography. An

Interactive Text and Atlas.

Nueva York, Churchill Livingstone, 1997.)

Figura 31-8

 Representación esquemática de la disposición en fase de una

serie de cristales piezoeléctricos para concentrar un haz de ultrasonidos. Los

cristales se activan secuencialmente desde el exterior hacia la zona media de

la serie. La onda cóncava resultante converge en un punto situado a cierta

distancia del transductor. La distancia focal desde el transductor depende del

retraso de tiempo entre la activación de los cristales desde el exterior hasta

la zona media de la serie.

Figura 31-9

 Fotograma congelado de un corte transversal tridimensional de

eje corto de una válvula aórtica normal durante la sístole. En el centro de la

figura se aprecian los velos valvulares parcialmente abiertos. Se emplean

variaciones de sombreado y de color para representar los contornos

tridimensionales reales y la configuración de la válvula y de las estructuras

circundantes. En el modo de fotograma congelado, estas técnicas no son tan

eficaces como cuando se muestran imágenes en tiempo real. AI, aurícula

izquierda; TSVD, tracto de salida del ventrículo derecho.