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que el cambio del área fraccional y el acortamiento fraccional, debe

interpretarse con cautela cuando varía la precarga. Ama y cols. com-

probaron su dependencia de la precarga en 42 pacientes hemodiná-

micamente estables con una función segmentaria normal del VI

después de una cirugía coronaria. El S

m

no varió notablemente en

respuesta a un incremento o un decremento del 20% en la presión

arterial media inducido por fenilefrina o nitroglicerina. No obstante,

aumentaba significativamente cuando aumentaba la precarga tras

una infusión rápida de coloide

s 18 .

En resumen, el S

m

depende menos

de la poscarga que el cambio del área fraccional y el acortamiento

fraccional pero, al igual que estas dos mediciones, sigue dependiendo

críticamente de la precarga. Las pocas mediciones de la función del

VI que parecen ser independientes, tanto de la precarga como de la

poscarga (p. ej., índice de trabajo sistólico reclutable o recuperable

por precarga), no son prácticas para su aplicación en la clínica.

Diseño y funcionamiento

del equipo

Las sondas de ETE son un prodigio de ingeniería: un transductor

ecocardiográfico en miniatura (de unos 40mm de largo, 13mm de

ancho y 11mm de grosor) montado en el extremo de un gastrosco-

pio. Típicamente, el transductor es una configuración dispuesta en

fase, con 64 elementos piezoeléctricos que funcionan en una banda

de 3,7-7,5MHz. Mediante la activación secuencial de los elementos

y una lente acústica en la carcasa del transductor, se forman ondas

de ultrasonidos en un haz de 90 grados, de aproximadamente

2-10mm de grosor, que emanan en ángulo recto del transductor. Al

igual que en los gastroscopios convencionales, dos botones giratorios

(«ruedas») controlan el movimiento de la punta del escopio. Una de

las ruedas flexiona el transductor hacia delante y hacia atrás (es decir,

acerca o aleja el transductor del corazón). La otra rueda flexiona el

transductor hacia la derecha o hacia la izquierda

( fig. 31-15

).

En la actualidad, los transductores multiplanos utilizan la

misma tecnología, pero montan el transductor sobre un disposi-

tivo rotatorio que le permite girar sobre su eje de 0 a 180 grados

en el interior del extremo del gastroscopio (carcasa del transduc-

tor)

( fig. 31-15

). Como las estructuras cardíacas y el flujo sanguí-

neo no están alineadas exactamente con respecto al transductor,

este diseño ha refinado de forma notable el potencial de obtención

de imágenes. Los transductores de matriz logran la misma rotación

del haz, pero de forma electrónica (esto es, sin movimientos mecá-

nicos del transductor). Se ha reducido el tamaño de las sondas para

poder aplicarlas en la población pediátrica, disminuyendo el

número de cristales, y las sondas son ahora lo suficientemente

pequeñas como para poder usarse en lactantes y recién nacidos.

Los ecógrafos disponen de ordenadores de gran potencia

capaces de iniciar el haz de ultrasonidos y procesar los datos de

retorno. Una serie de transformadores electrónicos (algunos protegi-

dos por la confidencialidad comercial) generan imágenes en tiempo

real que se muestran en la pantalla de vídeo. Todos los ecógrafos

1104

Control de la anestesia

III

Figura 31-12

 El Doppler continuo (CWD) mide flujos de velocidades altas sin

aliasing

. Medición con Doppler continuo de las velocidades del flujo sanguíneo

en el orificio de una válvula mitral durante cuatro ciclos cardíacos. En la parte superior de la figura se representa una imagen congelada de referencia de un

corte transversal bidimensional usado para colocar el cursor de muestreo del Doppler (la

línea diagonal blanca

). En los dos tercios inferiores de la figura

aparecen en blanco todas las velocidades de flujo sanguíneo instantáneas (eje vertical) frente al tiempo (eje horizontal) producidas en cualquier punto a lo

largo de dicho cursor. El electrocardiograma (ECG) proporciona la sincronización, y la

línea horizontal gruesa

constituye la referencia (flujo cero) para las

velocidades del flujo. Las velocidades situadas por encima de esta línea son positivas (es decir, hacia el transductor), hasta un máximo de 753cm/s. El flujo por

debajo de esta línea es negativo (es decir, se aleja del transductor), hasta un máximo de –316cm/s. Este trazado pone de manifiesto una insuficiencia mitral

significativa (las velocidades sistólicas positivas), con una velocidad de flujo sanguíneo máxima de aproximadamente 5m/s (cada

marca blanca

en el eje vertical

equivale a 100cm/s o 1m/s). AI, aurícula izquierda; VI, ventrículo izquierdo.

(Reproducida con autorización de Cahalan MK:

Intraoperative Transesophageal

Echocardiography. An Interactive Text and Atlas.

Nueva York, Churchill Livingstone, 1997.)