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La estrategia ectotérmica (poiquilotérmica) se conoce

también como «alfa-estato», porque la disociación constante del

grupo

a

-imidazol de la histidina cambia en paralelo con la del

agua. Al mantener constante la ionización del imidazol, se produce

un funcionamiento óptimo de la enzima con los cambios de tem-

peratura. En contraste, las dinámicas homeotérmicas reducen de

forma significativa la función metabólica, y los animales se aneste-

sian, básicamente, por el frío. La alcalinidad relativa constante

mantiene también un gradiente estable del espacio intra al extra-

celular que favorece la eliminación de productos ácidos del meta-

bolismo intracelular, lo que podría ser beneficios

o 173 .

El control mediante alfa y pH-estatos parece ser satisfactorio,

con sutiles diferencias fisiológicas entre ellos. Sin embargo, parece

evidente que el control mediante el pH-estato conserva mejor las

neuronas en el contexto del estrés isquémic

o 174-176 .

El control

mediante el pH-estato también parece mejorar los resultados clí-

nico

s 177

(o, al menos, no los empeora

) 178 .

Sin embargo, el uso del

alfa-estato sigue siendo habitual y no hay acuerdo sobre si alguna

de ambas estrategias influye en gran medida en el resultado de la

cirugía cardíaca.

Hipertermia y fiebre

La hipotermia es la perturbación térmica perianestésica más fre-

cuente con gran diferencia. Sin embargo, la hipertermia es más

peligrosa que un grado comparable de hipotermia y, ciertamente,

es más peligrosa cuando las perturbaciones aumentan en sólo unos

grados centígrados. La hipertermia es un término genérico que

indica simplemente una temperatura corporal central que excede

los valores de referencia. Por el contrario, la fiebre es un aumento

regulado de la temperatura central definido por el sistema termo-

rregulador. La hipertermia se puede producir por varias causas y

suele indicar un problema de suficiente gravedad como para reque-

rir intervención médica.

Hipertermia pasiva

La hipertermia pasiva intraoperatoria se produce por un calenta-

miento excesivo del paciente y es más frecuente en lactantes y en

niños. Es especialmente frecuente cuando se usa un calentamiento

activo eficaz sin un control adecuado de la temperatura central. La

hipertermia pasiva, por definición, no se debe a una intervención

termorreguladora. Por consiguiente, se puede tratar fácilmente al

interrumpir el calentamiento activo y eliminar el exceso de

aislamiento.

Para más información sobre la hipertermia maligna, véase

el capítulo 27.

Fiebre

La temperatura normal del cuerpo ni se establece ni se mantiene

por factores circulantes. Por el contrario, la fiebre se produce

cuando los pirógenos endógenos incrementan la temperatura ter-

morreguladora de referencia («punto de ajuste»). Los pirógenos

endógenos identificados son la interleucina-1, el factor de necro-

sis tumoral, el interferón-

a

y la proteína-1 inflamatoria de los

macrófago

s 179 .

Aunque al principio se creyó que estos factores

actuaban de modo directo sobre los centros hipotalámicos termo-

rreguladore

s 180 ,

cada vez hay más pruebas sobre un sistema más

complicado que incluye aferencias vagale

s 181

. La mayoría de los

pirógenos endógenos tiene acciones periféricas (p. ej., la activa-

ción del sistema inmunitario) además de su capacidad de generar

acciones centrales.

La fiebre es relativamente infrecuente durante la anestesia

general, si se considera cuán frecuente es la probabilidad de que

existan estímulos febriles. Es poco habitual porque los anestésicos

volátiles por símismos inhiben la expresiónde lafiebre

( fig.38-19 ) 182 ,

al igual que los opioide

s 183 .

La infección es la causa más común de

fiebre con gran diferencia. Sin embargo, la fiebre perioperatoria

también se produce en respuesta a transfusiones de sangre no

compatible, presencia de sangre en el cuarto ventrículo cerebral y

reacciones alérgicas. Además, es típica la aparición de cierto grado

de fiebre tras la cirugí

a 184 .

Las causas de la fiebre son lo bastante

diversas (y potencialmente graves) como para merecer la búsqueda

de una etiología específica.

El tratamiento de la hipertermia depende de la etiología, y

se debe distinguir fundamentalmente entre fiebre y las otras causas

de hipertermia. (En general, los pacientes con fiebre y temperatura

central en aumento tendrán vasoconstricción de la punta de los

dedos, mientras que aquéllos con otros tipos de hipertermia

tendrán vasodilatación.) Es siempre conveniente tratar las causas

subyacentes, aunque la hipertermia no febril también mejorará con

el enfriamiento.

Los tratamientos de primera y segunda línea de la fiebre son

la mejoría de las causas subyacentes y la administración de medi-

camentos antipiréticos. La primera estrategia terapéutica suele

fallar, porque la etiología de la fiebre permanece desconocida; por

otra parte, la fuente puede ser conocida, pero refractaria al trata-

miento. La segunda estrategia también suele fallar o es sólo parcial-

mente eficaz, quizá porque algunas fiebres están mediadas por

mecanismos que evitan los antipiréticos convencionales

179 .

Es en

estos pacientes donde hay más probabilidades de aplicar la tercera

línea de tratamiento: enfriamiento activo

( tabla 38-3 )

. El enfria-

miento activo de pacientes febriles es intuitivo. Sin embargo, suele

fallar en reducir la temperatura central, a la vez que empeora la

situación por activar las defensas termorreguladoras, incluidos un

Regulación y monitorización de la temperatura

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Sección III

Control de la anestesia

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Figura 38-19

 Variación de la temperatura central tras la administración de

50.000UI/kg de interleucina-2 (IL-2) seguidas de una segunda dosis de

100.000UI/kg dos horas después. La primera dosis de IL-2 se identificó como

tiempo cero; la anestesia comenzó transcurridas 3 horas y se mantuvo

durante 5 horas. Los datos se presentan como medias±DE.

(De Negishi C,

Lenhardt R, Sessler DI y cols.: Desflurane reduces the febrile response to

interleukin-2 administration.

Anesthesiology

88:1162-1169, 1998.)