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3. En la insuficiencia renal grave no se excreta SO

4

2−

y PO

4

3−

(«ácidos renales fijos»), lo que produce acidosis.

El mecanismo de la acidosis es similar al que se ha señalado

antes. Si se añade un anión adicional (p. ej., lactato) a una concen-

tración de 10mEq/l al LEC de un paciente con [Na

+

] de 140mEq/l,

[Cl

] de 100mEq/l y [K

+

] de 4mEq/l, la DIF disminuye hasta

34mEq/l y el sistema se hace más acidémico.

La cantidad total de ácidos débiles, principalmente albúmina

sérica y fosfato, también es un determinante importante del estado

acidobásico. Desde hace mucho tiempo se ha asociado la hiperfosfa-

temia a la acidosis de la insuficiencia renal. La hipoalbuminemia es

frecuente en la práctica clínica. Hay una intensa asociación entre la

hipoalbuminemia y la gravedad de la enfermedad crítica. Esta asocia-

ción se produce como consecuencia de la repriorización hepática de

la producción de proteínas viscerales hacia los reactantes de fase aguda,

de la fuga capilar, de la degradación de la albúmina preexistente (para

poder utilizar sus aminoácidos constituyentes para la síntesis proteica),

y de la hemodilución con líquidos isotónicos. La hipoalbuminemia

reduce A

TOT

y se asocia a alcalosis metabólic

a 15 .

Se ha infraestimado claramente el efecto de la hipoalbumi-

nemia sobre el equilibrio acidobásico. Figge y cols

. 16

modificaron

posteriormente la teoría original de Stewart. La concentración

sérica de albúmina es la principal carga negativa que compensa la

carga positiva neta de la DI

F 17 .

En consecuencia, la hipoalbumine-

mia puede enmascarar la detección de la acidosi

s 18

producida por

aniones no medidos, cuando se utilizan las herramientas conven-

cionales de la química acidobásica, el pH, el déficit de bases y el

hiato aniónico

19 .

La presencia de hipoalbuminemia tiene implica-

ciones significativas, de las cuales no es la menos importante su

asociación con una evolución desfavorabl

e 18,20

. La hiperalbumine-

mia es muy infrecuente; sin embargo, en el cólera, cuando se asocia

a hemoconcentración, se asocia a acidosi

s 21 .

Fencl y cols

. 18

categorizaron claramente los trastornos aci-

dobásicos a lo largo de las líneas respiratoria y metabólica (v.

ta­ bla 39-2 )

. Esta categorización explica de forma elegante todos los

trastornos acidobásicos conocidos.

Hay diferencias significativas entre los mecanismos que pro-

ducen los desequilibrios acidobásicos. Sería razonable predecir una

evolución diferente para pacientes que presentan acidosis por dilu-

ción, intoxicación, hipercloremia, uso excesivo de infusiones de

suero salino normal o disoxia debido a un aumento de la produc-

ción de lactato. Las propias alteraciones acidobásicas pueden tener

menos significado clínico de lo que previamente se pensab

a 9

.

Regulación del equilibrio

acidobásico

La concentración extracelular de iones de hidrógeno aparente-

mente está controlada de forma estricta por el cuerpo. Se debe

considerar este control en relación con los ácidos volátiles y meta-

bólicos. Hemos desarrollado varios sistemas amortiguadores de

ácidos débiles intracelulares y extracelulares para evitar los cambios

rápidos del equilibrio electroquímico extracelular que pueden

interferir con las bombas iónicas transcelulares. Un amortiguador

es una solución de dos o más productos químicos que minimiza

los cambios del pH en respuesta a la adición de un ácido o una

base. La mayoría de los amortiguadores son ácidos débiles. De

forma ideal, un amortiguador tiene una p

K

a

igual al pH, y el amor-

tiguador ideal del cuerpo tiene una p

K

a

entre 6,8 y 7,2.

El principal origen del ácido en el cuerpo es el CO

2

. La pro-

ducción de CO

2

por el metabolismo da lugar a la generación de

12.500 mEq de H

+

al día; esta cantidad es excretada por los pulmo-

nes. Por el contrario, se excretan tan sólo 20-70 mEq de aniones

formadores de ion de hidrógeno a través de los riñones cada día. Los

ácidos volátiles son amortiguados principalmente por la hemoglo-

bina. La hemoglobina desoxigenada es una base fuerte, y habría un

gran aumento del pH de la sangre venosa si la hemoglobina no se

uniera a los iones de hidrógeno que produce el metabolismo.

El CO

2

atraviesa fácilmente las membranas celulares. En el

eritrocito el CO

2

se combina con H

2

O, bajo la influencia de la anhi-

drasa carbónica, para formar H

2

CO

3

. El ácido carbónico se ioniza en

hidrógeno y bicarbonato. Los iones de hidrógeno se unen a residuos

de histidina de la desoxihemoglobina (efecto «Haldane»), y el bicar-

bonato se bombea de forma activa hacia el exterior de las células. El

cloruro se mueve hacia el interior para mantener la electroneutrali-

dad (desplazamiento del cloruro) y para garantizar la producción

continua de ácido carbónico. El CO

2

también es tamponado direc-

tamente por la hemoglobina (carbaminohemoglobina) y por las pro-

teínas plasmáticas (carbaminoproteínas). La sangre venosa contiene

1,68mmol/l de CO

2

más que la sangre arterial: el 65% como HCO

3

y

H

+

unidos a la hemoglobina, el 27% como carbaminohemoglobina

(CO

2

unido a hemoglobina) y el 8% disuelto.

Cuando se produce insuficiencia respiratoria, el principal

sistema amortiguador del CO

2

, la hemoglobina, se ve superado. Esto

da lugar a la aparición rápida de acidosis.En respuesta el riñón excreta

una mayor carga de cloruro utilizando NH

4

+

, un catión débil, para el

equilibrio electroquímico. Se mantiene la osmolalidad del LEC. Este

proceso se denomina convencionalmente «compensación metabó-

lica

» 22 .

La acidosis respiratoria crónica se asocia a un aumento del

contenido corporal total de CO

2

, que se refleja principalmente por un

aumento del bicarbonato sérico. Matemáticamente,

HCO

3

 =0,5

Paco

2 23 .

[HCO

3

] es una variable dependiente que aumenta o dis-

minuye con la Pco

2

. La velocidad de conversión del CO

2

en HCO

3

depende de la actividad de la anhidrasa carbónica y se produce

lentamente. Es posible determinar matemáticamente si un aumento

de la Paco

2

es agudo o de larga evolución (v.

tabla 39-1

).

La hipercapnia se asocia a un aumento progresivo del bicar-

bonato en el líquido cefalorraquídeo, lo que refleja un aumento de

la cantidad total de CO

2

. La compensación de esta hipercapnia es

una reducción del cloruro del líquido cefalorraquíde

o 24

y un

aumento de la DIF del líquido cefalorraquíde

o 25-27

. Esto probable-

mente esté controlado por mecanismos de transporte activo a

través de la barrera hematoencefálica o al nivel del plexo coroideo

y se puede bloquear con furosemida o acetazolamid

a 28-31

.

El ácido metabólico es amortiguado principalmente por un

aumento de la ventilación alveolar (que produce alcalosis respira-

toria) y por ácidos débiles extracelulares. Estos ácidos débiles inclu-

yen proteínas plasmáticas, fosfato y bicarbonato. El sistema

amortiguador de bicarbonato (el 92% de la amortiguación plasmá-

tica y el 13% en conjunto) probablemente sea el amortiguador

extracelular más importante. La p

K

a

del bicarbonato es baja (6,1),

aunque el sistema es muy importante debido a la enorme cantidad

de CO

2

en el cuerpo. La combinación de bicarbonato y H

2

O

produce CO

2

, que se excreta por los pulmones mediante un

aumento de la ventilación alveolar. Los médicos deben conocer la

importancia de este mecanismo compensador. Los pacientes anes-

tesiados o graves sometidos a ventilación mecánica controlada

pierden la capacidad de regular su propia Pco

2

. En consecuencia,

la combinación de acidosis metabólica y respiratoria aguda puede

producir una reducción devastadora del pH.

El principal efecto del riñón sobre el equilibrio acidobásico

se refiere con el manejo renal de los iones de sodio y de cloruro.

Como la ingesta con la dieta de sodio y cloruro es aproximada-

mente igual, el riñón excreta una carga neta de cloruro utilizando

NH

4

+

, un catión débil, para acompañar al cloruro (electroquímica-

mente) en la orin

a 22 .

1328

Control de la anestesia

III