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En la acidosis metabólica el cloruro se excreta preferente-

mente por el riñón. En la alcalosis metabólica se retiene cloruro,

mientras que se excreta sodio y potasio. La presencia de bicarbo-

nato en la orina refleja la necesidad de mantener la neutralidad

eléctrica. Las alteraciones del manejo renal de cloruro pueden ser

responsables de diversos trastornos acidobásicos hereditarios. En

la acidosis tubular renal hay imposibilidad de excretar Cl

en pro-

porción al Na

+ 32 .

El diagnóstico se puede hacer por la presencia de

acidosis metabólica hiperclorémica con concentraciones anormal-

mente bajas de Cl

en la orina: la DIF urinaria es positiva. Si la DIF

urinaria es negativa el proceso no es renal. De forma similar, el

seudohipoaldosteronismo parece deberse a una reabsorción elevada

de clorur

o 33 .

El síndrome de Bartter está producido por una muta-

ción del gen que codifica el canal de cloruro (CLCNKB) que regula

al cotransportador de Na–K–2Cl (NKCC2

) 34 .

Las otras causas de

acidosismetabólica hiperclorémica son pérdidas digestivas (diarrea,

drenaje del intestino delgado o del conducto pancreático), nutri-

ción parenteral, administración excesiva de suero salino y uso de

inhibidores de la anhidrasa carbónica.

Herramientas analíticas utilizadas

en la química acidobásica

Los libros de texto y la práctica clínica han tendido a sobrestimar

la importancia de los cambios aislados de la concentración de los

iones de hidrógeno y de bicarbonato. El significado clínico de las

alteraciones acidobásicas está determinado por la causa subya-

cente, más que por la concentración sérica de iones de hidrógeno

y de hidroxilo en sí misma. Sin embargo, la química acidobásica

sigue siendo un pilar de la interpretación de los datos clínicos

debido a su disponibilidad ubicua, su bajo coste y su aceptación

universal. Sin embargo, la exactitud de las mediciones del equilibrio

acidobásico no está determinada por la gasometría sanguínea, que

mide el ácido volátil y el pH, por sí sola. Es esencial la medición de

todos los iones fuertes y débiles que influyen en la disociación del

agua, aunque sea difícil.

Los trastornos acidobásicos se describen mejor por las alte-

raciones de la Pco

2

, la DIF y la A

TOT

. Muchos abordajes utilizados

para enseñar y describir el estado acidobásico de un paciente no

permiten explicar adecuadamente muchas alteraciones acidobásicas

que se ven con frecuencia en el período perioperatorio (p. ej., aci-

dosis dilucional o hiperclorémica) y son confusos en relación con

la causa del problema (p. ej., la acidosis dilucional está producida

por reducción de la DIF, y no por dilución del bicarbonato).Aunque

es importante considerar los abordajes utilizados desde una pers-

pectiva histórica, los abordajes modernos del estudio del equilibrio

acidobásico se centran en la química física para calcular la magnitud

de la alteración de la DIF (hiato de ácidos fuertes [HAF]) o para

recalcular el déficit o el exceso de bases utilizando DIF y A

TOT

(v.

fig. 39-4 )

. En esta sección vamos a analizar algunas de las herramien­

tas que se han desarrollado en los últimos 50 años para facilitar la

interpretación de los trastornos acidobásicos. Ninguna es total-

mente exacta, y cada una tiene su grupo de seguidore

s 35 .

Abordaje del dióxido de carbono-bicarbonato (de Boston)

Schwartz y cols., de la Tufts University de Boston, desarrollaron un

abordaje de la química acidobásica utilizando mapas del estado

acidobásico y la relación matemática entre la presión parcial de CO

2

y el bicarbonato sérico (o el CO

2

total), derivada de la ecuación de

Henderson-Hasselbalch para predecir la naturaleza de los trastornos

acidobásicos (v.

tabla 39-1

). Se evaluó a pacientes con trastor­

nos acidobásicos conocidos en estado estable de compensación. Se

midió el grado de compensación respecto a lo que se consideraba

normal para cada una de las enfermedades. Los investigadores des-

cribieron seis estados principales de desequilibrio acidobásico utili-

zando ecuaciones lineales omapas que relacionaban la concentración

de iones de hidrógeno con la Pco

2

para los trastornos respiratorios,

y la Pco

2

con la concentración de HCO

3

para los trastornos meta-

bólicos

( fig. 39-2 )

. Para cualquier trastorno acidobásico dado se

determinaba una concentración esperada de HCO

3

. Para las alte-

raciones más sencillas se trata de un abordaje razonable.

Utilizando estos mapas y ecuaciones los médicos han podido

determinar la naturaleza de la mayoría de los trastornos acidobá-

sicos respiratorios y metabólicos. Aunque se incluye una relación

matemática, las alteraciones de H

+

y HCO

3

no reflejan una rela-

ción entre causa y efecto. La hipoventilación crónica se asocia a

aumento de Pco

2

y de HCO

3

. Muchos médicos han atribuido

incorrectamente el aumento de HCO

3

a la compensación del

aumento de la Pco

2

. No ocurre así. El aumento de la concentración

de HCO

3

refleja el aumento del CO

2

total en el cuerpo. Las alte-

raciones del HCO

3

reflejan su importancia como amortiguador,

subproducto del CO

2

y ácido débil.

Aunque el abordaje de Pco

2

-HCO

3

es exacto para la mayoría

de los trastornos, tiene diversos inconvenientes inherentes, particu-

larmente en relación con el componente metabólico. Primero, el abor-

daje no es tan sencillo como parece. Exige que el médico consulte

mapas confusos o que aprenda fórmulas y realice cálculos mentales.

Segundo, el sistema ni explica ni tiene en consideración muchas de

las complejas alteraciones acidobásicas que se ven en pacientes perio-

peratorios y en pacientes graves, como acidosis aguda en el contexto

de hipoalbuminemia, acidosis hiperclorémica y acidosis dilucional, y

acidosis láctica en el contexto de la acidosis respiratoria crónica.

Abordaje del déficit/exceso de bases (de Copenhague)

Singer y Hasting

s 36

fueron los pioneros de un abordaje alternativo

de la química acidobásica en 1948. Su método se alejó de la ecua-

ción de Henderson-Hasselbalch e intentó cuantificar el compo-

Equilibrio acidobásico perioperatorio

1329

39

Sección III

Control de la anestesia

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Figura 39-2

 Nomograma del estado acidobásico utilizando el abordaje de

Boston. Se pueden distinguir distintos trastornos acidobásicos de acuerdo

con los valores relativos de la presión parcial del dióxido de carbono (Pa

co

2

) y

la concentración de iones de bicarbonato ([HCO

3

]).

(Adaptado de Brenner

BM, Rector FC:

The Kidney,

3.

a

ed. Filadelfia, WB Saunders, 1986, pág. 473.)