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Control de la anestesia

III

la inyección transtraqueal para evitar que la tos sea excesiva. Los

opiáceos pueden ocasionar tos por sí solos, la cual podría supri-

mirse mediante la inhalación de salbutamol o beclometasona o con

lidocaína intravenos

a 28 .

La calidad de la anestesia transtraqueal

la prefieren tanto los pacientes como los endoscopistas sobre la

lograda con los nebulizadores o con la técnica SAYGO.

Los bloqueos nerviosos logran una anestesia más intensa y

de mayor duración que la anestesia tópica. Un bloqueo del nervio

laríngeo superior mediante la inyección a través de la membrana

tirohioidea es el menos cruento de los bloqueos nerviosos de las

vías respiratorias y proporciona una anestesia buena de la zona

situada entre las cuerdas vocales y la epigloti

s 29 .

Mascarillas faciales

Las técnicas con mascarillas faciales constituyen una habilidad

crucial que a menudo exige una experiencia considerable. La utili-

zación de una mascarilla facial con ventilación espontánea a lo largo

de la inducción y el mantenimiento de la anestesia con inhalatorios

es la técnica anestésica más simple y menos cruenta. Es sumamente

idónea para intervenciones de breve duración en todos los pacien-

tes, salvo en aquellos con un riesgo mayor de vómito o de regur­

gitación. Las mascarillas faciales se emplean también para la ventila­

ción controlada, antes y después de haber usado tubos traqueales.

Las mascarillas faciales están diseñadas para lograr un

sello alrededor de la boca y la nariz y para conectarse con una

bolsa reservorio o con un circuito de anestesia. Los dos elemen-

tos clave de la técnica son el mantenimiento de un sello casi

hermético entre la mascarilla y la cara del paciente y una vía

respiratoria no obstruida. Deben buscarse constantemente signos

clínicos de fugas aéreas y de obstrucción de las vías respiratorias.

La calidad del sellado durante la ventilación espontánea se

monitoriza observando la plenitud de la bolsa reservorio y su

movimiento. Las fugas suelen producirse sobre todo alrededor

de la nariz y de las mejillas, siendo por estas últimas más fre-

cuente en los pacientes desdentados con mejillas cóncavas. Es

posible compensar una fuga empleando un flujo de aire fresco

alto, pero la utilización de un equipo de oxígeno complementa-

rio en el aparato de anestesia diluirá cualquiera de los inhalato-

rios que se estén administrando.

Ya hemos comentado la fisiopatología de la obstrucción de

las vías respiratorias superiores. Las características clínicas de la

obstrucción de las vías respiratorias dependen del grado y del lugar

de la obstrucción y de si se está empleando respiración espontánea

o ventilación con presión positiva. El laringoespasmo puede ser un

componente de la obstrucción de las vías respiratorias y se comenta

por separado. Los signos más importantes de la obstrucción de las

vías respiratorias son clínicos. La respiración ruidosa («ronquido»

con la obstrucción supraglótica y estridor inspiratorio con la obs-

trucción glótica) es un signo clásico de obstrucción de las vías

respiratorias durante la ventilación espontánea. Sin embargo, el

ruido depende del flujo aéreo, y éste viene determinado por el grado

de obstrucción y por el impulso respiratorio. Una inspiración

potente en presencia de una obstrucción de las vías respiratorias

determina que la región superior del tórax se mueva hacia dentro,

con un movimiento hacia fuera de la región torácica inferior y

abdominal superior, creando de este modo el signo clásico del

movimiento «en balancín». El descenso enérgico del diafragma en

presencia de una obstrucción grave provoca tirantez de la tráquea.

El movimiento de la bolsa reservorio actúa como guía del volumen

corriente, lo cual puede complementarse mediante la medición

electrónica. Es peligroso basarse solamente en la capnografía. Puede

haber una hipercapnia grave secundaria a obstrucción de las vías

respiratorias a pesar de que la Spo

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sea satisfactoria.

En los estudios radiológicos se ha demostrado que la extensión

de la cabeza es, por sí sola, la maniobra de mayor importancia para

mantener el espacio entre las partes blandas faríngeas. La extensión

de la cabeza estira las estructuras situadas en la parte anterior del

cuello y desplaza el hueso hioides y las estructuras unidas en dirección

anterior. En los pacientes con inestabilidad de la columna cervical,

solamente debería realizarse la extensión de la cabeza si han fracasado

el resto de maniobras para vencer la obstrucción de las vías respira-

torias.El desplazamiento de la mandíbula hacia delante o subluxación,

logrado al ejercer una presión anterior por detrás de los ángulos

mandibulares, emplea el componente del deslizamiento de la ATM

para mover la mandíbula, el hueso hioides y las estructuras unidas en

dirección anterior. En ocasiones se necesita una fuerza considerable

para vencer la obstrucción de las vías respiratorias con la extensión

Figura 40-3

 Cánula orofaríngea en su sitio. La cánula sigue la curvatura de la

lengua. Tira de la lengua y de la epiglottis, separándolas de la pared faríngea

posterior y proporciona un canal para el paso del aire.

(Adaptada de Dorsch

JA, Dorsch SE:

Understanding Anesthesia Equipment,

4.

a

ed. Baltimore,

Williams & Wilkins, 1999.)

Figura 40-4

 Cánula nasofaríngea en su sitio. La cánula pasa a través de la

nariz y finaliza en un punto inmediatamente por encima de la epiglotis.

(Adaptada de Dorsch JA, Dorsch SE

: Understanding Anesthesia Equipment,

4.ª

ed. Baltimore, Williams & Wilkins, 1999.)