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Control de las vías respiratorias en el adulto

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Sección III

Control de la anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

La eficacia del sello depende del tamaño y la posición de la

ML, de la insuflación del globo, de que la resistencia de las vías

respiratorias sea baja y de que la distensibilidad pulmonar sea alta.

Un funcionamiento inicial defectuoso puede deberse a laringoes-

pasmo o broncoespasmo. La posición y el funcionamiento de la

ML puede mejorar retirándola y recolocándola (maniobra «arriba

y abajo»). El número de maniobras debería limitarse, ya que en

ocasiones se provoca obstrucción de las vías respiratorias por lesio-

nes laríngeas no diagnosticadas o por el cierre laríngeo. Si aun así

sigue sin ser buena la permeabilidad de las vías respiratorias, el

anestesiólogo puede reintroducir la misma mascarilla u otra de un

tamaño diferente y aceptar una cierta cantidad de fuga, o bien

utilizar una mascarilla facial o intubar al paciente.

A continuación se fija la mascarilla. Debería colocarse un

mordedor, que se dejará en su sitio hasta que se haya sacado la ML,

con el fin de disminuir la posibilidad de que el paciente la muerda

y obstruya las vías respiratorias o dañe el tubo.

Obstrucción de las vías respiratorias

La posición final de la ML con respecto a las cuerdas vocales, la epi-

glotis y la porción superior del esófago es sumamente variable y se ha

investigado con LFF. El promedio de proyecciones obtenidas en

26 estudios abarcaba una visualización no obstruida de las cuerdas vo­

cales en el 40% y sin visualización de las cuerdas en el 6

% 37 .

Los errores

de posición se producen en el 50-80% de los pacientes, suelen relacio-

narse con vías respiratorias «clínicamente aceptables» indefinida

s 37 ,

pero

pueden afectar de forma adversa a la calidad de las vías respiratorias.

Son escasas las investigaciones científicas acerca de la resis-

tencia de las vías respiratorias como medida de la obstrucción

durante la aplicación clínica de los DRSG. En un estudio impor-

tante se confirmaba que, aunque la media de la resistencia de las

vías respiratorias era similar en los grupos con ML (más laringe) y

con tubo traqueal, la resistencia de las vías respiratorias estaba

notablemente aumentada en 3 de 12 pacientes del grupo con ML,

lo que era indicativo de una obstrucción important

e 38 .

La conver-

sión a la intubación traqueal ha sido necesaria en el 11,4% de los

pacientes en los que se empleó una ML para una amigdalectomía

39 .

En el 5% se necesitó extender la cabeza y subluxar la mandíbula.

En el 4,7% de pacientes con ML en un estudio a gran escala no se

pudo lograr un acceso satisfactorio a la vía respiratori

a 10 .

La varia-

ción en la incidencia de una vía respiratoria «aceptable» o una

obstruida puede deberse, en parte, a diferencias en los criterios

clínicos. La obstrucción de las vías respiratorias que no responde a

medidas simples no debería tener más aceptación que con la mas-

carilla facial, y debería aliviarse. La reversión a la mascarilla facial

es eficaz en ocasiones. A veces es necesario practicar una intuba-

ción traqueal intraoperatoria urgente y es probable que resulte más

peligrosa que una intubación electiva

( cuadro 40-4 )

.

Aspiración pulmonar

El sellado logrado con la ML proporciona menos protección contra

la aspiración pulmonar que la proporcionada por un tubo traqueal

con un globo de neumotaponamiento colocado correctamente. La

posición errónea de una ML en la que el extremo superior del

esófago queda dentro de la cuenca de la ML aumenta el riesgo de

que la regurgitación o el vómito provoquen una aspiración pulmo-

nar y se ha mencionado en un tercio (o más) de los pacientes. La

aspiración pulmonar masiva durante la anestesia conML es inusual,

pero puede dar lugar a una morbilidad importante, e incluso a

casos de muert

e 40 .

La ML no debería usarse en los pacientes con

un riesgo aumentado de regurgitación o de vómito.

La ventilación con presión positiva, con o sin RNM, suele

utilizarse a menudo con la ML. A pesar de los casos publicados

sobre la seguridad de su uso en series amplias, hay dudas sobre la

seguridad de esta práctic

a 41 .

La ventilación con presión positiva

aumenta el riesgo de insuflación gástrica, lo que aumenta a su vez

el riesgo de regurgitación.

Retirada de la mascarilla laríngea

La función laríngea está deprimida tras la utilización de la ML

42 .

La monitorización y la administración de oxígeno deben mante-

nerse durante el despertar de la anestesia. La retirada debería rea-

lizarse siempre en lugares en los que exista disponibilidad de

personal y equipo para practicar una intubación traqueal. La

mayoría mantiene la ML en su sitio hasta que el paciente recupera

la consciencia, hasta que recupera los reflejos protectores de las vías

respiratorias y hasta que puede abrir la boca cuando se le ordena.

La retirada de la ML con el globo inflado se asocia a una incidencia

mayor de ronquera, pero sin complicaciones globales de las vías

respiratorias, y muchos recomiendan esta técnica.

Comparación entre la mascarilla laríngea y la mascarilla

facial o el tubo traqueal

Se adquiere una destreza básica más fácilmente con la ML que con

la mascarilla facial. Normalmente se alcanza una tasa de éxito razo-

nable más rápidamente con la ML que con la técnica de intubación

traqueal de Macintosh. Para la intubación traqueal se necesita un

grado de destreza mayor. La ML se introduce a ciegas, mientras que

el tubo traqueal suele introducirse bajo visión directa. La dificultad

en la inserción de la ML se produce en menos del 4,5% de los pacien-

tes, una incidencia equiparable a la dificultad con la técnica de

Macintosh. La introducción de la ML ocasiona menos estimulación

hemodinámica que la laringoscopia y que la intubación traqueal.

Además, tiene ciertas ventajas sobre la intubación traqueal en el

momento de la «extubación». La incidencia menor de morbilidad

laringofaríngea es similar con ambos dispositivos. Sin embargo, la

tos es menos frecuente con la retirada de la ML que con la retirada

del tubo traqueal, y los efectos hemodinámicos adversos son menos

frecuentes. La apertura de la glotis queda estrechada después de la

intubación traqueal, pero no con el uso de la M

L 42

.

Complicaciones y contraindicaciones

Hay pocas referencias sobre complicaciones graves como conse-

cuencia del uso de la ML, aunque existen casos de muerte y de

daños cerebrales no publicado

s 43

. Entre las complicaciones menos

graves están las lesiones nerviosas.

Cuadro 40-3

 Valoración del funcionamiento de la mascarilla

laríngea

Observación de la presión en las vías respiratorias y del

movimiento del tórax con ventilación manual.

Relleno de la bolsa reservorio durante la espiración.

Capnografía.

Auscultación sobre el cuello.

Presión de fuga del globo de taponamiento.

Volumen corriente espirado y bucle de flujo y volumen.

Exploración con un laringoscopio fibróptico flexible.

Cuadro 40-4

 Peligros de la intubación traqueal intraoperatoria

Cirugía: efectos adversos

Interrupción.

Esterilidad, integridad y amenazas de los resultados.

Problemas de intubación traqueal

Posición subóptima del paciente.

Hipoxia y riesgo de que aumente ésta.

Riesgo de traumatismos tisulares.