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Control de las vías respiratorias en el adulto

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Sección III

Control de la anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

tóxica. Se aprecia el efecto de los cambios de presión en los pulmones

(compresión esternal o ventilación con presión positiva) o en el

esófago (presión sobre la escotadura supraesternal). Los resultados

normales son los siguientes:

El gel del tubo de drenaje no se mueve con la ventilación

con presión positiva o una presión firme breve aplicada

sobre el esternón.

El gel del tubo de drenaje no se mueve cuando se eleva la

presión en las vías respiratorias hasta 20 cmH

2

O.

El gel del tubo de drenaje se mueve ligeramente cuando se

aplica una presión «oscilante» breve sobre la escotadura

supraesternal (el mecanismo es la presión sobre el esófago).

Protección contra la aspiración pulmonar

La PLMA proporciona mayor protección contra la aspiración pul-

monar que la LMAc. En la práctica clínica, la PLMA ha evitado la

aspiración en presencia de regurgitación masiva. Sin embargo, se

han dado casos de aspiración pulmonar cuando la posición errónea

de la PLMA no se corrigió y las comprobaciones funcionales habían

sido satisfactorias. La PLMA proporciona una protección buena,

pero incompleta, contra la aspiración pulmonar.

Obstrucción de las vías respiratorias

Se han mencionado casos de obstrucción significativa de las vías

respiratorias con la PLMA. En el 13% de los pacientes obesos que

iban a someterse a colecistectomía laparoscópica fue necesario rea-

lizar una intubación traquea

l 49

. La obstrucción puede deberse a una

posición errónea o a obstrucción de la cavidad por pliegues del

globo de taponamiento al inflarlo, por el estrechamiento de la glotis

a través de presión directa o por laringoespasmo durante el uso de

una PLMA colocada correctamente.

Algunos han aconsejado la utilización de la PLMA durante una

cirugía mayor, como la colecistectomía laparoscópic

a 49 ,

pero este

punto es controvertid

o 41

. La utilización de la PLMA para este tipo de

intervenciones quirúrgicas solamente debería considerarse en los

pacientes sin factores de riesgo añadidos (como obesidad, enferme-

dad por reflujo gastroesofágico sintomática, disminución de la disten-

sibilidad o aumento de resistencia de las vías respiratorias) para el uso

de DRSG. El anestesiólogo debe estar listo para reconvertir el proce-

dimiento a intubación traqueal en cualquier moment

o 49 .

La intuba-

ción traqueal proporciona un accesomás seguro a las vías respiratorias

y debería constituir la norma para los casos de cirugía mayor.

Dispositivos supraglóticos desechables

Las ML originales fueron diseñadas para usarse hasta 40 veces. La

contaminación proteica aparece tras el primer uso y aumenta con

cada aplicación posterior, a pesar de que los procesos de limpieza

y de esterilización en autoclave sean correctos. Se han desarrollado

DRSG desechables, de un solo uso, para evitar la aparición de

infecciones cruzadas. La facilidad y la calidad de los resultados en

estudios diferentes han sido contradictorias.

Tubos traqueales

Los tubos traqueales están diseñados para proporcionar un canal

seguro a través de las vías respiratorias superiores. El extremo distal

descansa entre la porción media e inferior de la tráquea, mientras que

el extremo proximal queda por fuera de la boca o de la nariz, donde se

conecta al circuito de anestesia o a otro dispositivo.Los tubos traqueales

utilizados en los adultos disponen de un globo cerca del extremo distal

que se infla para proporcionar un sellado contra la pared traqueal para

proteger a los pulmones de la aspiración pulmonar y garantizar que el

volumen corriente suministrado es suficiente para ventilar los pulmo-

nes, en lugar de escaparse hacia las vías respiratorias superiores. Los

globos se inflan normalmente con aire y disponen de un tubo de insu-

flación con un globo piloto que indica la presión de insuflación.

El tamaño del tubo traqueal se describe normalmente en

forma de diámetro interno (DI) en milímetros, pero la relación del

DI con el diámetro externo varía según el diseño y los fabricantes.

Antiguamente se consideraba una práctica buena utilizar el tubo más

grande posible. Es posible que los tubos muy pequeños no propor-

cionen el tiempo suficiente para que se complete la espiración y

provoquen atrapamiento de aire («auto-PEEP»), con el riesgo consi-

guiente de barotrauma y compromiso circulatorio. Otros autores no

han apreciado indicios de obstrucción a la espiración con tubos de

DI de sólo 6mm, y el incremento generado en la carga de trabajo

suele tener escasa relevancia clínica durante la anestesia. La utiliza-

ción de tubos pequeños disminuye la incidencia de dolor de garganta

y ronquera.Además,sonmás fáciles de introducir que losmás grandes

y pueden generar menos presión en la laringe. Es más sencillo intro-

ducir tubos traqueales pequeños enhebrados en introductores o en

un LF

F 50 .

La restricción del flujo de gas a través del tubo traqueal

aumenta notablemente por la presencia de un LFF o un catéter de

aspiración en el interior de su luz. En los varones suelen emplearse

tubos traqueales de 8mm (DI) y en las mujeres de 7,5mm (DI).

Los tubos traqueales especializados diseñados para la anestesia

abarcan los preformados, los de configuración ajustable y los reforza-

dos. También se utiliza este tipo de tubos para la cirugía otorrinola-

ringológica (cirugía láser y microlaríngea) y para la anestesia torácica

y los cuidados críticos. Los tubos traqueales pueden acodarse, obstru-

yéndose por tanto al angularse.Los tubos anillados (reforzados) tienen

una espiral encastrada (normalmente de acero inoxidable) que mini-

miza la posibilidad de acodamiento cuando se somete a angulación.

Los tubos traqueales reforzados son los tubos de elección en numero-

sos procedimientos que se realizan en la cabeza y el cuello y cuando

la colocación del paciente no es la de decúbito supino. Sin embargo,

un tubo reforzado que se ha comprimido permanece pinzado, por lo

que es de suma importancia evitar que el paciente lo muerda.

El material y la forma del bisel de la punta del tubo traqueal

pueden influir en la facilidad de introducción y en la probabilidad

de traumatismos a su paso. La punta de los primeros tubos tra-

queales de Magill tenía un bisel simple y blando. El ojo de Murphy,

un orificio en la pared de una punta firme en el lado opuesto al

bisel, se diseñó para proporcionar un acceso permeable a la vía

respiratoria en caso de que el tubo se obstruyese en el bisel. La fuga

de aire a través del ojo de Murphy puede facilitar el diagnóstico

precoz del desplazamiento del tubo traqueal antes de que se haya

producido una extubación accidental completa.

La insuflación del globo permite un sellado entre el tubo

traqueal y la pared de la tráquea. No debería fugarse aire a las

presiones en las vías respiratorias necesarias para llevar a cabo una

ventilación con presión positiva, y los pulmones deberían estar

protegidos contra la aspiración. Los globos de los primeros tubos

traqueales generaban presiones altas que podían provocar isque-

mia de la mucosa.Más tarde se desarrollaron globos de baja presión

y volumen alto para conformar una sección transversal de la

tráquea en forma de D y proporcionar sellado a presiones menores,

reduciendo de este modo el riesgo de lesiones traqueales.

A menudo se recomienda insuflar el globo con un volumen

que impida solamente la fuga de aire («volumen de sellado justo»).

Sin embargo, dicha presión es sumamente variable. Al evitar que el

globo se infle con una presión excesiva puede disminuirse la inci-

dencia de lesiones traqueales, disfunción de las cuerdas vocales

secundaria a parálisis del nervio laríngeo recurrente y dolor de

garganta después de la cirugía. Dado que la palpación no constituye

una guía adecuada de la presión del globo, se recomienda utilizar

un monitor para mantener dicha presión entre 25 y 30 cmH

2

O 51 .

Un globo inflado correctamente protege frente a una aspira-

ción pulmonar masiva,si bien puede producirse una aspiración silente