Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1364 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1364 / 2894 Next Page
Page Background

1364

Control de la anestesia

III

continuación sobre la guía hasta la porción superior de la tráquea,

retirando la guía a continuación y avanzando el tubo en el interior de

la tráquea

( fig. 40-16

). Las guías pueden salir por la boca o por la

nariz. En caso de que se haya planificado una intubación nasal y la

guía haya salido por la boca, puede pasarse un catéter blando a través

de la nariz, sacándolo por la boca, y usarlo después para sacar la guía

a través de la nariz. Las guías pueden ser introductores de plástico,

catéteres epidurales, guías metálicas de acero y suturas. Estos mate-

riales de guía poseen propiedades diferentes, pero no se ha compa-

rado su eficacia clínica. El paso de un catéter epidural a través de la

laringe ha conseguido su propósito después de que hubiera fallado

una guía metálica, y es más fácil recuperar de la boca un introductor

de plástico que una guía metálica. Las guías metálicas constituyen

una alternativa mejor para combinarlas con el LFF. La técnica puede

realizarse con anestesia tópica en un paciente sedado.

Los detalles de la técnica son importantes. La extensión del

cuello facilita el acceso a la membrana cricotiroidea. Las guías se

introducen a través de una aguja o una cánula que se inserta hori-

zontalmente (de manera que no se lesionen las cuerdas vocales),

con el bisel en dirección cefálica. La posición intratraqueal de la

aguja inicial debería confirmarse mediante la aspiración de aire. La

subluxación mandibular y la tracción de la lengua pueden facilitar

el paso de la guía por detrás de la lengua.

Se ha descrito una serie de problemas con la técnica retrógrada

y se han formulado variantes

( fig. 40-17 )

para mejorar su fiabilidad.

El problema más frecuente es que el tubo traqueal salte al interior del

esófago una vez que se ha retirado la guía, ya que la membrana cri-

cotiroidea

( fig. 40-18 )

únicamente queda 1cm por debajo de las

cuerdas vocales. La introducción de una vaina de plástico más rígida

y ancha sobre la guía actúa a modo de introductor para el tubo tra-

queal y mejora la fiabilidad. Una tracción excesiva sobre la guía puede

tirar del tubo traqueal en sentido anterior, ocasionando una alinea-

ción errónea y aumentando el riesgo de que el avance del tubo se vea

estorbado por la epiglotis u otras estructuras laríngeas. La intubación

retrógrada a través de la nariz puede tener éxito cuando ha fallado la

vía oral, probablemente porque es menos probable que choque con

la glotis anterior. La introducción a través del espacio subcricoideo

(cricotraqueal) en lugar de hacerlo por el cricotiroideo puede mejorar

la fiabilidad, con el posible inconveniente de que puede aumentar el

riesgo de hemorragia. La guía puede enhebrarse a través del ojo de

Murphy y pasarse a continuación a través de la luz proximal del tubo

traqueal. Se ha conseguido la intubación después de que hubiesen

fallado otras técnicas, tirando del tubo después de haber hecho un

nudo dentro del ojo de Murph

y 84

.

La técnica retrógrada tiene algunas desventajas. Es cruenta y

el avance del tubo traqueal se hace a ciegas. Supone varios pasos y se

necesita cierto tiempo. Las complicaciones más habituales son hemo-

rragias poco importantes, enfisema subcutáneo, neumomediastino e

infección. Entre las contraindicaciones están las coagulopatías, la

incapacidad para identificar los puntos de referencia, la patología

laríngea y las infecciones locales. Ciertos autores han logrado tasas de

éxito altas con la técnica retrógrad

a 84

, mientras que otros han obte-

nido un éxito escaso y tasas de complicaciones notable

s 85 .

Uno de los méritos más destacables de la técnica es su sim-

plicidad. Tiene poca relevancia en la práctica electiva en los hos-

pitales avanzados. Puede ser la técnica de elección cuando el

paciente presenta una hemorragia faríngea y se prevea imposible

la intubación. Es de utilidad cuando está indicada la intubación

con el paciente despierto y no se dispone de equipo sofisticado.

Estilete iluminado (intubación guiada por luz)

El término «estilete iluminado» puede usarse para describir a cual-

quier dispositivo que emplee una luz brillante en el interior de la

punta de un tubo traqueal como guía para facilitar la intubación

traquea

l 86 .

La técnica depende de la interpretación de la luz trans-

mitida a través de la piel del cuello para señalar la posición de la

punta del tubo traqueal. Cuando la punta está en la laringe, la luz

debería estar en la línea media y su posición en el plano longi­

tudinal indica su ubicación con respecto al cartílago laríngeo.

A medida que la luz va avanzando más distalmente, una incandes-

cencia localizada señala una posición traqueal y una incandescen-

cia difusa indica una posición esofágica.

Figura 40-16

 Intubación retrógrada con un equipo de Cook.

A,

Una vez

colocada la vaina de una aguja del calibre 18 G en el interior de la laringe, se

introduce el extremo en J de la guía metálica en dirección cefálica hasta que

salga por la boca o por la nariz.

B,

A continuación se enhebra un catéter de

Teflon de 11,0 Fr sobre la guía metálica hasta que contacta con el lugar

de entrada en la laringe. La guía se saca por arriba.

C,

Después de avanzar el

catéter de Teflon entre 2 y 3cm, se avanza el tubo traqueal en el interior de la

tráquea mientras se mantiene un control constante del catéter.

(Por cortesía

de Cook Critical Care, Bloomington, IN.)