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Control de la anestesia

III

distal de la tráquea y a continuación se desliza el tubo traqueal

sobre él, en el interior de la tráquea, pidiendo al paciente que

inspire profundamente. En cuanto se haya confirmado la intuba-

ción traqueal, se retirará el LFF con el paciente despierto, ya que

la respiración se verá notablemente obstruida mientras el LFF per-

manezca en el interior del tubo traqueal. No obstante, una retirada

demasiado prematura del LFF durante el deslizamiento del tubo

traqueal hacia el interior de la tráquea puede descolocar el tubo y

hacer que éste progrese hacia el esófago. La intubación traqueal se

confirma visualizando la carina cerca del extremo del tubo tra-

queal, y se ajusta esta distancia hasta unos 3-4 cm. Antes de inducir

la anestesia es obligatorio realizar una confirmación adicional de

la intubación traqueal mediante capnografía.

La técnica de la LFF es directa en la mayoría de los pacientes,

pero puede verse dificultada en aquellos con una anatomía distorsio-

nada o con un espacio muy limitado. La subluxación mandibular

puede resultar beneficiosa en el segundo caso.Una visión rojiza opaca

significa que la lente está chocando con la mucosa o indica la presen-

cia de sangre, mientras que una visión blanca está ocasionada por la

presencia de secreciones. Si se pierde de vista la diana, debe retirarse

el LFF, volver a identificar la diana y avanzar de nuevo el LFF.

En las situaciones en las que el uso por separado del LFF

resulte dificultoso, puede ser beneficioso combinarlo con otras técni-

cas. Puede enhebrarse en sentido ascendente una guía retrógrada en

el canal de trabajo del LFF, sobre el que se montará el tubo, y a con-

tinuación todo este conjunto se desliza hasta la membrana cricotiroi-

dea antes de retirar la guía. Otra alternativa bastante fiable consiste

en pasar el LFF a lo largo de una guía retrógrada en el interior de un

tubo traqueal, avanzando a continuación el LFF hasta la carina para

que actúe como introductor. Puede usarse la laringoscopia directa o

indirecta con el LFF. Se ha descrito la utilización de la capnografía

como guí

a 70 .

La utilización con DRSG se describe más adelante.

Dificultades durante el avance del tubo traqueal

La dificultad para avanzar los tubos traqueales sobre un LFF colo-

cado correctamente es habitual, y puede ocasionar hipoxia y trau-

matismos en las vías respiratorias, pudiendo poner en peligro la

vida del pacient

e 50

. Los focos más importantes que obstruyen el

avance del tubo traqueal son la escotadura interaritenoidea y el

cartílago aritenoideo derecho y la epiglotis, además de la obstruc-

ción en el interior de la cavidad nasal cuando se utiliza dicha vía

50 .

La subluxación mandibular puede ayudar a guiar el LFF en el

interior de la tráquea, pero puede obstruir el paso posterior del

tubo traqueal, de manera que habrá que disminuirla una vez que

el tubo traqueal ha pasado la laring

e 50

. No se debe forzar nunca

durante los intentos de avance del tubo traqueal.

Deben adoptarse todas las medidas para garantizar la proba-

bilidad de éxito de que el tubo traqueal va a entrar al primer intent

o 50 .

Los factores del tubo traqueal que pueden incrementar el éxito del

avance son una holgura pequeña entre el tubo traqueal y el LF

F 50

y

el tipo de tubo traqueal. Aunque se ha recomendado la utilización

de un tubo traqueal convencional calentado, no está claro cuánto

tiempo conserva ese aumento de flacidez, no hay pruebas de que sea

mejor que los tubos traqueales anillados y puede aumentar el riesgo

de acodamientos. Existen pruebas contradictorias de que los tubos

anillados pasan más fácilmente que los tubos traqueales convencio-

nales por el LFF hasta la tráquea. Los tubos traqueales con puntas

modificadas para facilitar su paso a la tráquea tienen un valor com-

probado y pueden ser hoy en día los tubos traqueales de elección.

Limitaciones del laringoscopio fibróptico flexible

en la intubación difícil imprevista

La utilización del LFF en los pacientes anestesiados inmediatamente

después de que haya fracasado la laringoscopia directa puede resultar

difícil

( cuadro 40-12

). La flexibilidad que contribuye a la versatilidad

del LFF en los pacientes programados puede resultar desventajosa,

ya que no es posible controlar rápidamente la posición de la punta.

La utilización de la vía nasal en un paciente no preparado conlleva

riesgo de epistaxis, lo cual resulta particularmente peligroso en dicha

situación. Es preferible la intubación fibróptica, aunque puede ser

preciso combinar la subluxación mandibular, la tracción de la lengua

o la utilización simultánea de una laringoscopia directa, a menos que

se coloque un conducto de guía. El uso de cánulas orales tubulares

puede ser de gran ayuda cuando el personal cuenta con la formación

adecuad

a 46 .

La cánula debe mantenerse en la línea media y dirigida

hacia la laringe. La intubación fibróptica a través de una ILMA o una

LMAc está recomendada en las guías de intubación difíci

l 52 .

La intu-

bación mediante LFF a través de una ILMA suele tener éxito, aunque

también ocurren fracaso

s 71 .

El uso del catéter de Aintree u otros

similares con la LMAc es otra buena alternativ

a 72

. El uso de la LFF

en un paciente con una dificultad imprevista de las vías respiratorias

exige la disponibilidad inmediata de un LFF estéril.

Contraindicaciones y complicaciones

No existen contraindicaciones absolutas para la laringoscopia

fibróptica flexible con el paciente despierto. No puede realizarse sin

su colaboración. Es poco probable que funcione con el paciente

despierto en presencia de una hemorragia masiva en las vías res-

piratorias, aunque la ML puede proporcionar un conducto eficaz.

El cartílago aritenoides puede desplazarse, incluso cuando

aparentemente el paso del tubo haya sido atraumático. Las lesiones

laríngeas son más probables cuando se han efectuado varios intentos

de paso del tubo traqueal, pero estas lesiones son menos frecuentes

y menos graves que en los pacientes en los que se ha realizado una

laringoscopia directa. Se han mencionado problemas de morbimor-

talidad asociada al LFF en demandas judiciale

s 43 .

También se ha

publicado una obstrucción completa de las vías respiratorias durante

una intubación fibróptica con el paciente «despierto» en pacientes

con una vía respiratoria crítica, pero se le echó la culpa a la intensidad

de la sedación y a que la anestesia tópica fue incomplet

a 27 .

La larin-

goscopia fibróptica flexible con el paciente despierto es segura en los

casos de vías respiratorias críticas en manos experta

s 68 .

Dispositivos ópticos indirectos rígidos

La rigidez de los dispositivos ópticos indirectos rígidos permite

controlar rápidamente su punta a expensas de reducir la versatili-

dad en comparación con los dispositivos flexibles. Son menos caros

Cuadro 40-12

 Problemas con la técnica de laringoscopia

fibróptica flexible en una intubación difícil imprevist

a *

Se necesita una gran destreza para controlar rápidamente la

punta del laringoscopio.

Se necesitan dos especialistas con experiencia.

El equipo a menudo no está listo (tiempo).

Secreciones, edema y hemorragia.

La vía respiratoria está menos abierta que en el paciente

despierto: se necesita subluxar la mandíbula, colocar una

cánula oral o ambas cosas.

La presión cricoidea puede estorbar el procedimiento.

Dificultad de paso del tubo traqueal.

Riesgos del paciente: hipoxia, hipoventilación y aspiración

pulmonar.

*Paciente anestesiado y paralizado.