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Control de las vías respiratorias en el adulto

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Sección III

Control de la anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

La curva de aprendizaje es notable, pero pueden lograrse tasas

de éxito altas con escasas complicaciones enmanos de especialistas que

emplean la técnica con regularidad en su práctica clínic

a 87 .

Puede

usarse con la intubación por vía oral y nasal, con tubos de doble luz o

junto con otros dispositivos como la ML o la ILMA. Se ha descrito su

aplicación satisfactoria en numerosas situaciones de dificultad de las

vías respiratoria

s 87 ,

como en casos de trastornos de la columna cervical

y para la intubación en decúbito lateral. Las excelentes tasas de éxito

logradas después de la administración de RNM no pudieron repetirse

en pacientes no relajados, en los que la incidencia de reacciones adver-

sas fue considerablemente inaceptabl

e 88 .

Entre las causas de sus fracasos

están los defectos de iluminación como consecuencia de la obesida

d 88

o la pigmentación de la piel, la resistencia al avance del tubo traqueal

y situaciones como tos, hipoxia e intubación esofágic

a 88 .

La técnica es

particularmente difícil en presencia de lesiones laríngeas. Entre las

contraindicaciones para realizarla están los tumores de las vías respira-

torias, las infecciones, los traumatismos y los cuerpos extraños.

Respuesta fisiológica a la intubación traqueal

La laringoscopia directa y el paso del tubo traqueal son estímulos

nocivos que pueden provocar respuestas adversas en diversos sis-

temas fisiológicos aparte del cardiovascular y respiratorio.

La intubación traqueal en un plano anestésico excesivamente

superficial se asocia a una hipertensión y una taquicardia notables.

La magnitud de la respuesta es mayor conforme aumenta la fuerza

y la duració

n 10

de la laringoscopia. La elevación de la presión arte-

rial comienza normalmente a los 5 segundos de iniciada la larin-

goscopia, alcanza su máximo en cuestión de 1-2 minutos y regresa

a sus valores de control en 5 minutos. Estos cambios hemodinámi-

cos pueden desencadenar isquemia miocárdica, pero por lo general

tienen pocas repercusiones en la mayoría de los pacientes. No obs-

tante, son indeseables en aquellos con patología cardíaca.

Es posible separar los factores que contribuyen a la respuesta

hemodinámica. Los cambios hemodinámicos comienzan a los

pocos segundos de la laringoscopia directa,y se produce un aumento

adicional en la frecuencia cardíaca y en la presión arterial durante

la introducción del tubo traqueal. La intubación traqueal a través

de una ILMA desencadena un efecto hemodinámico similar al pro-

vocado por la laringoscopia direct

a 89 .

Cuando la intubación orotra-

queal o la INT se realizan con el LFF bajo anestesia general sin

anestesia tópica de las vías respiratorias, los cambios hemodinámi-

cos son parecidos a los observados con la laringoscopia directa.

Se han probado numerosas técnicas en un esfuerzo por atenuar

las respuestas hemodinámicas adversas a la intubación, pero ninguna

de ellas es la ideal. La prevención mediante una profundización del

plano anestésico es atractiva en la teoría. Sin embargo, los cambios en

la concentración de los anestésicos en la sangre y en sus lugares de

acción ocurren lentamente en relación al comienzo y la desaparición

de los estímulos en las vías respiratorias y las respuestas hemodiná-

micas. La utilización de N

2

O con un anestésico inhalatorio puede ser

beneficiosa. Dosis altas de opiáceos (aparte de la morfina), como el

fentanilo, 6

m

g/kg, suprimen la respuesta hemodinámica, pero con el

riesgo de prolongar la depresión respiratoria. Los anestésicos tópicos

en aerosoles o mediante otros tipos de aplicación pueden ser benefi-

ciosos y tienen un riesgo escaso de reacciones adversas. La aplicación

de esta anestesia tópica puede ocasionar reacciones hemodinámicas

adversas poco relevantes, mucho menore

s 90

que las ocasionadas por

la intubación traqueal. También puede ser beneficiosa la combinación

de anestésicos tópicos con otros fármacos, como los opiáceos.

Se ha estudiado el papel de fármacos que actúan fundamen-

talmente sobre el sistema cardiovascular. Muchos pueden dismi-

nuir la presión arterial o la respuesta de la frecuencia cardíaca, pero

no ambas cosas, y pueden ocasionar hipotensión o bradicardia. Se

ha recomendado la administración de labetalol y esmolol, particu-

larmente en combinación con opiáceos. Sin embargo, raras veces

se indica la administración de dichos fármacos.

Otra estrategia para disminuir la respuesta cardiovascular a

la intubación traqueal consiste en modificar la técnica de la intu-

Figura 40-17

 Variaciones de la técnica retrógrada. La membrana

cricotiroidea está indicada con una

flecha

. La guía se ha insertado a través

del espacio cricotraqueal, se ha pasado en un bucle a través del ojo de

Murphy del tubo traqueal y se ha usado para tirar de ella hacia la membrana

cricotraqueal. A través del tubo traqueal se ha pasado un catéter hueco para

que actúe a modo de introductor. Es posible que estas variaciones no se

utilicen simultáneamente en la práctica clínica.

Figura 40-18

 Anatomía de la membrana cricotiroidea.

(Por cortesía de Cook

Critical Care, Bloomington, IN.)