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Control de las vías respiratorias en el adulto

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Sección III

Control de la anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

catéter de aspiración a través del tubo traqueal indica una obstruc-

ción, pero sin especificar su causa. Para completar el diagnóstico en

ocasiones es necesario realizar una exploración con el LFF.

Las fugas en el circuito de anestesia pueden deberse a una

desconexión, a fugas en el globo de neumotaponamiento o a la

posición supraglótica del tubo. La desconexión de componentes del

circuito de anestesia debería detectarse rápidamente con el capnó-

grafo y con la monitorización del volumen respiratorio. Las fugas

de aire cuando el globo del tubo traqueal está intacto pueden deberse

a que el globo está situado entre las cuerdas vocales o cerca de ellas.

Es probable que la presión del globo esté elevada y las marcas en el

tubo nos indicarán que la profundidad de inserción es insuficiente.

El diagnóstico puede confirmarse mediante radiografía de tórax o

endoscopia fibróptica. Las fugas de presión baja pueden deberse a

defectos en el globo, en el tubo de insuflación o en la válvula. La

incompetencia de la válvula puede solucionarse en ocasiones inser-

tando una llave de tres pasos. Si una fuga importante desde el globo

no pudiese solucionarse reinsuflando éste, habrá que reemplazar el

tubo traqueal (preferiblemente con la ayuda de un introductor o de

un catéter intercambiador) para evitar que se produzca hipoventi-

lación o aspiración pulmonar. En caso de que se considere dema-

siado peligrosa la maniobra de sustitución del tubo, la colocación

de un taponamiento faríngeo puede disminuir las fugas, pero la

protección de las vías respiratorias queda limitada y existe el riesgo

de insuflación gástrica. La introducción inadvertida de una sonda

nasogástrica en la tráquea constituye una causa inusual de fugas.

Extubación

El tubo traqueal se retira (extubación) cuando ya no es necesario

para proteger las vías respiratorias. El momento y la técnica para

llevarla a cabo están determinados por el equilibrio entre el efecto

residual de los fármacos anestésicos y la recuperación de los reflejos

de las vías respiratorias y de otras localizaciones. Alrededor del

momento de la extubación se produce un número importante de

complicaciones

( cuadro 40-13

), e incluso casos de muert

e 43 .

La ASA

recomienda que el anestesiólogo tenga una estrategia formulada de

antemano para la extubación y la resolución de problemas después

de ést

a 6 .

Entre los componentes esenciales de dicha estrategia están

la administración mantenida de oxígeno, el mantenimiento de la

ventilación y una estrategia para facilitar la reintubación.

La extubación puede llevarse a cambo en diferentes planos

anestésicos, empleándose a menudo términos como «despierto»,

«superficial» y «profundo». Un plano «superficial» implica la recu-

peración de los reflejos respiratorios de protección, mientras que

«profundo» implica su ausencia. «Despierto» implica una respuesta

adecuada a estímulos verbales. La extubación en un plano anestésico

«profundo» se lleva a cabo para evitar la aparición de reflejos adver-

sos ocasionados por la presencia del tubo traqueal y su retirada,

pagando el precio de que aumenta el riesgo de hipoventilación y de

obstrucción de las vías respiratorias superiores. Los forcejeos, que

podrían estropear la reparación quirúrgica, son menos probables

cuando se realiza la extubación en un plano «profundo». La obstruc-

ción de las vías respiratorias superiores y la hipoventilación son

menos probables durante una extubación en un plano «superficial»,

pagando el precio de una mayor cantidad de reflejos hemodinámicos

y respiratorios adversos. Se ha descrito una estrategia alternativa que

consiste en sustituir el tubo traqueal por una ML en un plano anes-

tésico «profundo». Sin embargo, sigue habiendo riesgos de hipoven-

tilación y de que la ML se coloque en una posición errónea.

Fisiopatología y farmacología de la extubación

El restablecimiento de la respiración después de la ventilación con

presión positiva puede ser errático, apareciendo apnea en presencia de

hipercapnia. Entre las complicaciones respiratorias en el momento de

la extubación están la aspiración pulmonar, la obstrucción de las vías

respiratorias superiores o una hipoventilación que conduzca a hipoxia

y laringoespasmo.El funcionamiento laríngeo está deteriorado,incluso

tras la colocación de la una M

L 42 ,

y puede ser particularmente grave

después de una cirugía del cuello o del tiroides. El riesgo de deterioro

de la función laríngea aumenta en los pacientes con trastornos neuro-

lógicos o neuromusculares. La tos puede resultar particularmente

problemática durante la extubación en «planos anestésicos superficia-

les» y no puede evitarse por completo. La frecuencia de la tos puede

reducirse cuando se utiliza sevoflurano.La administración intravenosa

de alfentanilo y lidocaína también puede disminuir el riesgo de tos, al

igual que la administración de anestésicos locales que lubriquen el

globo de neumotaponamiento del tubo o aplicados en las cánulas.

Las complicaciones cardiovasculares consisten en hipertensión

arterial (con un aumento asociado en las presiones intracraneal y

ocular), taquicardia y arritmias. El edema pulmonar puede deberse a

isquemia miocárdica o a la presión intrapulmonar negativa provocada

por el esfuerzo respiratorio durante la obstrucción de las vías respira-

torias. Durante la extubación en planos anestésicos «superficiales»

pueden producirse a menudo incrementos notables en la presión arte-

rial y la frecuencia cardíaca. Estos efectos son alarmantes, pero nor-

malmentetransitorios,yhaypocosindiciosdequetenganconsecuencias

adversas. Sin embargo, pueden ocasionar incrementos nocivos en las

presiones intracraneal e intraocular después de intervenciones quirúr-

gicas neurológicas u oftalmológicas. Numerosas técnicas pueden

disminuir la incidencia de dichas reacciones adversas. Los opiáceos,

los betaadrenérgicos y los antagonistas de los canales del calcio son los

fármacos más ampliamente estudiados. Los resultados son contradic-

torios y conllevan riesgos de reacciones adversas. En las contadas

ocasiones en las que están indicados, deberían administrarse fármacos

de acción corta, monitorizando continuamente la presión arterial.

La recuperación rápida de la consciencia acorta el período

de riesgo durante la extubación y puede disminuir la morbilidad,

sobre todo en los pacientes obesos. La recuperación puede acele-

rarse evitando la premedicación sedante. El protóxido y los inha-

latorios sevoflurano y desflurano contribuyen a una recuperación

rápida, sobre todo después de procedimientos prolongados. El

remifentanilo también facilita una recuperación rápida, una extu-

bación precoz y la presencia de valores de Spo

2

altos en el momento

del ingreso en la unidad de cuidados postanestésicos.

Posición

La «posición de olfateo» es la posición estándar para la extubación. Su

ventaja principal es que está optimizado el control de las vías respira-

torias, incluida la posibilidad de reintubación. La posición de «recu-

peración» (lateral) puede ser una opción más segura cuando está

aumentado el riesgo de aspiración pulmonar. La acción de la gravedad

provoca que las partes blandas y cualquier material extraño en la

faringe se desplace hacia abajo,alejándose de la laringe,y que el líquido

drene fuera de la boca, disminuyendo de este modo el riesgo de obs-

trucción de las vías respiratorias superiores y de aspiración pulmonar.

Sería prudente girar preventivamente a los pacientes de riesgo hacia

la posición de recuperación, ya que, en caso de que deba hacerse este

Cuadro 40-13

 Complicaciones en la extubación

Hipoventilación (efecto residual de los fármacos anestésicos

y del bloqueo neuromuscular).

Obstrucción de las vías respiratorias superiores.

Laringoespasmo y broncoespasmo.

Tos (dehiscencia de la herida).

Deterioro de la competencia laríngea y aspiración pulmonar.

Hipertensión, taquicardia, arritmias, isquemia miocárdica.