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naturaleza multifactorial del dolor crónico, es altamente cuestionable

si los opioides pueden producir por sí mismos una respuesta anal-

gésica si, por ejemplo, existe unmayor componente afectivo del dolor

o si una conducta dolorosa aprendida es el principal problema.

Además, la prevalencia de la adicción es incluso de un 50% en los

pacientes tratados con opioides para el dolor crónico no malign

o 84,85 .

El punto central que ha de tenerse en cuenta es que debe evaluarse

de forma completa al paciente, no sólo al dolo

r 86 .

El objetivo de la

intervención no es sólo el origen de la nocicepción (si pudiera ser

identificado), sino también el sufrimiento, la disfunción, los factores

psicosociales y la dependencia del sistema de atención sanitaria (v.

antes). Por tanto, el uso de opioides como modalidad terapéutica

única en el dolor no maligno crónico no está recomendado.

Analgésicos antipiréticos y fármacos

antiinflamatorios no esteroideos

Los AINE acídicos y los analgésicos antipiréticos no acídicos (p. ej.,

paracetamol, fenazonas) inhiben las COX, las enzimas que catalizan

la transformación del ácido araquidónico (un componente ubicuo

celular generado desde los fosfolípidos) a prostaglandinas y los

tromboxano

s 87

. Dos isoformas, la COX-1 y la COX-2, se expresan

de forma constitutiva en los tejidos periféricos y en el sistema ner-

vioso central. En respuesta a la lesión y a los mediadores inflama-

torios (p. ej., citocinas, factores de crecimiento) se estimula la síntesis

de ambas isoformas, lo que produce un aumento de las concentra-

ciones de prostaglandinas. En la periferia, las prostaglandinas (prin-

cipalmente la PGE

2

) sensibilizan los nociceptores por fosforilación

de los canales iónicos (p. ej., Na

+

, TRPV1) a través de la activación

de receptores de prostaglandina E. Como resultado, los nociceptores

pueden comenzar a responder más a estímulos nocivos mecánicos

(p. ej., presión, distensión de órganos huecos), químicos (p. ej., aci-

dosis, bradicininas, factores neurotróficos) o térmicos. En la médula

espinal, laPGE

2

bloquea la inhibiciónneuronal glicinérgica, aumenta

la liberación de aminoácidos excitatorios y despolariza las neuronas

ascendentes. Estos mecanismos facilitan la generación de impulsos

desde los nociceptores y su transmisión a través de la médula espinal

hasta áreas encefálicas superiores. Al bloquear una (inhibidores

selectivos de la COX-2) o las dos enzimas (AINE no selectivos)

disminuye la formación de prostaglandinas. Consecuentemente, los

nociceptores se vuelven menos respondedores a estímulos doloro-

sos y se atenúa la neurotransmisión espinal.

Estados de dolor menos intenso (p. ej., artrosis incipiente,

cefalea) son habitualmente tratados con AINE no selectivos (p. ej.,

aspirina, ibuprofeno, indometacina, diclofenaco) o analgésicos anti-

piréticos (p. ej., paracetamol), la mayoría utilizados por vía oral. Se

dispone de algunos fármacos para aplicación parenteral, rectal o

tópica. La disponibilidad sin receta y la automedicación han gene-

rado un frecuente abuso y toxicidad. Los efectos secundarios se han

atribuido al bloqueo inducido de la COX-1 en la producción de

tromboxanos y la alteración de la función plaquetaria (alteraciones

gastrointestinales y hemorragias), a la disminución de las prosta-

glandinas de protección tisular (úlceras gastrointestinales, perfora-

ción), a la disminución de las prostaglandinas vasodilatadores

renales (nefrotoxicidad) y a la formación de metabolitos altamente

reactivos (hepatotoxicidad por paracetamol). El desarrollo de inhi-

bidores selectivos de la COX-2 fue promovido partiendo de la base

de que la expresión de la COX-2 está selectivamente inducida en el

tejido inflamado y de que se podría mantener la COX-1 constitutiva

y su acción tisular protectora. Ahora está claro que la expresión de

la COX-2 es constitutiva en muchos tejidos (p. ej., el epitelio gastro-

intestinal, el endotelio vascular, la médula espinal) y que la inhibi-

ción de la COX-2 puede exacerbar la inflamación, alterar la

cicatrización de úlceras y disminuir la formación de prostaciclinas

vasoprotectoras. Los inhibidores selectivos de la COX-2 confieren

un aumento del riesgo de trombosis, infarto de miocardio, altera-

ción renal, hipertensión, ictus y toxicidad hepática. Ambas clases de

inhibidores COX pueden producir raras reacciones anafilácticas. El

paracetamol tiene una relativamente baja actividad antiinflamatoria

y antiplaquetaria. Se utiliza para la artrosis, la cefalea y la fiebr

e 87 .

Fármacos serotoninérgicos

La serotinina (5-hidroxitriptamina [5-HT]) es un neurotransmisor

monoamina que se encuentra en el sistema nervioso simpático, en

el tracto gastrointestinal y en las plaquetas. Actúa sobre receptores

5-HT expresados en todos los niveles del neuroeje y en los vasos

sanguíneos. Dentro del asta dorsal de la médula espinal, las neuro-

nas serotoninérgicas contribuyen a la inhibición del dolor endó-

geno. Con la excepción del 5-HT

3

(un canal iónico sincronizado

por ligando), los receptores 5-HT son receptores acoplados a pro-

teínas G. Los agonistas 5-HT

1B/1D

(triptanes) han sido estudiados

ampliamente y son eficaces contra las cefaleas neurovasculares

(migrañas, en racimo). Se piensa que las migrañas están relaciona-

das con la liberación de neuropéptidos (p. ej., el péptido relacio-

nado con el gen de la calcitonina) desde las neuronas sensitivas del

trigémino que inervan los vasos sanguíneos meníngeos e intracra-

neales. Esto da lugar a vasodilatación, a una reacción inflamatoria

y al consiguiente dolor. Los triptanes inhiben la inflamación neu-

rogénica a través de los receptores 5-HT

1D

de los aferentes del

trigémino, con otros posibles sitios adicionales de acción en las

neuronas talámicas y en la sustancia gris periacueductal. La acti-

vación de los receptores 5-HT

1B

vasculares constriñe los vasos

meníngeos (y coronarios). Estos últimos efectos han estimulado

una búsqueda de abordajes no vasoconstrictores, como los agonis-

tas altamente selectivos 5-HT

1D

y 5-HT

1F

. Sin embargo, ninguno de

ellos ha demostrado efectos clínicos antimigrañosos hasta ahora.

Los triptanes pueden aplicarse por vía oral, subcutánea o trans-

nasal, y se han utilizado para el tratamiento de la migraña. Todos los

triptanes constriñen las arterias coronarias a través de los receptores

5-HT

1B

hasta en un 20% a dosis clínicas y no deben administrarse a

pacientes con factores de riesgo coronario, cerebrovascular o de enfer-

medad vascular periférica. Algunos triptanes tienen el potencial de

presentar importantes interacciones farmacológicas (p. ej., con los

inhibidores de la monoaminooxidasa, el propanolol, la cimetidina, las

medicaciones metabolizadas por el citocromo P450, inhibidores de la

bomba glucoproteína P). El uso racional de triptanes debería restrin-

girse a pacientes con incapacidad asociada a migraña

s 88 .

Fármacos antiepilépticos

Los antiepilépticos se utilizan para el tratamiento del dolor neuropá-

tico originado por lesiones del sistema nervioso periférico (p. ej., dia-

betes, herpes) o central (p. ej., ictus). Estos síndromes se han atribuido

a una actividad ectópica en nociceptores sensibilizados desde brotes

de regeneración de nervios, reclutamiento de nociceptores previa-

mente «silentes» o actividad neuronal espontánea (o cualquier com-

binación de estos procesos). Estos hechos pueden dar lugar a una

sensibilización de los aferentes primarios y a una posterior sensibili-

zación de neuronas ascendentes de segundo y tercer orden. Entre los

mecanismos mejor estudiados están el aumento de la expresión y del

tráfico de canales iónicos (p. ej., Na

+

, Ca

2+

, TRP) y el incremento en la

actividad de los lugares con receptores glutamato (NMDA). Entre los

mecanismos de acción de los antiepilépticos destacan la estabilización

de la membrana neuronal al bloquear canales de Na

+

dependientes del

voltaje activos de forma patológica (carbamazepina, fenitoína, lamo-

trigina, topiramato), el bloqueo de canales de Ca

2+

dependientes del

voltaje (gabapentina, pregabalina), la inhibición de la liberación presi-

náptica de neurotransmisores excitatorios (gabapentina, lamotrigina)

y el aumento de la actividad de los receptores GABA (topiramato).

Anestesia y tratamiento del dolor crónico

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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