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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

estadificar algunas lesiones del lóbulo superior izquierdo, debido al

drenaje linfático de dicho lóbulo. Las mediastinoscopias cervical y

anterior se han recomendado como las técnicas más fiables para

establecer el diagnóstico histológico en los pacientes con obstruc-

ción de la vena cava superio

r 158 .

La morbilidad relacionada con la mediastinoscopia oscila

del 2 al 8%. La complicación más grave de la mediastinoscopia es

una hemorragia grave, que puede requerir una toracotomía urgente.

Se puede producir una obstrucción de la vía respiratoria central

debido a la compresión de la tráquea durante la inducción de la

anestesia o durante la manipulación del mediastinoscopio cerca de

la tráquea. Otras complicaciones potenciales son la compresión del

tronco braquiocefálico, neumotórax, paresia del nervio laríngeo

recurrente, lesión del nervio frénico, lesión esofágica, quilotórax

y embolia aére

a 159 .

En los pacientes sometidos a mediastinoscopia cervical, se

debe revisar la radiografía torácica y la TC o la resonancia magné-

tica (RM) del tórax en busca de la presencia de una masa que

podría obstruir la vía respiratoria durante la evaluación preopera-

toria. Es posible realizar una mediastinoscopia con anestesia local.

Ésta puede ser una opción (sobre todo utilizando mediastinoscopia

anterior) con una masa mediastínica anterior en adultos coopera-

dores que presentan un compromiso de la vía respiratoria. Sin

embargo, la tos o el movimiento del paciente puede provocar com-

plicaciones respiratorias. La mayoría de estos pacientes requieren

anestesia general, con la colocación de un TLS. En algunos centros,

la mesa de operaciones se rota 90 grados, por lo que puede reque-

rirse la extensión del circuito respiratorio de anestesia. Después de

colocar un rodillo bajo los hombros, se debe estabilizar y fijar el

TLS, porque existe el riesgo de que se desplace el tubo. No es nece-

sario utilizar una vía arterial en estos casos. Sin embargo, es obli-

gatorio monitorizar el pulso del brazo derecho (pulsioxímetro en

el brazo derecho, la vía arterial o el dedo del anestesiólogo) porque

se puede producir la compresión del tronco braquiocefálico por el

mediastinoscopio y el cirujano no suele advertir esta situación. El

tronco braquiocefálico irriga no sólo el brazo derecho, sino también

la carótida común derecha. Los pacientes que no tienen una buena

circulación colateral cerebral (no suele ser posible predecir de qué

pacientes se trata) tienen un riesgo de isquemia cerebrovascular

con la compresión de dicho tronco. En el brazo izquierdo se coloca

un manguito de medición no invasiva de la presión arterial para

confirmar la presión sistólica correcta en caso de sospecha de com-

presión del tronco braquiocefálico.

Una hemorragia mediastínica leve puede responder a

medidas conservadoras: el paciente puede colocarse en posición de

anti-Trendelenburg, mantener la presión sistólica entre 90-

100mmHg y taponar la herida con torundas quirúrgicas. Sin

embargo, una hemorragia masiva requiere una toracotomía urgente

para detener la hemorragia

( tabla 49-20

). Se puede introducir un

bloqueador bronquial a través de la luz del dispositivo existente de

aislamiento pulmonar si se ha requerido dicho aislamiento, porque

suele ser difícil cambiar a un TDL mientras el cirujano está tapo-

nando la herida. Se debería colocar una vía arterial (si no se ha

colocado antes) para medir la presión arterial. Si la hemorragia se

origina en un desgarro de la vena cava superior, la reposición de

volumen y el tratamiento farmacológico puede perderse en el

campo quirúrgico a menos que se administre por una vía intrave-

nosa periférica de una extremidad inferior.

El neumotórax es una complicación infrecuente de la

mediastinoscopia. Un neumotórax intraoperatorio (que se evi-

dencia por un aumento de la presión inspiratoria máxima, un

desplazamiento mediastínico, sonidos respiratorios distantes,

hipotensión y cianosis) requiere un tratamiento inmediato me­

diante descompresión con un tubo de tórax. Se debe realizar una

radiografía de tórax en todos los pacientes en la unidad de cui-

dados postanestésicos después de una mediastinoscopia para des-

cartar un neumotórax.

Cuando la mediastinoscopia causa una lesión del nervio

laríngeo recurrente, puede ser permanente en alrededor del 50% de

los casos. Si se sospecha una lesión del nervio laríngeo recurrente,

se deberían visualizar las cuerdas vocales mientras el paciente está

en respiración espontánea. Si las cuerdas vocales no se mueven o

están en la línea media, se debe valorar la posibilidad de que se vaya

a producir una obstrucción laríngea postoperatoria.

Durante la mediastinoscopia, la punta del mediastinoscopio

está en posición intratorácica, por lo que está expuesta directa-

mente a la presión pleural. Se puede producir una embolia aérea

venosa si los pacientes están en respiración espontánea, debido al

desarrollo de presión intratorácica negativa durante la inspiración

en caso de hemorragia venosa. El uso de ventilación con pres­

ión positiva controlada durante este procedimiento minimiza el

riesgo de una embolia aérea. Pueden producirse reflejos autonómi-

cos debido a la compresión o distensión de la tráquea, el nervio

vago o los grandes vasos. En las mediastinoscopias no complicadas,

el paciente se puede extubar en el quirófano y darse de alta a su

domicilio el mismo día.

Biopsia endobronquial guiada por ecografía

Se dispone de varias técnicas alternativas para obtener muestras

anatomopatológicas de los nódulos linfáticos mediastínicos, como

la aspiración con aguja percutánea guiada por TC, la broncoscopia

convencional con aspiración mediante aguja transbronquial y la

biopsia endobronquial guiada por ecografía. Se puede utilizar la

ecografía endobronquial (EcoEB) utilizando una sonda radial a

través de un canal de trabajo del fibrobroncoscopio flexible para

identificar los nódulos linfáticos hiliares y mediastínico

s 160 .

Bajo

control por ecografía endobronquial directa con aspiración

mediante aguja fina para la estadificación mediastínica, se puede

utilizar un broncoscopio de punción ecográfica para ayudar a rea-

lizar una broncoscopia intervencionista diagnóstica precisa de los

nódulos linfáticos mediastínicos e hiliares.

El tratamiento de estos pacientes suele realizarse fuera del

quirófano, ya sea en la unidad de broncoscopia o en la sala de TC.

Por lo general, estos pacientes se tratan con anestesia tópica (lido-

Tabla 49-20

 Tratamiento anestésico de una hemorragia durante la

mediastinoscopia

1. Detener la cirugía y taponar la herida. Existe un riesgo elevado de que

el paciente se acerque demasiado al punto de shock hemodinámico si

el equipo de cirugía-anestesia no admite lo bastante pronto que hay un

problema.

2. Comenzar la reanimación y solicitar ayuda, tanto anestésica como

quirúrgica.

3. Obtener accesos vasculares de gran calibre en las extremidades

inferiores.

4. Colocar una vía arterial (si no se ha realizado en la inducción).

5. Prepararse para una hemorragia masiva con calentadores de sangre

y dispositivos de infusión rápida.

6. Obtener sangre con pruebas cruzadas en el quirófano.

7. Colocar un tubo de doble luz o un bloqueador bronquial si el cirujano

cree que existe la posibilidad de realizar una toracotomía.

8. Una vez que la situación del paciente se ha estabilizado y que se han

realizado todos los preparativos, el cirujano puede reexplorar la incisión

cervical.

9. Convertir el procedimiento a una esternotomía o toracotomía si está

indicado.