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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

requiere un período prolongado de VMP, este procedimiento se

caracteriza por una respuesta inflamatoria considerable. Michelet

y cols

. 183

han demostrado que el uso de estrategias ventilatorias

protectoras durante la VMP disminuye la respuesta sistémica pro-

inflamatoria. Esta menor respuesta puede lograrse utilizando un

volumen corriente de 5ml/kg y una PEEP de 5 cmH

2

O al pulmón

declive, en lugar del volumen corriente de 9ml/kg que se suele

utilizar durante la esofagectomía.

La manipulación del esófago durante la toracotomía puede

comprometer el retorno venoso, lo que puede provocar episodios

de hipotensión. Se recomienda la extubación precoz en el quiró-

fano si el paciente cumple los criterios estándar para la extubación.

Si esto no es posible, el TDL debe sustituirse por un TLS y utilizar

ventilación mecánica en el postoperatorio.

Abordaje transhiatal

El control de la vía respiratoria se realiza con un TDL. Aparte de

esto, el control anestésico es básicamente el mismo que en el

abordaje transtorácico. Un aspecto de especial interés es que la

disección roma/a ciegas del esófago torácico por parte del ciru-

jano a través del hiato durante este abordaje suele asociarse a

compresión cardíaca y a una hipotensión grave súbita. Además,

esta disección a ciegas puede provocar lesiones vasculares o de la

vía respiratoria distal si el tumor está adherido. Es una buena

práctica no cortar el tubo endotraqueal para este procedimiento

en caso de perforación quirúrgica de la tráquea o el bronquio, que

necesitaría avanzar el tubo endotraqueal en un bronquio principal

para una VMP urgente.

Abordaje mínimamente invasivo

La esofagectomía mínimamente invasiva consiste en el uso de un

abordaje quirúrgico laparoscópico, toracoscópico o robótico. En

el abordaje laparoscópico, la distensión del peritoneo puede produ­

cir cambios hemodinámicos debido a la presión intragástrica pro-

vocada por la insuflación con dióxido de carbono. En estos casos,

es esencial ajustar los parámetros ventilatorios a fin de lograr una

Paco

2

óptima. Para el abordaje toracoscópico, se requiere un TDL

izquierdo o un bloqueador bronquial. Durante la cirugía robótica,

se requiere utilizar un dispositivo de aislamiento pulmonar para

lograr la VMP. Los aspectos especiales de la cirugía robótica son la

protección de los pacientes frente a las lesiones relacionadas con el

robot y no mover la mesa de operaciones mientras se está usando

el robot. La esofagectomía asistida por toracoscopia tiene varias

ventajas, como una menor pérdida de sangre, menos dolor y una

hospitalización más corta. Sin embargo, este método requiere

una intervención prolongada.

Los pacientes sometidos a esofagectomía requieren la

administración de líquidos para compensar el tercer espacio y

un soporte inotrópico de forma periódica. Además, todos los

pacientes en quienes se realiza una esofagectomía requieren una

sonda nasogástrica, que debe quedar bien fijada al final de la

operación. Las complicaciones respiratorias, como el desarrollo

de una lesión pulmonar aguda, pueden producirse después de

una esofagectomía. La fístula en la anastomosis intratorácica es una

complicación grave y temida después de la cirugía esofágica y

conlleva una mortalidad elevada, del 4-30

% 184 .

Para tratar esta

posible complicación, se debe recurrir a la descompresión naso-

gástrica y al soporte nutricional. Una fístula grave suele produ-

cirse en el período postoperatorio precoz debido a la necrosis

gástrica, y puede manifestarse por síntomas respiratorios y

signos de shock. Incluso aunque su mortalidad es muy elevada,

se recomienda una intervención quirúrgica precoz. Los pacien-

tes mayores de 80 años tienen un mayor riesgo de mortalidad

tras la esofagectomía, con independencia de las enfermedades

concurrentes

185 .

Cirugía esofágica para enfermedades benignas

Hernia de hiato

Aunque la mayoría de los pacientes con reflujo gastroesofágico

tienen hernia de hiato, la mayoría de los que tienen dicha hernia no

presentan un reflujo significativ

o 186

. Los pacientes con pirosis tienen

una menor presión de barrera y pueden presentar un mayor riesgo

de regurgitación del contenido gástrico. Se han descrito dos tipos de

hernia de hiato. Las hernias de tipo I, denominadas también hernias

por deslizamiento, constituyen alrededor del 90% de las hernias de

hiato esofágicas. En este tipo, la unión esofagogástrica y el fundus

del estómago se hernian en sentido axial a través del hiato esofágico

hacia el tórax

( fig. 49-39

). El término

deslizamiento

se refiere a la

presencia de un saco de peritoneo parietal. El esfínter esofágico

inferior ocupa una posición cefálica respecto al diafragma y puede

que no responda de forma adecuada al aumento de la presión abdo-

minal. Por tanto, una disminución de la presión de barrera durante

la tos o la respiración provoca regurgitación. El tipo dos de hernia

de hiato (paraesofágica) se caracteriza por la herniación de porcio-

nes del estómago en el tórax cerca del esófago. En presencia de una

hernia de tipo II, la unión esofagogástrica aún está localizada en el

abdomen. Las complicaciones más frecuentes de las hernias de

tipo II son la hemorragia, la anemia y el vólvulo gástrico.

El objetivo de la reparación quirúrgica de las hernias por des-

lizamiento consiste en obtener la competencia de la unión gastroeso-

fágica. Debido a que la restauración de la anatomía normal no siempre

tiene éxito a la hora de evitar el reflujo posterior, se han desarrollado

varias operaciones antirreflujo, como la fundoplicatura de Nissen. La

reparación de la hernia de hiato puede realizarse a través de una

toracotomía, laparotomía o con una técnica mínimamente invasiva.

Figura 49-39

 Radiografía de tórax de un paciente con hernia de hiato y un

estómago intratorácico dilatado que se ha programado para una reparación

de dicha hernia mediante una toratocomía izquierda. Se puede observar un

nivel hidroaéreo en el estómago por detrás del corazón. Estos pacientes

tienen un gran riesgo de aspiración durante la inducción anestésica.