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intracavitaria en el VD y disminución de la perfusión

coronaria del ventrículo derecho.

e. Se debe considerar no someter a una nueva prueba a un

paciente que haya tenido un efecto adverso significativo

relacionado con la protamina. Se deben considerar las

alternativas farmacológicas a la protamina o tomar la

decisión de no revertir la heparina.

E

stados

de

hipercoagulabilidad

.

 Durante la última

década se ha convertido en algo común el empleo de antifibrino-

líticos en la cirugía cardíaca que requiere DCP. Recientemente se

ha considerado el papel de los estados trombofílicos congénitos

en lo que respecta al riesgo perioperatorio en la cirugía cardíaca

y no cardíac

a 154 .

Estos estados pueden ser importantes a la vista de

las prácticas actuales que implican la inhibición farmacológica

de las vías fibrinolíticas en los pacientes quirúrgicos cardíacos. La

deficiencia y mutación en el factor V de Leiden (FVL) es el tras-

torno trombofílico hereditario más común, con una prevalencia

del 3-7% en las poblaciones blancas. Fisiopatológica y clínicamente

se ha implicado la deficiencia en FVL en complicaciones trombó-

ticas en las cirugías cardíacas, con mucha frecuencia en aquéllas

que implican un período de parada circulatoria y el empleo de

antifibrinolítico

s 155-158 .

En una revisión de la deficiencia en FVL,

Donahu

e 154

aporta el siguiente resumen y recomendaciones:

• Los pacientes quirúrgicos cardíacos portadores de la deficien-

cia mutación del FVL sangran menos que los no portadores.

• Puede haber un aumento de la trombosis temprana del

injerto en los pacientes con deficiencia en FVL.

• Desde un punto de vista farmacológico, existe un mayor

riesgo teórico de trombosis con el uso de antifibrinolíticos

(ácido

ε

-aminocaproico [EACA], aprotinina, ácido tranexá-

mico [AT]).

• Datos anecdóticos sugieren que en los pacientes con defi-

ciencia en FVL expuestos a parada cardíaca con hipotermia

profunda (PCHP), los antifibrinolíticos aumentan el riesgo

de trombosis.

Para mayor información sobre los estados trombofílicos

congénitos, remitimos al lector al artículo de revisión de Crowther

y Kelto

n 159 .

P

acientes

anticoagulados

sometidos

a

cirugía

car

-

díaca

.

 El tratamiento antitrombótico en los pacientes sometidos a

cirugía cardíaca tiene muchas indicaciones. Los pacientes con cardio-

patía isquémica pueden ser tratados de modo agudo o crónico con

agentes farmacológicos que pueden incluir aspirina, inhibidores de

AT III (heparinas), inhibidores directos de la trombina, o un conjunto

de inhibidores plaquetarios (inhibidores del receptor de adenosina

difosfato [ADP] e inhibidores del receptor de glucoproteína IIb/IIIa

[GP IIb/IIIa]). Los pacientes con historia de enfermedad vascular

periférica o central, valvulopatía cardíaca, o estados de baja eyección

ventricular pueden igualmente ser tratados con alguna forma de

tratamiento antitrombótico que puede incluso incluir la warfarina.

Con frecuencia los pacientes llegan a la cirugía mientras se hallan

tomandomúltiples medicaciones antitrombóticas. Así, la hemorragia

postoperatoria es una complicación común pero problemática de la

cirugía cardíaca, especialmente cuando implica una DCP.

El avance de las intervenciones percutáneas tales como

angioplastia y colocación de stent intracoronario para la cardiopa-

tía isquémica ha llevado al empleo de medicaciones antitrombóti-

cas, especialmente antiagregantes plaquetarios, para mantener la

permeabilidad del stent y prevenir su oclusión. Las directrices más

recientes del College of Cardiology/American Heart Association

(ACC/AHA) en relación con la intervención coronaria percutánea

(ICP) dan aspirina y clopidogrel como recomendación de clase I

(basados en la evidencia y en un acuerdo de consenso de que el

tratamiento es beneficioso) para su empleo en el período de peri-

cateterización y a largo plazo (p. ej., hasta 1 año después de la

colocación de un stent liberador de fármaco

) 160 .

Además, los inhi-

bidores del receptor GP IIb/IIIa y la heparina de bajo peso mole-

cular (HBPM) han recibido recomendaciones de clase I o de clase

IIa para su empleo en el período después de la intervenció

n 160 .

Dado que estas recomendaciones han llevado al empleo generali-

zado de heparina en los pacientes sometidos a ICP, puede resultar

problemático tratar a estos pacientes si requieren una conversión

urgente o emergente a la revascularización quirúrgica.

No se ha alcanzado consenso en relación a si la aspirina y

los más modernos antiplaquetarios, si han sido administrados

recientemente, aumentan el riesgo de hemorragia después de la

cirugía cardíaca. Hay datos a favor y en contra de la capacidad de

la aspirina para aumentar el flujo por la sonda torácica mediastí-

nica y los requerimientos transfusionale

s 161-164 .

En la literatura

europea y estadounidense, el antagonista del receptor de ADP clo-

pidogrel se ha asociado con una mayor pérdida hemática periope-

ratoria, un mayor riesgo de reintervención, aumento de la

mortalidad y aumento de transfusión de hemoderivados y del uso

de factores de coagulació

n 165-171 .

Esta tendencia ha sido sugerida

incluso en la población OPCA

B 172 .

Sin embargo, un estudio no

demostró una asociación entre el uso preoperatorio de clopidogrel

y mayor hemorragia y tasas de reintervenció

n 173 .

Los pacientes con historia de bloqueo del receptor de GP IIb/

IIIa como parte del tratamiento de su síndrome coronario agudo

se hallan en riesgo de mayor sangrado y de uso de componentes

sanguíneos cuando se les administra abciximab, especialmente en

las 12 horas siguientes a la cirugí

a 174-177 .

Los antagonistas del recep-

tor de GP IIb/IIIa de acción más corta no se han asociado con

mayor hemorragia o desenlaces adversos. De hecho, un estudio en

perros sometidos a DCP observó un menor consumo plaquetario,

una mejor función plaquetaria y menor hemorragia postoperatoria

cuando se trató a los perros con eptifibatid

a 178 .

Además, el ensayo

PURSUIT (Platelet Glycoprotein IIb-IIIa en Unstable Angina:

Receptor Suppression Using Integrilin Therapy) demostró que la

eptifibatida reducía la muerte y el infarto de miocardio a los 7 días

y a los 6 meses después de la cirugí

a 179 .

La enoxaparina, una HBPM, se ha asociado con mayores tasas

de transfusión y con un mayor riesgo de reintervención quirúr­

gic

a 180,181

. La HBPM puede disminuir también la respuesta a la hepa-

rin

a 182

. Aunque la HBPMes un anticoagulantemás débil globalmente

que la heparina, tiene una mayor actividad antitrombótic

a 183

.

Por último, los pacientes con uso activo e incorrecto de

warfarina sometidos a cirugía tienen siempre sangrado indeseable.

Los efectos a largo plazo de la warfarina suelen requerir la reposi-

ción de factores, especialmente después de cirugía con DCP.

En resumen, los pacientes sometidos a cirugía cardíaca con

inhibición preexistente inducida farmacológicamente del sistema

hemostático pueden tener sangrado indeseable después de la DCP.

El diagnóstico y tratamiento de esta complicación debe ser consis-

tente, con independencia de si el deterioro está en función de la

propia DCP, inhibición farmacológica preexistente o ambas. En la

sección que trata del sangrado después de la derivación y coagulo-

patía se comentan las pautas de manejo y tratamiento.

Inducción de la anestesia y el período

prederivación

Premedicación

El anestesista debe asegurarse de la administración de las medica-

ciones apropiadas con un sorbo de agua la mañana antes de la

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

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