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pocos minutos después de la administración de protamina. Entre

los ejemplos de pacientes en riesgo de anomalías de la coagulación

figuran los que tienen tiempos largos de DCP, los que tienen hipo-

termia extrema, parada circulatoria electiva o ambas durante la

DCP, y los que tienen insuficiencia renal. Las pruebas de función

plaquetaria pueden ser de utilidad en los pacientes que toman

inhibidores plaquetarios tales como clopidogrel o aspirina.

La primera «V» representa «ventilation» (ventilación) de los

pulmones. A medida que se suspende la DCP, se ocluye gradual-

mente la vía de salida venosa, y gradualmente se restablece el flujo

de sangre en la AP. Se deben restablecer la ventilación y la oxige-

nación pulmonares para permitir que los pulmones se conviertan

de nuevo en el lugar de intercambio gaseoso. Idealmente, inicial-

mente se reinsuflan los pulmones «a mano» con unas pocas insu-

flaciones sostenidas hasta una presión pico de aproximadamente

30 cmH

2

O. Si se ha realizado un injerto de la AMI en una arteria

coronaria, el anestesista debe examinar el campo quirúrgico

durante estas insuflaciones para asegurarse de que la arteria injer-

tada no esté sobredistendida, lo que podría producir la ruptura de

la anastomosis distal. Además, se juzga la distensibilidad pulmonar

por estas insuflaciones iniciales y, en caso necesario, se pueden

administrar broncodilatadores. El cirujano debe retirar cualquier

líquido o sangre de los espacios pleurales y asegurarse de que

cualquier neumotórax se trate con un drenaje pleural.

La segunda «V» representa «visualization» (visualización)

del corazón, tanto directamente en el campo quirúrgico (en donde

son visibles las dos cavidades derechas) y en la ETE, para calcular

la contractilidad global y regional. Además, se puede calcular el

grado de repleción de la cavidad (hipovolémica, euvolémica o dis-

tendida). Además, se puede efectuar una comprobación final en

busca de aire en el interior de las cavidades cardíacas con la ETE.

La tercera «V» representa «vaporizer» (vaporizador), que

significa que en el caso de tener que utilizar agentes volátiles para

asegurarse la anestesia o para controlar la presión sanguínea durante

la DCP, el clínico debería considerar reinstaurar una dosis baja

inmediatamente después de la retirada de la CEC. Sin embargo, y

dado que todos los agentes volátiles disminuyen la contractilidad

y la presión sanguínea, estos efectos pueden confundir el diagnós-

tico diferencial de la hipotensión y de la disfunción miocárdica

durante la retirada de la DCP.

La «V» final representa «volume expanders» (expansores de

volumen). Cuando se han agotado todos los productos de la bomba

y no está indicada la transfusión de sangre, se deberá disponer sin

dilación de cristaloide y albúmina o almidones para aumentar rápi-

damente la precarga si fuera necesario.

En cuanto a la letra «P» en la regla mnemotécnica «CVP»,

Romanoff y Royster explican que la primera «P» representa la

necesidad de conocer los «predictores» de un desenlace cardiovas-

cular adverso. Por ejemplo, una fracción de eyección (FE) baja

preoperatoriamente y una duración prolongada de la DCP predi-

cen con frecuencia dificultad en la retirada de la DCP del paciente

y la necesidad de soporte inotrópico. Además, una cirugía de emer-

gencia en pacientes con síndrome coronario agudo puede llevar a

aturdimiento miocárdico. Además, una reparación quirúrgica

inadecuada (p. ej., revascularización coronaria incompleta) puede

dar lugar a isquemia en curso.

La segunda «P» representa «pressure» (presión). La calibra-

ción y un reajuste a cero se cumplen poco antes de comenzar a

retirar la DCP del paciente. Se deberá reconocer cualquier discre-

pancia entre la presión arterial distal (por lo general radial) y la

presión central aórtica. En ocasiones, el cirujano puede requerir

insertar una cánula temporal en la raíz de la aorta o una cánula

para un mayor período de tiempo en la arteria femoral para moni-

torizar de modo exacto la presión sanguínea sistémica durante y

después de la terminación de la DCP.

La tercera «P» representa «pressors» (presores) (es decir,

vasopresores y agentes inotrópicos), de los que se deberá disponer

inmediatamente. Así mismo, hay que disponer de inmediato de un

vasodilatador (p. ej., nitroglicerina, nicardipina, o nitroprusiato de

sodio).

La cuarta «P» representa «pacer» (electroestimulador)

porque se deberá disponer sin dilación de un marcapasos externo

en todos los pacientes. Con frecuencia se requiere la electroestimu-

lación para tratar una bradicardia. En los pacientes con bloqueo

cardíaco, lo ideal es utilizar un marcapasos AV secuencial para

mantener la contracción auricular.

La quinta «P» representa «potasio» porque la hipopotasemia

puede contribuir a disritmias y la hiperpotasemia puede dar lugar

a anomalías de la conducción. Además, se suele comprobar la con-

centración de Ca

2+

ionizado del paciente; la mayoría de los clínicos

tienen un bajo umbral para administrar cloruro de calcio adicional.

Además, generalmente se administra magnesio (2-4 g) antes de que

haya terminado la DCP. Aunque no se ha demostrado claramente

la eficacia del magnesio en la prevención de las disritmias auricu-

lares o ventriculares postoperatoria

s 195 ,

la hipomagnesemia es

común después de la DCP y el cociente riesgo/beneficio de admi-

nistrar una dosis de 2-4 g es bajo.

La «P» final representa «protamine» (protamina).

Terminación de la derivación cardiopulmonar

Una vez se ha restablecido la ventilación, se reduce el retorno venoso

pinzando gradualmente la vía venosa. Se aumenta cuidadosamente

el volumen intravascular del paciente por un flujo de entrada por

la cánula aórtica o en otra arteria. Debe evitarse la distensión ven-

tricular, porque aumenta la tensión de la pared y el consumo de

oxígeno miocárdico. Se disminuye el flujo de bomba en la aorta,

moviéndose en efecto a una fase de «derivación parcial» en la que

parte de la sangre venosa va aún a la bomba y parte pasa a través

del ventrículo derecho y pulmones para ser expulsada a la aorta por

el ventrículo izquierdo. Cuando las condiciones de carga son

óptimas y parece adecuada la contractilidad, se puede pinzar la vía

de entrada aórtica para separar al paciente de la DCP.

Si se ha terminado satisfactoriamente la DCP pero la función

cardíaca no es óptima, se puede aumentar la precarga infundiendo

sangre adicional de la bomba a la cánula aórtica, generalmente en

incrementos de 100ml en los pacientes adultos. La monitorización

del volumen intraventricular izquierdo de modo cualitativo obser-

vando el ventrículo derecho directamente y por la ETE, así como

la monitorización de las presiones de llenado, proporciona una

buena estimación de la suficiencia de la precarga. En este momento,

el anestesista y cirujano en conjunto determinan si es adecuada la

función miocárdica, y el mejor modo de determinarlo es utilizando

la ETE para observar la función global y regional de ambos ven-

trículos. Puede obtenerse información suplementaria determi-

nando el gasto cardíaco, si es posible. También se puede optimizar

la poscarga en este momento. Debe evitarse una presión sanguínea

sistólica elevada para prevenir un estrés excesivo sobre las líneas

de sutura en el corazón y en la aorta. Por lo general, 95-125mmHg

es una presión sistólica deseable en los pacientes adultos en el

período después de la derivación. Si el paciente se halla hemodiná-

micamente inestable y se requiere más tiempo para administrar

inotropos o vasoconstrictores iniciales o adicionales, puede reins-

taurarse la DCP liberando el pinzamiento en la vía de salida venosa

y dirigiendo todo el flujo de nuevo al oxigenador.

Cuando se administra protamina, la reinstauración de la

DCP se convierte en un proceso más complicado porque lo

primero que hay que hacer es volver a heparinizar al paciente. Por

consiguiente, las comprobaciones finales de la función, frecuencia

y ritmo cardíacos, precarga, poscarga y perfusión se deben reali-

zar conjuntamente entre el anestesista y el cirujano. Generalmente

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

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