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de plástico transparente. Los reservorios de paredes rígidas inclu-

yen un mecanismo de filtración integral con una pantalla y filtros

profundos a cuyo través ha de pasar la sangre antes de abandonar

la salida del vaso. Casi universalmente, los reservorios de paredes

rígidas tienen integradas válvulas de liberación de presión positiva

y negativa, necesarias para la aplicación de aspiración en el reser-

vorio con el fin de aumentar el drenaje venoso.

Bombas arteriales

El dispositivo de bombeo utilizado para sustituir la función del

corazón utiliza generalmente una de dos tecnologías principales:

una bomba de rodillo o una bomba centrífuga. Las bombas de

rodillo son bombas de desplazamiento positivo que funcionan

ocluyendo un punto en una pieza del sistema de derivación y luego

rodando en el punto de contacto oclusivo a lo largo de una cierta

distancia del sistema. Se consigue con ello que el líquido en el

interior del sistema se mueva en sentido anterógrado delante del

punto oclusivo mientras que de modo simultáneo atrae líquido por

detrás del punto oclusivo. Las bombas centrífugas, en cambio, son

bombas cinéticas no oclusivas que generan flujo acoplando mag-

néticamente la revolución de alta velocidad de un motor reutiliza-

ble a las placas de plástico, aletas o canales en el interior de un cono

desechable. Se produce así un torbellino constreñido que propulsa

el líquido a través del orificio lateral del cono mientras atrae líquido

al interior del punto del cono. Ambas tecnologías de las bombas

son traumáticas para los elementos formes de la sangre; sin

embargo, se piensa que las bombas centrífugas son menos traumá-

ticas que las bombas de rodillo

214,215 .

Cada tipo de bomba posee riesgos singulares que han de

tomarse en consideración. Las bombas de rodillo, por su naturaleza

oclusiva, son capaces de generar una presión positiva y negativa

extraordinariamente alta y son capaces también de bombear can-

tidades masivas de aire. En consecuencia, el estándar nacional de

la atención médica exige que estas bombas sean servorreguladas

para reducir automáticamente su velocidad cuando se detecta en

la vía de la sangre una elevada presión o aire. Por el contrario, las

bombas centrífugas, al no ser oclusivas, son incapaces de generar

una presión extremadamente alta o baja. Además, si se introduce

una gran embolada de aire en el cono desechable, la bomba se

deprime, lo que hace que sea incapaz de bombear grandes volúme-

nes de aire. Sin embargo, la ausencia de un punto de oclusión en el

sistema del interior de la bomba permite un flujo retrógrado desde

el sistema arterial del paciente de alta presión a través de la vía

arterial, filtro, y oxigenador y, en último término, al interior del

reservorio venoso de baja presión. Puede producirse cuando las

revoluciones de la bomba por minuto se reduzcan por debajo de

un umbral crítico. Puede posicionarse una válvula unidireccional

de gran diámetro en la vía arterial para eliminar la posibilidad de

flujo arterial retrógrado y de exsanguinación inadvertida del

paciente.

Intercambiador de calor

Los intercambiadores de calor son esenciales en la DCP porque

facilitan el manejo de la temperatura de la sangre del paciente.

Durante el ciclo de la DCP, el 20-35% del volumen de sangre cir-

culante del paciente se halla fuera del cuerpo y está expuesto a la

temperatura ambiente del quirófano, lo que puede causar hipoter-

mia. Por consiguiente, en todos los procedimientos de DCP hay

una necesidad inherente de calentar la sangre antes de que se

termine la DCP. Además, en relación con muchos procedimientos

quirúrgicos, es deseable una cierta hipotermia, desde una ligera

(35 °C) a una profunda (18 °C) para reducir el metabolismo del

paciente. En estos casos se pueden utilizar los intercambiadores de

calor para reducir la temperatura de la sangre al comienzo de la

DCP y luego calentarla antes de la terminación de la DCP.

Oxigenador

El oxigenador sustituye a los pulmones del paciente y lleva a cabo

la función esencial de intercambio gaseoso. Hay varias similitudes

entre el pulmón nativo y el oxigenador. Ambos tienen una fase

gaseosa y una fase sanguínea, ambos son accionados por gradientes

de difusión pasiva y ambos utilizan una membrana para separar la

sangre del gas. En el oxigenador, la membrana suele estar fabricada

de polipropileno microporoso. Este material es expulsado en finas

pajitas de un diámetro externo de 200-400

m

m, un grosor de la

pared de 20-50

m

m, y un área superficial total 2-4

m 2

. Típicamente,

los oxigenadores tienen un volumen de preparación estático de

135-340ml y son capaces de arterializar hasta 7 l/min de sangre

venosa típic

a 216 .

El pulmón nativo utiliza las vías respiratorias de conducción

tanto para la inspiración como para la espiración y depende de un

cierto volumen corriente y de la frecuencia respiratoria para, de

modo regular, refrescar el gas en el espacio alveolar. El oxigenador,

en cambio, tiene distintas puertas de entrada y salida de gas y puede

refrescar el gas en el interior del espacio de gas (la luz interna de las

pajitas) con un flujo continuo o

«barrido»

de gas a través del oxi-

genador. El espacio de sangre de un oxigenador es el espacio por

fuera de las pajitas. La sangre venosa que se introduce en el oxige-

nador es dirigida a través del exterior de las fibras mientras que el

gas se halla circulando simultáneamente a través de la parte interna

de las fibras. Los gradientes de presión entre el espacio de sangre y

el espacio de gas mueven el oxígeno a través de la membrana y a la

sangre, mientras que el dióxido de carbono es movido fuera de

la sangre y al interior de la fase de gas. Sin embargo, a diferencia

de la membrana en el pulmón nativo, la membrana del oxigenador

no es una verdadera membrana, porque los poros microscópicos

en los lados de las fibras (0,5-1,0

m

m) son lo suficientemente peque-

ños como para prevenir que el plasma y los elementos formes de

la sangre goteen a su través, pero son aún lo suficientemente grandes

como para que pase el gas a su través. Por consiguiente, hay que

tener cuidado para asegurarse de que la presión en el espacio de

gas no supera nunca la presión en el espacio de sangre o de que

se formen émbolos gaseosos en la sangre. Considerando los riesgos

inherentes a la utilización de una fase gaseosa presurizada, la

mayoría de los oxigenadores están diseñados con múltiples puertas

de salida de gas. En cualquier caso, hay que mostrarse cautelosos

para asegurarse de que la salida de la fase gaseosa no se ocluya.

Filtro de la vía arterial

En la práctica clínica estadounidense con adultos, los filtros de la

vía arterial se utilizan en más del 95% de los procedimientos de

DCP. Se colocan estos filtros en la vía arterial como ultimo com-

ponente a cuyo través pasa la sangre antes de que vuelva al paciente.

Con tamaños de poro de 20-40

m

m, los filtros de la vía arterial

aumentan la seguridad del paciente al retirar microémbolos parti-

culados y gaseosos. Para retirar de modo efectivo las burbujas de

la vía sanguínea, los filtros de la vía arterial han de ser «purgados»

continuamente permitiendo que recircule retrógradamente una

pequeña cantidad de sangre desde la parte superior del filtro al

interior del reservorio venoso.

Secuencia de acontecimientos

Aunque varía según las instituciones el planteamiento de los pro-

cedimientos quirúrgicos que requieren DCP, todos los procedi-

mientos siguen laxamente una

secuencia de acontecimientos

predecible. La DCP en cualquier institución requiere la selección

del circuito y la preparación, anticoagulación, canulación, inicia-

ción y mantenimiento de la DCP, protección miocárdica y, por

último, retirada y terminación de la DCP.

Anestesia para los procedimientos de cirugía cardíaca

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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