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puede aumentar a más del 10% del gasto cardíac

o 217 .

Durante el

período en que la aorta está pinzada transversalmente, este volumen

de sangre distiende el lado izquierdo del corazón y la vasculatura

pulmonar si la sangre no es retirada activamente. Además, los pro-

cedimientos intracardíacos introducen inherentemente aire en las

cavidades izquierdas, y este aire ha de ser retirado antes de que el

paciente se desconecte de la DCP.

Las cánulas de ventilación

(vent)

facilitan la descompresión

y la salida de aire del corazón. Lo más común es ventilar el corazón

en la raíz aórtica o directamente a partir del ventrículo izquierdo.

Los conductos de ventilación en la raíz aórtica utilizan la misma

cánula que se utiliza para liberar anterógradamente la solución

cardiopléjica y extraer sangre y aire del ventrículo izquierdo a

través de la válvula aórtica y al interior del reservorio del circuito

de CEC. Dado que la aguja de cardioplejía anterógrada es de

pequeño calibre y se posiciona por encima de la válvula aórtica, los

conductos de ventilación de la raíz tienen varias limitaciones sig-

nificativas: no pueden utilizarse cuando se está administrando la

solución cardiopléjica anterógrada y no son efectivos en la descom-

presión del ventrículo izquierdo cuando se ha retirado la pinza

transversal. Por lo general, estas limitaciones no son significativas

en el caso de un procedimiento de CDC no complicada, pero en

los pacientes sometidos a CRC con función ventricular muy com-

prometida y en todos los procedimientos intracardíacos, la venti-

lación directa del ventrículo izquierdo es esencial. Los conductos

de ventilación en el ventrículo izquierdo son introducidos típica-

mente a través de la vena pulmonar superior derecha y se avanzan

a través de la aurícula izquierda (AI), a través de la válvula mitral

al interior del ventrículo izquierdo. La cánula de 10-14 Fr utilizada

para esta finalidad ofrece una capacidad de ventilación significati-

vamente mayor que la ventilación en la raíz. Cuando sea necesario

se pueden extraer flujos de varios litros por minuto a través de estas

cánulas y al estar insertadas directamente en el interior del ventrí-

culo izquierdo, son efectivos al retirar burbujas de aire que perma-

necendespuésdehabercompletadounprocedimientointracardíaco.

Además, y dado que la ventilación del VI está separada de la cánula

de cardioplejía, puede utilizarse para descomprimir el corazón

durante la administración anterógrada de la solución cardiopléjica,

que puede requerirse en pacientes con insuficiencia aórtica. Por

desgracia, hay numerosas descripciones de casos clínicos de lesio-

nes en pacientes como consecuencia del bombeo de aire en el

corazón por un mal funcionamiento de las vías de ventilación.

Iniciación y mantenimiento de la DCP

Con el paciente coagulado y canulado puede comenzarse la DCP.

Antes de comenzar la DCP, constituye una buena práctica compro-

bar la permeabilidad de la cánula arterial. Una vez se haya confir-

mado la posición apropiada de la cánula arterial, puede comenzarse

la DCP retirando las pinzas en la línea venosa entre la cánula venosa

y el reservorio. A continuación, la sangre del paciente drena de

modo pasivo a la CEC. De modo simultáneo, la bomba arterial de

la máquina de DCP comienza a infundir la mezcla de la solución

de preparación y la sangre autóloga en el interior del paciente a

través de la cánula arterial. Es muy importante evaluar el funciona-

miento de las cánulas arteriales y venosas durante los primeros

segundos de la DCP. Debe mantenerse la presión en la vía arterial

de la CEC por debajo de 300mmHg para prevenir un traumatismo

excesivo de los elementos formes de la sangre. Se evalúa la posición

de la cánula principalmente examinando la hemodinámica del

paciente. A condición de que la cánula venosa drene adecuada-

mente el retorno venoso al corazón, la presión del lado derecho del

corazón (la PVC y la PAP) debe disminuir a 0mmHg y no obser-

varse pulso, y la presión de la sangre arterial debe alcanzar una

presión media normal (60-90mmHg) al tiempo que tampoco se

observa pulso.

La onda arterial suele llegar a no ser pulsátil a medida que

se vacía el corazón y se cambia la fuerza de bombeo desde el ven-

trículo a la bomba arterial no pulsátil de la máquina del corazón y

pulmón. Sin embargo, los pacientes con insuficiencia aórtica con-

tinúan teniendo una onda arterial pulsátil a pesar de un drenaje

venoso completo (PVC y PAP=0mmHg) por reflujo de sangre

desde la cánula arterial a través de la válvula aórtica incompetente

y devuelta al interior del ventrículo izquierdo. Si no se reduce a

cero la presión del corazón derecho, la onda arterial permanece

pulsátil y no puede aumentarse el flujo de la bomba arterial a flujo

pleno, se debe volver a evaluar la posición de las cánulas. Una vez

se haya logrado el flujo pleno, la función del corazón y del pulmón

habrá realizado completamente la transición a la máquina de DCP

y el anestesista puede desconectar el respirador.

El comienzo de la DCP se asocia con frecuencia con un

período de hipotensión, que puede ser tratado con la administra-

ción de un

a

-agonista (p. ej., fenilefrina) en el reservorio venoso

del circuito de CEC

( fig. 50-14 )

. Mientras se mantiene la DCP, se

evalúa continuamente la suficiencia de la perfusión por medio de

la monitorización de las variables hemodinámicas. Se puede mani-

pular el flujo de sangre procedente de la bomba arterial en una

gama de 1,6-3,0  l/min/m

2

para liberar una presión sanguínea arte-

rial de 50-90mmHg y una saturación venosa mixta (Sv

̄

o

2

) mayor

del 65%. Cualquier hipotensión e hipertensión que se produzcan a

pesar de un flujo adecuado y Sv

̄

o

2

pueden ser tratadas ajustando

la RVS del paciente con vasoconstrictores o vasodilatadores.

Se deberán obtener muestras de gases en sangre arterial al

menos cada 30 minutos para valorar el funcionamiento del oxige-

nador y para monitorizar al paciente en relación con el desarrollo

de acidosis y un estado de anticoagulación apropiado. Unos valores

de déficit de bases de –5 o menos pueden ser corregidos con bicar-

bonato de sodio, pero en último término se deberá estudiar la causa

de base de la producción de acidosis. Puede estar indicado un

aumento del flujo y presión de perfusión. Unos valores del TCA

por debajo del parámetro institucional aceptable para la DCP (por

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Figura 50-14

 Ilustración de la hemodinámica del paciente antes de la derivación cardiopulmonar (DCP), durante el comienzo de la DCP, durante la DCP plena,

mientras se retira la DCP y después de la DCP. DCP, derivación cardiopulmonar; lpm, litros por minuto; PSA, presión sanguínea arterial; PVC, presión venosa central.