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lo general

400 s) deben ser tratados con la administración de una

inyección en bolo de heparina en la CEC.

También se monitoriza la diuresis durante la DCP como

indicador del flujo y presión de perfusión. No se ha demostrado

que una baja diuresis durante la DCP sea predictiva de deficiencia

renal en el postoperatorio. En cambio, la edad, la función renal

preoperatoria, la duración de la DCP y la FE se han correlacionado

con disfunción renal en el postoperatori

o 81 .

Protección miocárdica

Para proporcionar un campo inmóvil al cirujano, se para el corazón

en diástole mediante la administración de una solución de cardio-

plejía rica en potasio en el corazón.

La interrupción de la actividad electromecánica del miocar-

dio es la medida más importante para reducir el metabolismo

cardíaco. La sola parada inducida por potasio reduce el consumo

de oxígeno por el miocardio en un 90%. Es común aumentar esta

reducción con hipotermia administrando la solución de cardiople-

jía fría. La influencia combinada de la parada por potasio y unas

temperaturas miocárdicas menores de 22 °C reduce el consumo

miocárdico de oxígeno en un 97% y permite resistir una interrup-

ción completa del flujo de sangre durante períodos de 20-40 mi­

nutos. A la finalización de la intervención quirúrgica, puede

invertirse la parada miocárdica reperfundiendo el corazón con

sangre normopotasémica caliente.

En relación con las soluciones de cardioplejía, sus ingredien-

tes varían considerablemente según las instituciones, con la excep-

ción del potasio, que se utiliza como el agente de parada. Mientras

que algunos centros pueden utilizar una solución muy simple de

sangre completa enriquecida en potasio, otros pueden elegir una

solución más compleja con una variedad de aditivos químicos. La

tendencia en la práctica clínica ha sido no utilizar soluciones de

cardioplejía con cristaloides únicamente, y la mayoría de los centros

utilizan en la actualidad alguna forma de cardioplejía sanguínea. El

cociente de sangre a cristaloide es generalmente de 4:1 u 8:1. Con

frecuencia, la solución cristaloide se mezcla con sangre total arteria-

lizada procedente del circuito de CEC en un cociente exacto colo-

cando dos tubos de diferente tamaño (el mayor extrayendo de la vía

arterial de la CEC y el más pequeño extrayendo de la bolsa de car-

dioplejía) a través de una sola bomba de rodillo y empalmando los

dos tubos en dirección distal a partir de la salida de la bomba.

Genéricamente, las sustancias químicas añadidas a las soluciones de

cardioplejía están diseñadas para hacer que la solución sea ligera-

mente hipertónica para reducir el edema, y estas sustancias químicas

incluyen un tampón para contrarrestar la producción de metaboli-

tos ácidos y un substrato para energía o catalizadores para auxiliar

al corazón en la producción de adenosina trifosfato. Típicamente, se

utilizan durante el procedimiento soluciones con dos concentracio-

nes diferentes de potasio. Para la inducción de la parada cardíaca se

utiliza una solución «rica en K», con una concentración de aproxi-

madamente 20-30mEq. Después de haber inducido la parada iso-

eléctrica, se cambia la solución a una mezcla «pobre en K» con una

concentración de potasio de aproximadamente 10mEq.

Estas soluciones pueden ser administradas

anterógrada-

mente

en las arterias coronarias por la raíz aórtica, a través de una

aguja colocada entre la cánula aórtica y la válvula aórtica, o

retró-

gradamente

en las venas coronarias, por una cánula con un globo

en la punta colocada en el seno coronario. El abordaje más fisioló-

gico es la liberación anterógrada de la solución cardiopléjica. Sin

embargo, cuando el paciente tiene una pronunciada arteriopatía

coronaria o insuficiencia de la válvula aórtica, la administración

anterógrada puede no liberar la solución cardiopléjica uniforme-

mente al miocardio. La administración retrógrada de la solución

de cardioplejía tiene también limitaciones. Por ejemplo, la pared

libre del ventrículo derecho y el tercio posterior del tabique (el

territorio de distribución de la arteria coronaria derecha [ACD])

están mal perfundidas por la liberación retrógrad

a 218 .

Además, las

áreas microvasculares del corazón que son perfundidas por cardio-

plejía retrógrada son menos capaces de sostener un metabolismo

miocárdico norma

l 219 .

Por tanto, la técnica más completa para la

protección miocárdica implica una liberación tanto anterógrada

como retrógrada. De hecho, no es infrecuente que la solución de

cardioplejía sea liberada de modo simultáneo tanto anterógrada

como retrógradamente.

Es frecuente que la solución de cardioplejía sea administrada

de modo intermitente en un régimen de dosificación por volumen.

Después de haber administrado una dosis de parada inicial de

aproximadamente 1.000-1.500ml de solución de «K alto», se sus-

pende la perfusión del corazón durante un período de 10-40 mi­

nutos mientras el cirujano trabaja en el corazón. A continuación,

de modo periódico durante el procedimiento, se administran dosis

de 200-500ml de solución de K bajo para suministrar nutrientes a

las células y mantener la concentración de potasio. La evaluación

intraoperatoria de la suficiencia de la protección miocárdica es

empírica y se basa en la quiescencia del ECG, el momento en que

se administró la última dosis y la temperatura del corazón. También

se debe evaluar el estado de llenado de las cavidades ventriculares.

Si las vías de ventilación no mantienen vacío el corazón, se calen-

tará más rápidamente y el músculo cardíaco se hallará en tensión.

Este estado aumenta el consumo de oxígeno por el miocardio y

reduce la suficiencia de la protección miocárdica. Para reinstaurar

la actividad electromecánica del corazón, se infunde en las coro-

narias sangre normopotasémica caliente. Puede llevarse a cabo con

la función «hot shot» a través de las cánulas de cardioplejía o sen-

cillamente retirando el pinzamiento transversal.

Retirada y terminación de la DCP

El proceso de retirada de la máquina cardíaca y pulmonar del

paciente requiere un grado elevado de comunicación y conoci-

miento entre el anestesista, el perfusionista y el cirujano. Antes de

la retirada y terminación, el paciente debe ser recalentado y hay

que retirar el aire del corazón. Se debe confirmar de modo regular

la actividad eléctrica cardíaca y ser sostenida con un marcapasos

en caso necesario. Debe reanudarse la ventilación de los pulmones

y confirmar y corregir los valores de laboratorio en caso necesario.

Reduciendo lentamente el drenaje venoso a la CEC y transfun-

diendo volumen desde el reservorio al paciente, puede devolverse

al corazón un volumen de llenado normal. A medida que vuelve a

la normalidad el gasto cardíaco, el flujo desde la bomba arterial del

corazón y de la máquina pulmonar disminuye y termina en último

término. Inmediatamente después de la terminación de la DCP, se

da con frecuencia al paciente soporte hemodinámico por sustitu-

ción de volumen con la sangre que queda en la CEC, habitualmente

suplementada con agentes vasopresores o inotrópicos (v. sección

anterior «Retirada de la derivación cardiopulmonar»).

Cuando el paciente se halle hemodinámicamente estable,

puede administrarse protamina para invertir el efecto anticoagu-

lante de la heparina. La administración de protamina al paciente

es un acontecimiento centinela que ha de ser comunicado clara-

mente entre el anestesista, el perfusionista y el cirujano. En el caso

de que se produjera un retorno inadvertido de sangre con prota-

mina a la CEC a través del succionador de bomba, la sangre que

permanece en el circuito puede coagularse y hacer que el circuito

no pueda volverse a utilizar para una reinstauración urgente de

DCP. Por consiguiente, todas las cánulas han de ser retiradas antes

de que quede completamente invertida la acción de la heparina, y

se debe rescatar la sangre que quede en la CEC por centrifugación

o hemofiltración para devolución al paciente por el anestesista.

La protamina inactiva la heparina al unirse de modo irre-

versible a la molécula de heparina muy ácida para formar una sal

Anestesia para los procedimientos de cirugía cardíaca

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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