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y otros sitios utilizados comúnment

e 237,239 .

Las temperaturasmedidas

en los sitios nasofaríngeo, esofágico, vesical, rectal o superficie

cutánea infravaloran la temperatura del bulbo yugular durante el

recalentamient

o 237,238 .

Dado que la monitorización de la tempera-

tura en el bulbo yugular no suele ser factible, la monitorización de

la temperatura de la sangre en la línea arterial que sale del oxigena-

do

r 237

o en la A

P 238

puede ser el mejor modo para estimar la tem-

peratura cerebral global.

Algunos clínicos abogan por retirar la DCP a los pacientes

en alto riesgo a una temperatura que es ligeramente inferior a la

normal (aproximadamente 35-36 °C). En un estudio aleatorizado y

controlado, Nathan y cols

. 240,241

demostraron que los pacientes reca-

lentados a una temperatura más baja que la temperatura normal

(34 °C) tuvieron una probabilidad significativamente menor de

tener deficiencias cognitivas postoperatorias que los pacientes

recalentados a 37 °C. Aunque este planteamiento tiene ventajas, la

hipotermia postoperatoria puede aumentar el riesgo de un paciente

de coagulopatía, inestabilidad hemodinámica y tiritona, que

aumentan el consumo miocárdico de oxígen

o 242,243

. Todos estos

factores han de ser considerados si hay que seleccionar el mejor

enfoque de recalentamiento para un paciente dado.

La hipertermia que se desarrolla después de la cirugía puede

ser tan peligrosa como la hipertermia intraoperatoria. Son comunes

durante las primeras 48 horas después de la cirugía cardíaca tem-

peraturas que superan 38,5 °C, y se dan en casi el 40% de los

paciente

s 244 .

Se sabe que esta hipertermia postoperatoria correla-

ciona con un aumento en la disfunción cognitiva 6 semanas después

de la cirugía cardíaca

245 .

Por consiguiente, la hipertermia en el

período postoperatorio debe ser tratada con antipiréticos y, en caso

necesario, enfriamiento activo de la superficie corporal.

En resumen, los pacientes mantenidos con DCP deben ser

recalentados temprana y lentamente. No se debe permitir que la

temperatura monitorizada supere 36,5-37 °C. Esta práctica pre-

viene un calentamiento cerebral excesivo. En los pacientes en alto

riesgo de desenlaces neurológicos adversos, se puede considerar un

recalentamiento limitado (hasta 36 °C) seguido de un calenta-

miento gradual (es decir, 4 horas) de la superficie hasta 37 °C como

medio para prevenir la hipertermia cerebral al tiempo que se

reduce al mínimo el riesgo de hipotermia postoperatori

a 246 .

Manejo de los gases en sangre

(v. también cap. 39)

La temperatura tiene un efecto significativo sobre la solubilidad de

los gases en solución. De modo específico, en el análisis de gases

en sangre, la concentración de CO

2

(y por tanto el pH) se ve pro-

fundamente alterada por los cambios de temperatura. A medida

que disminuye la temperatura, la Paco

2

disminuye a medida que

el CO

2

se vuelve más soluble en el plasma. Por consiguiente, la

inducción de hipotermia durante la DCP plantea un dilema en

términos de cuál es el mejor planteamiento en relación con el

tratamiento del equilibrio acidobase a temperaturas más bajas, es

decir, si se deben utilizar los valores de gases en sangre

corregidos

por la temperatura

o

no corregidos por la temperatura

para tratar al

paciente. Esta cuestión ha sido la base para un debate que dura

décadas: tratamiento de gases en sangre

a

-estato frente a pH-estato

( tabla 50-10 )

.

Hipótesis

a

-estato

En los sistemas acuosos se dice que hay neutralidad (pN) cuando

[H

+

] = [OH

]. La disociación del agua depende de la temperatura;

por consiguiente, el valor del pH en el que se da pN varía con la

temperatura. Los estudios comparativos sobre el equilibrio acido-

base de animales cuya temperatura sanguínea varía (es decir, ecto-

termos y poiquilotermos) sugieren que los valores de los pH

sanguíneo e intracelular van en paralelo con los cambios relacio-

nados con la temperatura que se observan en la neutralidad del

agu

a 247 .

A partir de estos hallazgos ha surgido la estrategia

a

-estato,

que trata de mantener una neutralidad electroquímica intracelular

en todas las temperaturas.

El mantenimiento de esta neutralidad requiere un sistema

de amortiguación apropiado. Se piensa que la amortiguación de

proteínas es en gran medida responsable del mantenimiento de

esta relación temperatura-pH. De modo específico, el grupo imi-

dazólico del aminoácido histidina tiene un valor p

K

similar al de

la sangre. Por consiguiente, si se mantienen constantes los depósi-

tos de CO

2

durante el enfriamiento, el estado de ionización (deno-

minado «alfa» [

a

]) permanece constante. Este hecho puede ser

importante, porque el estado de ionización afecta tanto a la estruc-

tura como a la función de las proteínas. Se piensa que el manteni-

miento de un estado de cargas constante (

a

-estato) al permitir que

el pH de la sangre cambie con la neutralidad del agua es esencial

para el mantenimiento de la mayoría de las estructuras y funciones

enzimáticas fisiológicamente beneficiosas durante la hipotermia.

La investigación sugiere que cuando se utiliza la estrategia

a

-estato,

la autorregulación cerebral permanece en gran medida intacta

hasta que se alcancen las temperaturas hipotérmicas profunda

s 248 .

Para tratar el equilibrio acidobase durante la DCP hipotér-

mica con empleo del planteamiento

a

-estato, hay que mantener los

valores de gases en sangre

no

corregidos por la temperatura. El

Anestesia para los procedimientos de cirugía cardíaca

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50

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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Tabla 50-10

 Resumen de las estrategias del manejo de los gases en sangre

Estrategia

Objetivo

Puesta en práctica

Total del contenido

de CO

2

Beneficios teóricos

a

-estato

Lograr una neutralidad

electroquímica

manteniendo un cociente

OH

/H

+

constante

Utilizar los valores normales de gases en sangre

no corregidos por la temperatura

Constante

Preserva la función

enzimática y la

autorregulación cerebral

pH-estato

Mantener pH constante

Utilizar los valores normales de gases en sangre

corregidos por la temperatura

Aumenta

Produce un enfriamiento

cerebral más homogéneo;

disminuye el consumo

cerebral de O

2

Combinación Mantener un pH constante

durante el enfriamiento,

luego restaurar la

neutralidad

electroquímica antes de

la parada circulatoria

Durante la fase de enfriamiento, utilizar los valores

corregidos por la temperatura,

luego cambiar a

valores no corregidos por la temperatura

antes

de interrumpir el flujo. Utilizar los

valores

corregidos por la temperatura

durante el

período de recalentamiento

Inicialmente aumenta

durante el

enfriamiento, luego

vuelve al valor basal

Produce un enfriamiento

cerebral homogéneo,

luego restablece la

neutralidad; mejora CRMO

2