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hay una relación lineal entre la frecuencia cardíaca y la duración

de la diástol

e 302 .

El tiempo total por minuto empleado en la diástole

está en función de la frecuencia cardíaca. Es ésta una razón princi-

pal para el empleo de betabloqueantes como agentes antiisquémi-

cos tanto para el tratamiento a largo plazo como para la prevención

de aumentos incluso pequeños en la frecuencia cardíaca durante el

período perioperatorio.

Los determinantes del flujo de sangre en las arterias corona-

rias normales incluyen la presión diferencial en todo el lecho coro-

nario (presión de perfusión coronaria) y la resistencia vascular

coronaria. La presión de perfusión coronaria en el ventrículo

izquierdo es la presión sanguínea aórtica durante la diástole menos

la presión telediastólica ventricular izquierda (PTDVI); así, eleva-

ciones en la PTDVI obstaculizan el flujo de sangre subendocárdico.

Dado que la estenosis coronaria hace que los vasos se dilaten al

máximo distalmente a la estenosis, la manipulación de la presión

de perfusión coronaria se convierte en un factor importante que

determina el flujo de sangre coronario (y en la prevención o trata-

miento de la isquemia miocárdica). Sin embargo, dado que son

complejos los determinantes del equilibrio del oxígeno miocárdico,

la alteración de cualquiera de ellos puede producir múltiples efectos.

Por ejemplo, un aumento en la presión sanguínea aumenta el flujo

de sangre coronario pero aumenta también la poscarga, con lo que

se aumenta la tensión de la pared y la demanda de oxígeno.

En los pacientes anestesiados sometidos a revascularización

coronaria se requiere una monitorización vigilante de la isquemia

miocárdica durante todo el período perioperatorio.

Evaluación y manejo preoperatorios

Típicamente, los pacientes sometidos a cirugía cardíaca con CRC

han tenido una evaluación preoperatoria extensa de su cardiopatía

(v. cap. 24). Debe observarse la anatomía de las arterias coronarias,

sobre todo una lesión de alto grado en la ACPI o DA proximal o

enfermedad trivascular. La función ventricular, valorada por angio-

grafía o ecocardiografía, suele registrarse como una FE estimada.

Los pacientes con una FE «normal» o mayor del 50% tienen un

bajo riesgo, mientras que los que tienen una FE del 25-50% tienen

un riesgo intermedio en relación con el desarrollo de síndrome de

bajo gasto cardíaco (SBGC) postoperatorio. Los pacientes con una

FE de menos del 25% se hallan en gran riesgo. Los pacientes con

angina aguda inestable, infarto de miocardio o insuficiencia car-

díaca manifiesta tienen un riesgo muy elevado. Los que se hallan

en shock cardiogénico, con frecuencia con IABP in situ, se hallan en

el máximo riesgo de SBGC y mortalidad.

Debe anotarse y comprenderse cualquier otra fisiopatología

cardíaca descubierta en la labor diagnóstica preoperatoria, como ano-

malías valvulares tales como IM concurrente, estenosis aórtica (EA),

insuficiencia aórtica, defecto septal auricular o ventricular, o aneu-

risma ventricular. El anestesista debe ser conocedor de cualquier

anomalía del ritmo cardíaco en el ECG o anotado en la historia

clínica, como FAu otra taquicardia supraventricular (que puede llevar

a inestabilidad hemodinámica o aumentar el riesgo de una compli-

cación neurológica de tipo embólico), bloqueo de rama izquierda o

un intervalo PR prolongado (que puede progresar a un bloqueo car-

díaco más avanzado) o un bloqueo cardíaco completo, que puede

estar en la base de un ritmo electroestimulado. Debe anotarse el

tratamiento antiarrítmico, ya sea con agentes farmacológicos o apa-

ratos tales como un marcapasos o desfibrilador automático implan-

table (DAI). Por último, la presencia de derrame pericárdico en la

radiografía de tórax preoperatoria o ecocardiograma tiene implica-

ciones en relación con el compromiso hemodinámico.

Consideraciones quirúrgicas

La cirugía convencional CRC (con circulación extracorpórea) es el

procedimiento efectuado con mayor frecuencia en cirugía cardíaca.

El estándar es una esternotomía media plena llevada a cabo con

una sierra esternal. La respiración pulmonar se detiene brevemente

al serrar el esternón para evitar un desgarro pleural. Puede utili-

zarse una sierra oscilante en pacientes con esternotomía previa. Los

riesgos de la re-esternotomía incluyen la perforación del ventrículo

derecho, daño de los injertos venosos existentes y fibrilación ven-

tricular por la transmisión de energía de electrobisturí por los

alambres esternales preexistentes. Por consiguiente, se debe dispo-

ner inmediatamente de 2 unidades de concentrado de eritrocitos

y se deben posicionar los electrodos de desfibrilación externos

antes de cubrir el campo quirúrgico. Además, la manipulación

quirúrgica de injertos venosos previos puede dar lugar a emboli-

zación de ateromas e isquemia resultante. Si se produce una com-

plicación durante la esternotomía o exposición del corazón y de

los sitios de canulación, puede establecerse una derivación de

urgencia por la canulación de una arteria y vena femorales.

Si se ha de utilizar una AMI, se eleva la mesa quirúrgica y

con frecuencia se rota algo hacia la izquierda para facilitar el

confort quirúrgico al efectuar la disección. También se reducen los

volúmenes corrientes para facilitar la exposición. Suele realizarse

la administración de heparina antes del pinzamiento del pedículo

de la AMI y se puede inyectar papaverina en este vaso. El período

previo a la derivación para una CRC con circulación extracorpórea

puede ser relativamente corto (

<

1 hora) o puede requerir varias

horas para la disección de la AMI izquierda, AMI derecha, arterias

radiales o cualquier combinación de estos vasos. También hay que

realizar una recolección de conductos venosos adecuados en la

mayoría de los casos de CRC.

Antes de la canulación aórtica, una ETE o ecocardiografía

epiaórtica (o ambas) proporcionan información crítica en relación

a la presencia y localización precisa de calcificación o de ateromas

móviles en el cayado aórtico. El cirujano puede requerir la guía por

ETE para la colocación del catéter retrógrado en el seno coronario.

Puede ser difícil la inserción de la cánula retrógrada y el compro-

miso hemodinámico o arritmias pueden requerir la rápida instau-

ración de la DCP. Después del comienzo de la DCP, también puede

utilizarse la ETE para asegurar la colocación correcta de la venti-

lación del ventrículo izquierdo, así como para verificar la ausencia

de un trombo en el ventrículo izquierdo en pacientes con IM

reciente de la pared anterior o aneurism

a 303 .

Las complicaciones isquémicas quirúrgicas y técnicas de la

CRC incluyen: 1) anastomosis de los injertos proximales o distales

de mala calidad, 2) incisión inadvertida de la pared coronaria pos-

terior que lleva a disección coronaria, 3) suturar la arteria corona-

ria cerrada, 4) longitud inadecuada del injerto venoso con

estiramiento de la vena cuando el corazón está lleno, 5) excesiva

longitud del injerto venoso que lleva a que se arrugue la vena y

6) trombosis del injerto venos

o 304 .

Otras causas de isquemia inclu-

yen: 1) embolización coronaria de aire o de restos ateromatosos,

2) espasmo coronario y 3) estiramiento del injerto venoso u oclu-

sión del flujo de la AMI secundaria a insuflación excesiva de los

pulmones. Los efectos residuales de la cardioplejía, un aneurisma

ventricular o pericarditis pueden causar elevación del segmento ST

sin isquemia real.

Consideraciones anestésicas

M

onitorización

de

la

isquemia

.

 La electrocardiografía

sigue siendo el estándar para monitorizar en busca de isquemia

(v. cap. 32). En relación con los pacientes quirúrgicos cardíacos, es

preferible una pantalla de monitor que permita ver las dos deriva-

ciones de ECG simultáneamente, por lo general derivaciones II y

V

5

, junto con análisis automatizado del segmento ST (v. cap. 32).

Se utilizan catéteres en la AP con menor frecuencia ahora que en

el pasado, porque algunos estudios recientes de tipo observacional

y aleatorizado han observado que tales catéteres no mejoran el

Anestesia para los procedimientos de cirugía cardíaca

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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