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flujo a través de la válvula mitral se asocia con una diferencia de

presión o «gradiente» a través de la válvula. Cuanto más intensa

sea la EM, mayor el gradiente, mientras el flujo a través de la válvula

se mantenga constante.

Los gradientes de la presión transmitral a través de la válvula

mitral dependen del ritmo de flujo volumétrico. Puede haber EM

grave con un bajo gradiente medido o calculado a través de la

válvula, como en los pacientes con insuficiencia cardíaca derecha e

hipertensión pulmonar. Una estimación del AVM es una medida

más independiente de la gravedad de la EM. En la actualidad, la

EM se diagnostica y monitoriza principalmente con ecocardiogra-

fía, aunque puede calcularse el AVM durante la cateterización con

empleo de la ecuación de Gorlin. La evaluación de la gravedad por

ecocardiografía incluye la planimetría bidimensional del orificio de

la válvula y de las determinaciones derivadas del Doppler del gra-

diente, tiempo de hemipresión y tiempo de desaceleración.

Las consideraciones respecto al manejo en la EM subrayan

los cambios fisiopatológicos que se producen en la aurícula iz­

quierda, vasculatura pulmonar, corazón derecho y el ventrículo

izquierdo. La obstrucción del flujo de entrada por la mitral con

aumentos secundarios en la presión auricular izquierda (PAI)

produce gradualmente hipertrofia de la aurícula izquierda, que

puede llevar al comienzo de FA, complicaciones tromboembólicas,

o ambas, si un flujo de baja velocidad causa la formación de coágulo

en la aurícula u orejuela auricular.

Los pacientes con EM y FA crónica se hallan en situación de

mayor riesgo de accidente cerebrovascular embólico, con una tasa

del 7-15% al añ

o 333 .

El tratamiento puede incluir anticoagulación

con heparina intravenosa o warfarina oral, control farmacológico

y cardioversión farmacológica o eléctrica por FA hemodinámica-

mente significativa o de comienzo agudo. En los pacientes progra-

mados para cardioversión, puede que haya que efectuar primero la

ETE para descartar la presencia de un trombo en la aurícula

izquierd

a 332 .

Una PAI elevada lleva a aumentos pasivos en la presión

venosa y arterial en los pulmones. La mayoría de los pacientes con

EM tienen presiones pulmonares mayores de lo que sería de esperar

si dichas presiones fuesen calculadas sólamente a partir de las ele-

vaciones en la PAI. Estas presiones exageradas son secundarias a

vasoconstricción pulmonar reactiva a cambios histológicos en las

capas media e íntima de las arterias y arteriolas pulmonares. Las

presiones pulmonares sí exhiben una asociación con la gravedad

de la EM, pero las presiones oscilan ampliamente con los diversos

grados de gravedad de la EM. En un estudio de 744 pacientes con

EM grave, Otto y cols

. 334

observaron que los predictores multiva-

riantes de RVP elevada y gradientes a través del lecho vascular

pulmonar incluyen el gradiente de presión transmitral, presión tele-

diastólica ventricular izquierda, el AVM e historia de enfermedad

pulmonar crónica.

La elevación crónica de la presión pulmonar causada por

EM lleva a cambios compensadores y descompensadores en el

ventrículo derecho. La exposición a una presión elevada lleva a

hipertrofia compensadora del ventrículo derecho; sin embargo, la

respuesta en el ventrículo derecho es menos eficiente que en el

ventrículo izquierdo debido a la forma, grosor de la pared y menor

masa muscular del ventrículo derecho. Debido a la vulnerabilidad

relativa del ventrículo derecho, la hipertensión pulmonar crónica

lleva invariablemente a dilatación progresiva del ventrículo derecho

y, en último término, a insuficiencia ventricular derecha.

El efecto de la EM sobre el ventrículo izquierdo se debe

principalmente a obstrucción de la entrada al flujo durante la diás-

tole. El orificio estrechado de la válvula mitral lleva a una prolon-

gación de la entrada de flujo por la mitral en la protodiástole y a

una demora en el llenado del ventrículo izquierdo. El llenado tele-

diastólico, que se produce durante la sístole auricular, está clara-

mente comprometido en los pacientes que tienen FA secundaria a

EM. En los casos de EM, los bucles de presión-volumen están

desviados a la izquierda, de modo que la PTDVI y el volumen

telediastólico en el VI (VTDVI) son menores. Está disminuido el

volumen latido, especialmente en situaciones clínicas que dan lugar

a un aumento de la frecuencia cardíaca y acortamiento de los

intervalos de llenado diastólico

( fig. 50-22 )

.

Se supone que la función o contractilidad del ventrículo

izquierdo es normal en la mayoría de los pacientes con EM. Sin

embargo, en una revisión de la literatura, Klein y Carrol

l 335

demos-

traron que es debatible la suposición de que la contractilidad del

ventrículo izquierdo esté preservada en los pacientes con EM. En

cambio, puede producirse disfunción del ventrículo izquierdo en

hasta el 30% de los pacientes con EM. Los mecanismos propuestos

incluyen una reducción del llenado del ventrículo izquierdo, atrofia

muscular, fibrosis miocárdica inflamatoria que lleva a anomalías

del movimiento de la pared, cicatrización del aparato subvalvular,

patrones anómalos de contracción del ventrículo izquierdo, reduc-

ción de la distensibilidad del ventrículo izquierdo con la función

diastólica, aumento de la poscarga del ventrículo izquierdo que

lleva a remodelado ventricular, cambio septal de derecha a izquierda

secundario al efecto de la hipertensión pulmonar sobre el ventrí-

culo derecho y enfermedades coexistentes tales como hipertensión

y arteriopatía coronari

a 335 .

En la

figura 50-23

se resumen los

cambios hemodinámicos asociados con la EM.

M

anejo anestésico

.

 La comprensión y apreciación de los

cambios fisiopatológicos asociados con la EM forman la base del

manejo anestésico en estos pacientes. Los principales intereses en

los pacientes con EM incluyen el manejo de la precarga ventricular,

frecuencia cardíaca, hipertensión pulmonar preexistente y una

función contráctil potencialmente disminuida del ventrículo

derecho y del ventrículo izquierdo. La mayoría de los pacientes con

valvulopatía tienen una mayor dependencia de la precarga ventri-

cular y una mayor sensibilidad a ella. El flujo a través de una válvula

mitral estenosada requiere un gradiente de presiones mayor de lo

normal entre la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo. Así,

una reducción en la precarga, ya sea por pérdida de sangre o por

los efectos venodilatadores de la anestesia, puede afectar de modo

acusado al volumen por latido, gasto cardíaco y perfusión tisular.

Sin embargo, en grados superiores de EM, la PAI puede ser muy

elevada y la diferencia entre una presión de llenado adecuada y una

Anestesia para los procedimientos de cirugía cardíaca

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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Figura 50-22

 Bucle presión-volumen en la estenosis mitral.

(De Jackson JM,

Thomas SJ, Lowenstein E: Anesthetic management of patients with valvular

heart disease.

Semin Anesth

1:239, 1982.)