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que tira de la valva anterior de la válvula mitral o de las estructuras

cordales al tracto de salida, lo que da lugar a obstrucción mecánica

y dinámica del TSVI e IM por un defecto de coaptación de la

válvula mitral. Ecocardiográficamente recibe la denominación de

movimiento anterior sistólico (MAS) de la válvula mitral. Tal movi-

miento disfuncional de la válvula mitral se observa en pacientes

quirúrgicos cardíacos que llegan para tratamiento quirúrgico de

miocardiopatía obstructiva crónica conocida (es decir, miomecto-

mía quirúrgica, reparación de la válvula mitral, o ambas).

En ocasiones, se observa el MAS preoperatoriamente o

como un hallazgo incidental en el momento de la cirugía en

pacientes sometidos a revascularización quirúrgica o a cirugía de

la válvula mitral. Además, el MAS puede ser creado iatrogénica-

mente como consecuencia de una reparación quirúrgica de la

válvula mitral. En los pacientes con IM que van a ser sometidos a

reparación de la válvula mitral, se lleva a cabo una valoración

ecocardiográfica y una inspección quirúrgica para aclarar el meca-

nismo de la insuficiencia mitral. Puede haber unas inserciones

cordales rotas o elongadas, un tejido valvar redundante o que se

prolapsa o dilatación anular que reduce una coaptación efectiva de

las valvas. Con frecuencia hay múltiples factores contribuyentes. El

tratamiento quirúrgico puede implicar sólo un anillo de anuloplas-

tia en el caso de una dilatación anular aislada, pero más frecuente-

mente implica la resección de segmentos deteriorados de la válvula

mitral, posiblemente nueva repartición o reconstrucción cordal, y

una valvuloplastia anular. Dependiendo de la geometría y del

tamaño del ventrículo izquierdo y de las características físicas de

la válvula mitral, la reparación quirúrgica puede aproximar la valva

anterior y el punto de coaptación de la valva con el tabique inter-

ventricular y el TSVI. Dicho punto de coaptación septal puede

estrecharse lo suficiente como para crear un gradiente en el tracto

de salida de modo que la valva anterior es arrastrada al TSVI por

el efecto Venturi, lo que lleva a obstrucción e insuficiencia mitral

secundaria. El descubrimiento de este desplazamiento anterior del

punto de coaptación mitral ha llevado al desarrollo de técnicas para

identificar a los pacientes en riesgo de esta complicación, así como

al desarrollo de estrategias quirúrgicas alternativas, tales como la

reparación de anuloplastia de deslizamient

o 338

y a la técnica de

Alfieri de reparación en doble orifici

o 339

para reducir al mínimo su

aparición en pacientes con anatomía de riesgo. Los estudios de

Lee

340 ,

Maslo

w 341

y cols. han delimitado los factores de riesgo para

el MAS y obstrucción del tracto de salida.

El manejo anestésico de la miocardiopatía obstructiva se

centra en intervenciones con líquidos y farmacológicas para dis-

minuir la magnitud de la obstrucción y, al mismo tiempo, dismi-

nuir el grado de la insuficiencia mitral. La mayoría de los pacientes

con anomalías en el tracto de salida tienen una contractilidad de

normal a supranormal. Por lo general, no se deben utilizar agentes

inotrópicos. El ventrículo grueso, hipertrofiado, suele tener una

menor distensibilidad y es muy sensible a la carga, de modo que la

obstrucción del tracto de salida aumenta en condiciones de hipo-

volemia. Es apropiado optimizar la precarga y el llenado ventricular

para tratar a un paciente con obstrucción del tracto de salida y para

valorar la necesidad de reconstrucción quirúrgica del TSVI, repa-

ración de la válvula mitral, o ambas. Debe evitarse una reducción

de la poscarga, porque empeora la obstrucción. A la inversa, el

aumento de la poscarga disminuye el gradiente a través del tracto

de salida, lo que lleva a reducción del MAS y a obstrucción del

tracto de salida. Por ello, se deben considerar vasoconstrictores

tales como fenilefrina y vasopresina. Tanto en la obstrucción del

TSVI congénita como iatrogénica, el grado de obstrucción es diná-

mico. La obstrucción se exacerba por los estados de hipercontrac-

tilidad y de aumentos de la frecuencia cardíaca; por consiguiente,

se debe considerar la reducción de la frecuencia cardíaca con el

bloqueo

b

-adrenérgico.

Una valoración e interpretación ecocardiográfica continua y

experta son importantes para un manejo intraoperatorio óptimo

de estos pacientes. La valoración de la gravedad y del mecanismo

de obstrucción del tracto de salida, y posiblemente de la necesidad

de volver a la derivación para revisar la reparación o efectuar una

valvuloplastia, no son decisiones inocuas y han de ser tomadas

conjuntamente por el anestesista y el cirujano, idealmente con estí-

mulo del cardiólogo apropiado.

Valvulopatía aórtica

Estenosis aórtica

F

isiopatología

.

 La estenosis aórtica (EA) es la lesión val-

vular cardíaca más común observada en los Estados Unidos. La

figura 50-25

muestra un bucle presión-volumen típico en un

paciente con EA. El pico de presión generada por el ventrículo

izquierdo durante la sístole es mucho mayor por el elevado gra-

diente de presiones transvalvular. Se desarrolla una hipertrofia

concéntrica del ventrículo izquierdo como consecuencia del

aumento en la carga de presión (

fig. 50-26 )

.

La estenosis aórtica suele estar causada por defectos congé-

nitos en la válvula porque el 1-2% de la población nace con una

válvula aórtica bicúspide. Se ha observado que la herencia desem-

peña un papel, con un patrón autosómico dominante y una pene-

trancia variabl

e 342,343 .

Una válvula aórtica bicúspide que aún no

muestra signo alguno de daño tiende no obstante a abrirse y

cerrarse con un plegamiento y arrugamiento anómalos, lo que lleva

a cicatrización y calcificación, y en último término culmina en EA

con o sin insuficiencia aórtica (IA). Aunque los pacientes con un

válvula aórtica bicúspide son asintomáticos hasta una etapa avan-

zada en el proceso de la enfermedad, puede desarrollarse una EA

o IA sintomática en la etapa media de la vida. Además, el movi-

miento anormal de estas valvas bicúspides origina un cierto flujo

turbulento en la aorta, que puede a la larga llevar a dilatación y

posterior ruptura o disección.

La EA adquirida suele ser debida a degeneración senil con

esclerosis y calcificación de la válvula. Hay una clara asociación

entre los factores de riesgo clínico de enfermedad aterosclerótica y

el desarrollo de EA, incluido el proceso de inflamación crónica. La

prevalencia de la EA aumenta con la edad; se ve en la actualidad

en el 2-4% de los adultos de más de 65 años, y se espera que esta

prevalencia aument

e 344 .

En los países desarrollados, la enfermedad

Anestesia para los procedimientos de cirugía cardíaca

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50

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

Figura 50-25

 Bucle presión-volumen en la estenosis aórtica.

(Adaptada de

Jackson JM, Thomas SJ, Lowenstein E: Anesthetic management of patients

with valvular heart disease.

Semin Anesth

1:239, 1982.)