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significativa son sensibles a las condiciones de carga ventricular.

Puede ser prudente aumentar la precarga en el intervalo antes de

la inducción anestésica. Sin embargo, hay que recordar que la IM

es dinámica; la distensión ventricular puede llevar a expansión de

un anillo mitral ya dilatado y empeorar así la IM.

F

recuencia

y

ritmo

cardíacos

.

 Se debe mantener la fre-

cuencia cardíaca en la gama alta-normal (es decir, 80-100 latidos/

min). La bradicardia tiene efectos perjudiciales dobles sobre la IM:

aumenta la duración del período sistólico, con lo que se prolonga

la regurgitación, y aumenta el intervalo de llenado diastólico, que

puede llevar a distensión del ventrículo izquierdo. Se prefiere un

ritmo sinusal, pero hay menos dependencia de la contracción auri-

cular que en la valvulopatía estenótica.

C

ontractilidad

.

 En la IM inicial compensada puede estar

preservada la contractilidad del ventrículo izquierdo. Es impor-

tante recordar que los índices de la FE se correlacionan mal con la

función sistólica del ventrículo izquierdo en los pacientes con IM

de moderada a grave y que la disfunción sistólica de base puede

ser profundamente infravalorada. Puede tratarse hasta cierto punto

la hipotensión en pacientes con IM significativa manipulando la

frecuencia cardíaca y el volumen, pero el mejor modo de tratar la

inestabilidad hemodinámica persistente es con soporte inotrópico.

La dobutamina, epinefrina a dosis bajas y milrinona son elecciones

todas ellas aceptables, dependiendo de la interpretación del clínico

de los datos del monitor.

P

oscarga

.

 La regla general que se aplica a los pacientes

con IM es disminuir la RVS, de modo que se maximice el gasto

cardíaco anterógrado. Pueden ser opciones clínicas una profundi-

dad anestésica adecuada, vasodilatadores sistémicos, inodilatado-

res y, en ocasiones, reducción mecánica de la poscarga con una

IABP, dependiendo de la situación. Los

a

1

-agonistas de acción

directa aumentan la RVS y la presión sanguínea, disminuyen la

frecuencia cardíaca y pueden empeorar la IM. El empleo temporal

de pequeñas dosis de efedrina puede constituir una mejor elección;

después, se deberá considerar el soporte inotrópico en caso de

necesidad persistente para aumentar la presión.

H

ipertensión

pulmonar

.

 La PAP y la RVP pueden estar

elevadas en los pacientes con IM aguda o de larga duración. Los

cambios secundarios en el tamaño y función del ventrículo derecho

pueden ser importantes. Se estudiarán y se corregirán cuando sea

posible los factores que puedan aumentar la RVP y carguen de

modo desfavorable un ventrículo derecho ya disfuncional, como

hipoxia, hipercapnia y acidosis.

Por último, en el paciente con IM aguda grave y shock cardio-

génico por ruptura isquémica de un músculo papilar, puede reque-

rirseelsoportefarmacológicodelventrículoizquierdo,confrecuencia

acompañado de soporte mecánico con contrapulsación IABP.

Miocardiopatía hipertrófica obstructiva

y la válvula mitral

Clásicamente, la miocardiopatía obstructiva hipertrófica es una

enfermedad familiar transmitida con herencia autonómica domi-

nante. La herencia y la expresión fenotípica son heterogéneas y varían

en sus manifestaciones. Algunas mutaciones en genes que codifican

proteínas del sarcómero cardíaco pueden causar hipertrofia de seg-

mentos del ventrículo. Es común la afectación septal, pero la miocar-

diopatía obstructiva crónica puede afectar también a otras áreas del

ventrículo izquierdo. Esta enfermedad es la causa más común de

muerte súbita cardíaca en personas jóvenes, pero puede también

causar la muerte y morbilidad en pacientes de mayor edad.

Cuando está afectado el tabique basal del ventrículo iz­

quierdo, puede estrecharse el tracto de salida del ventrículo

izquierdo (TSVI). Dependiendo de la forma del ventrículo y de la

válvula mitral, puede producirse obstrucción dinámica del tracto

de salida, emparejada con insuficiencia de la válvula mitral. A me­

dida que se va estrechando el tracto de salida por la hipertrofia,

se ponen en íntima proximidad el tabique basal y la valva anterior

de la válvula mitral. La hipertrofia y la menor distancia entre el

tabique y la valva anterior pueden crear un conducto que se estre-

cha hasta el punto de crear un gradiente de presión a través del

tracto de salida. Esta obstrucción al flujo y su gradiente de presión

llevan a hipertrofia compensadora progresiva, que a su vez estrecha

aún más el tracto de salida e intensifica el gradiente. Cuando la

sangre es expulsada a través de este conducto de salida estrechado

durante la sístole, aumenta la velocidad de la sangre a través del

orificio estrechado. Esta mayor velocidad crea un efecto Venturi

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Figura 50-24

 Diagrama de los bucles de estrés parietal-volumen y de las relaciones entre el volumen telesistólico-estrés parietal en la insuficiencia mitral

grave.

A,

Como en la insuficiencia aórtica, el cambio a la derecha de las relaciones diastólicas y telesistólicas permite que el ventrículo izquierdo con

sobrecarga de volumen mantenga un alto volumen por latido. La media del estrés parietal durante la eyección es algo reducida, y en la insuficiencia mitral la

fracción de eyección (FE) es normal alta cuando la contractilidad es normal.

B,

Con el desarrollo de una contractilidad deprimida, la relación estrés parietal

telesistólico-volumen cambia a la derecha antes de la cirugía. A pesar de una contractilidad muy deprimida, el ventrículo es capaz de liberar una FE casi normal

por el volumen ventricular muy elevado y el estrés parietal medio relativamente bajo durante la eyección (latido 2, fracción de eyección=50%). La contractilidad

permanece deprimida después de la valvuloplastia mitral y con la corrección de la fuga de baja impedancia, el ventrículo ha de liberar ahora el volumen por

latido total en la aorta frente a un mayor estrés parietal; por consiguiente, la FE cae al 37% (latido 1).