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reumática es una causa menos frecuente de EA, y suele asociarse

con IA concomitante.

M

anejo

anestésico

.

 La premedicación puede aliviar la

ansiedad del paciente en relación con la cirugía cardíaca, y ayuda

a prevenir la taquicardia perioperatoria en los pacientes con EA.

La monitorización de estos pacientes incluye modalidades están-

dar no invasivas y la monitorización invasiva de la presión sanguí-

nea y PVC. Dependiendo del grado de la EA, el trazado de la vía

arterial puede mostrar algunos cambios típicos. La presión de

pulso puede ser tan baja como 50mmHg o menos. La pendiente

ascendente del trazado se retrasa y tiene una prominente muesca

anacrótica, que ocurre a un nivel inferior a medida que aumenta

el grado de la EA, mientras que la muesca dicrótica se reduce en

tamaño o incluso desaparece a medida que va progresando

la enfermedad. Puede considerarse la inserción de un catéter en la

AP para la monitorización de la PAP y del gasto cardíaco durante

la cirugía y sobre todo en el período postoperatorio. Casi siempre

es deseable una sonda de ETE si no hay contraindicaciones para

su colocación.

El manejo anestésico de los pacientes con EA gira alrededor

de evitar fluctuaciones en la hemodinámica del paciente mientras

se logra una profundidad anestésica adecuada. La inducción de la

anestesia no debe implicar medicación alguna que pudiera tener

efectos inotrópicos negativos o vasodilatadores. También se debe

evitar cualquier agente que pudiera causar taquicardia. Además, se

debe hacer todo lo posible para asegurarse de que el paciente per-

manece en ritmo sinusal. En los pacientes con EA, la contracción

auricular puede contribuir hasta con el 40% del total del gasto

cardíac

o 345 .

Por consiguiente, para tratar cualquier posible arritmia,

se deben considerar los electrodos externos de cardioversión, pre-

feriblemente antes de la inducción de la anestesia.

Por último, es importante darse cuenta de que la presencia

de EA grave reduce la utilidad de la reanimación cardiopulmonar

(RCP) para mantener un gasto cardíaco suficiente para satisfacer

las necesidades fisiológicas del paciente. La

tabla 50-13

resume los

objetivos de los cuidados anestésicos de un paciente con EA.

Insuficiencia aórtica

F

isiopatología

.

 La IA es el flujo de sangre desde la aorta

en sentido retrógrado, hacia el ventrículo izquierdo durante la fase

diastólica del ciclo cardíaco. Se ha observado que la prevalencia

global de la IA es del 1% en los varones y del 13% en las mujeres

en el Framingham Offspring Stud

y 346 .

La IA crónica es más preva-

lente y comporta un pronóstico mucho mejor que la IA aguda. Sin

embargo, sigue siendo desconocida la prevalencia precisa de la IA,

tanto aguda como crónic

a 347 .

La IA crónica y la aguda tienen, cada una de ellas, su propia

etiología. Las causas de la IA crónica incluyen lesiones congénitas,

procesos degenerativos y enfermedad reumática, pero las causas

idiopáticas parecen ser las más comune

s 347 .

Estos procesos produ-

cen una mala coaptación de las valvas de la válvula aórtica al causar

anomalías en las propias valvas o dilatación del anillo valvular

aórtico, la raíz aórtica, o ambo

s 347 .

Las anomalías de las valvas de la válvula aórtica incluyen

afecciones congénitas (p. ej., válvula aórtica bicúspide), endocardi-

tis, enfermedad reumática, enfermedades inflamatorias, ciertas

enfermedades del tejido conjuntivo, y traumatismo de la pared

torácica que causa lesión en una valva de la válvula aórtica. La

dilatación de la raíz aórtica proximal puede estar causada por

ectasia anuloaórtica consecuencia de hipertensión crónica de larga

duración o simplemente por el proceso de envejecimiento normal.

Otras causas anulares de la válvula aórtica o de la raíz aórtica que

producen IA son: síndrome de Marfan, sífilis, enfermedades del

tejido conjuntivo, enfermedades congénitas tales como osteogéne-

sis imperfecta y el síndrome de Ehlers-Danlos, así como causas

idiopáticas.

I

nsuficiencia

aórtica

crónica

.

 Los pacientes con IA

crónica pueden permanecer asintomáticos durante años e incluso

décadas. El ventrículo izquierdo sufre un proceso de remodelación

causado por replicaciones en serie de sarcómeros y desarrollo de

hipertrofia ventricular excéntrica y de aumento del tamaño cavitario

ante un volumen cada vez mayor de reflujo

( fig. 50-26 ) 348

. Aunque

el bucle de presión volumen está muy desplazado a la derecha en

1700

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Figura 50-26

 El mayor pico sistólico de estrés parietal resultante de la sobrecarga de presión crónica estimula directamente la hipertrofia ventricular

concéntrica, que tiende a contrarrestar o «normalizar» el elevado estrés de la pared ventricular.

(De Grossman W, Jones D, Mclaurin LP: Wall stress and pattern

of hypertrophy in the human left ventricle.

J Clin Invest

56:56, 1975.)

Tabla 50-13

 Objetivos de los cuidados anestésicos en los pacientes con estenosis aórtica e insuficiencia aórtica

Precarga ventricular

izquierda

Frecuencia cardíaca Estado contráctil

Resistencia vascular

sistémica

Reflujo vascular

pulmonar

Estenosis aórtica

(sinusal)

Mantener

Mantener

Insuficiencia aórtica

Mantener

Mantener

De Sukernik MR, Martin DE: Anesthetic management for the surgical treatment of valvular heart diseases.

En

Hensley FA, Martin DE, Gravlee GP (eds.):

A Practical

Approach to Cardiac Anesthesia,

4.ª ed. Filadelfia, Lippincott Williams & Wilkins, 2008, págs. 316-347.