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Consideraciones anestésicas preoperatorias

Es útil una apreciación de la fisiopatología cardíaca y extracardíaca

al planificar el planteamiento anestésico en los pacientes adultos

con CC. Pueden hallarse afectados diversos sistemas extracardía-

cos, ya como secuelas fisiológicas del defecto cardíaco congénito

específico o como parte de un síndrome genético/cromosómico

cuya manifestación incluye anomalías cardíacas.

El tratamiento de los adultos con CC se ve facilitado concep-

tualmente por recomendaciones recientes. El planteamiento suge-

ridoporPerloffyWarne

s 412

sebasaenlacomprensiónydiferenciación

entre «lesiones residuales» (anomalías anatómicas o fisiológicas

dejadas en el momento de la cirugía reparadora) y «secuelas»

(nuevos trastornos o cambios fisiológicos creados de modo inten-

cional o incurridos y vistos como consecuencias aceptables y nece-

sarias del tratamiento quirúrgico). Esta base conceptual proporciona

un armazón básico y muy necesario sobre el que los anestesistas

puedan basar su comprensión de un paciente adulto con CC.

Las lesiones residuales de la cirugía en una CC pueden ser

electrofisiológicas, valvulares, ventriculares, vasculares o extracar-

diovasculare

s 412 .

Las lesiones residuales electrofisiológicas incluyen

la desviación axial en el ECG, bloqueo AV, focos auriculares ectó-

picos y taquiarritmias auriculares.

Las lesiones residuales valvulares son anomalías estructurales

y funcionales de las válvulas cardíacas. Son consecuencia inmediata

de la cirugía o se desarrollan de modo gradual como consecuencia

de un estrés fisiopatológico primario de larga duración y de unos

mecanismos compensadores secundarios insuficientes.

Las lesiones residuales ventriculares se hallan entre las con-

sideraciones perioperatorias más importantes. Los efectos ventricu-

lares de la CC y de su reparación o paliación quirúrgica incluyen

anomalías estructurales permanentes o disfunción del ventrículo o

ventrículos y cambios en la función o masa ventricular que se pro-

ducen con el tiempo, como la hipertrofia ventricular que se desa-

rrolla en pacientes con una válvula aórtica bicúspide congénita que

es inherentemente estenótica o que se vuelve así durante la vida del

paciente.

Las lesiones residuales vasculares incluyen anomalías estruc-

turales de las arterias cerebrales, coronarias y grandes arterias. Los

pacientes con historia de coartación aórtica o de EA supravalvular

tienen una angiopatía hereditaria difusa que les predispone a la

formación de aneurismas cerebrales, desarrollo de aneurismas aór-

ticos e incluso rotura aórtic

a 409

. Estas anomalías de la pared media

aórtica parecen formar parte de numerosas anomalías cardíacas

congénitas y pueden afectar a las paredes arteriales sistémicas y

pulmonare

s 413

. Un aumento en la presión vascular y resistencia en

los lechos vasculares sistémicos o pulmonares son otros residuos

vasculares que se producen en adultos con CC. Por ejemplo, la

hipertensión residual sistémica postoperatoria puede complicar el

curso a largo plazo de los pacientes mayores con coartación y es

uno de los diversos síndromes que incluyen EA supravalvular. En

los vasos pulmonares, un flujo de sangre pulmonar excesivo de larga

duración puede dar lugar a proliferación de las células musculares

lisas de la capa media de los vasos pulmonares, lo que puede causar

aumentos en la RVP y posiblemente hipertensión pulmonar fija.

Las lesiones residuales extracardíacas observadas en los

pacientes adultos con CC son miríada. El retraso mental y los

trastornos del crecimiento somático complican muchos síndromes

congénitos. Las anomalías esqueléticas, faciales y de las vías respi-

ratorias son expresiones comunes de dimorfismos genéticos. Las

lesiones residuales neurológicas pueden persistir como consecuen-

cia de una cardiopatía primaria. Por ejemplo, pueden producirse

embolias paradójicas en un paciente con derivación de nivel auri-

cular. Además, problemas médicos comunes asociados con la edad,

como hipertensión esencial sistémica, diabetes y arteriopatía coro-

naria adquirida, pueden desarrollarse en adultos con CC.

Las secuelas (nuevos trastornos o cambios fisiológicos que

se desarrollan como consecuencia de corrección o paliación)

pueden clasificarse de modo similar. Las secuelas electrofisiológi-

cas incluyen los efectos de la violación quirúrgica del músculo

auricular o ventricular durante la cirugía intracardíaca y la poste-

rior exposición de las cavidades cardíacas a una presión elevada y

a estrés parietal. Las arritmias auriculares, bloqueo cardíaco

y muerte súbita taquiarrítmica son secuelas conocidas de la repa-

ración quirúrgica de CC. Las secuelas valvulares pueden ser

también significativas.

Además, la reparación quirúrgica de la obstrucción del

tracto de salida del ventrículo derecho, como se lleva a cabo en la

corrección de la tetralogía de Fallot, puede producir insuficiencia

pulmonar obligatoria por la que la sobrecarga de volumen resul-

tante afecta al ventrículo derecho. Las secuelas de la reparación de

las válvulas de entrada del flujo (mitral o tricuspídea) son incluso

más prevalentes por la naturaleza compleja del aparato valvular de

entrada de flujo y la dependencia funcional de la válvula sobre la

geometría y función del ventrículo izquierdo o del ventrículo

derech

o 412 .

Además, se producen secuelas singularmente significativas

con el empleo de material de prótesis en forma de parches, conduc-

tos o válvulas. Tal material incluye autoinjertos (mismo individuo),

homoinjertos (misma especie), xenoinjertos (especie diferente), y

sustancias sintéticas. Las secuelas relacionadas con injertos inclu-

yen degeneración fibrocalcífica acelerada, complicaciones trom-

boembólicas, y riesgo elevado a largo plazo de endocarditis.

Las secuelas neurológicas pueden incluir deficiencias focales,

trastorno de la función cortical superior o lesión del SNC como

consecuencia de mala perfusión cerebral o medular durante ope-

raciones cardíacas o aórticas complicadas, especialmente las que

requieren parada circulatoria. Afortunadamente, los avances en las

técnicas quirúrgicas y de derivaciones han reducido al mínimo

dichas secuelas. Datos más sutiles de disfunción neurológica inclu-

yen unos niveles de rendimiento académico por debajo de lo

normal en los pacientes de Fontan o un menor rendimiento motor

y disfunciones conductuales en pacientes que han sido sometidos

a parada circulatoria o DCP con bajo flujo, han tenido una estancia

prolongada en la UCI o han tenido una enfermedad con implica-

ción de fisiopatología monoventricula

r 414-418 .

La valoración inicial, la obtención de la historia y la explo-

ración física de un paciente adulto con CC han de ser, por natura-

leza, sistémicas, para captar cualquier afectación de órganos

extracardíacos. Queda fuera de la intención de este capítulo una

revisión plena de cada órgano o sistema, pero remitimos a los

lectores a dos excelentes artículos de revisión de Chassot y Bettex

y de Love

l 419,420 .

Es óptima una consulta apropiada con el cardiólogo

del paciente (pediátrico o de adultos), así como el acceso a la his-

toria de medicaciones que haya tomado el paciente, especialmente

en el caso de los pacientes con CC compleja o que hayan sido

sometidos a procedimientos quirúrgicos complejos. La ecocardio-

grafía preoperatoria es extraordinariamente útil para la compren-

sión de la anatomía y de la función cardíaca de los pacientes con

CC, tanto primaria como compensadora.

Una de las primeras decisiones clínicas que hay que tomar

en relación con un paciente dado es la determinación de lo apro-

piado de los cuidados quirúrgicos en una institución dada. Por

supuesto, los procedimientos de urgencia no dan ocasión para ello,

pero los procedimientos programados deben incluir una valora-

ción cuidadosa, especialmente de la capacidad y experiencia del

anestesista que ha de atender al paciente con CC compleja corre-

gida o paliada. En 2001, la 32.ª Bethesda Conference on CHD

defendía la creación de centros regionales para la atención a los

adultos con CC (centros ACHD), en cuyo personal figuraría un

anestesista con experiencia en el tratamiento de los pacientes de

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

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