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En pacientes con importante compromiso hemodinámico,

una opción quirúrgica es efectuar pericardiocentesis o exploración

subxifoidea bajo anestesia loca

l 442

e inducir anestesia general

después de que haya sido parcialmente aliviado el taponamiento. Si

se planifica anestesia general, las palabras que definirían el manejo

del taponamiento cardíaco serían

rápido, lleno

y

fuerte.

Es impor-

tante administrar líquidos intravenosos antes de la inducción para

optimizar la precarga. El aumento del volumen intravascular ayuda

a aumentar la presión de llenado efectiva del corazón, restablecer

el gradiente entre las cavidades y aumentar la presión arterial.

Debe evitarse cualquier manipulación que pueda disminuir

el retorno venoso al corazón, incluida la ventilación controlada con

presión positiva con grandes volúmenes corrientes, que puede dis-

minuir significativamente la precarga y el gasto cardíac

o 442 .

En

cambio, si se requiere anestesia general, una opción es permitir que

el paciente respire espontáneamente hasta que esté abierto el saco

pericárdic

o 442 .

Otra posibilidad es utilizar un patrón de ventilación

de alta frecuencia y bajo volumen corriente para reducir al mínimo

la media de la presión de las vías respiratorias.

Se deben evitar los fármacos que puedan causar depresión

miocárdica. Además, también debe evitarse la bradicardia, porque

la taquicardia es el mecanismo compensador más importante

para preservar el gasto cardíaco. Se ha descrito el empleo de keta-

mina para inducir la anestesia general para la creación de una

ventana pericárdica

443 .

Cuando se ha aliviado el taponamiento cardíaco, las cateco-

laminas generadas de modo endógeno y las administradas exóge-

namente pueden causar aumentos súbitos e importantes en la

presión sanguínea y frecuencia cardíaca. Debe preverse y tratarse

este fenómeno.

Pericarditis constrictiva

Se dice que hay pericarditis constrictiva cuando el llenado diastó-

lico del corazón se ve restringido por un pericardio engrosado y

adherente. Son varias las causas identificadas de pericarditis cons-

trictiva, como procesos infecciosos y complicaciones de la cirugía

cardiovascular, y puede producirse como parte del síndrome de

Dressler semanas o meses después de un I

M 444,445 .

Sin embargo, la

pericarditis constrictiva es más comúnmente idiopátic

a 446 .

F

isiopatología

.

 En los casos de pericarditis constrictiva,

el pericardio engrosado no permite que el corazón se expanda

plenamente cuando se llena con sangre durante la diástole. En

cambio, la sangre fluye rápidamente a las cavidades cardíacas

durante el primer tercio de la diástole y luego súbitamente cesa

cuando el pericardio engrosado alcanza su límite de expansión.

S

ignos y síntomas de

la pericarditis constrictiva

.

 Típi-

camente, los pacientes conpericarditis constrictiva tienenuna presión

venosa sistémica elevada y un bajo gasto cardíac

o 444 .

Al estar el

corazón embutido en un pericardio rígido, se observan aumentos

similares en la presión diastólica, por lo general alrededor de

5 mmHg, en las cuatro cavidades.

Otro signo observado en la pericarditis constrictiva es el

signo de Kussmaul (una exageración del descenso de x e y en el

trazado de la PVC), que se produce en respuesta a un aumento del

retorno sanguíneo al corazón derecho en la inspiración. Dado que

el pericardio engrosado no permite ya que el corazón se expanda

para acomodar toda la sangre que le llega, la presión generada por

este volumen de retorno se transmite al sistema venoso centra

l 444 .

Al igual que en el taponamiento pericárdico, también se

suele observar un pulso paradójico en la pericarditis constrictiva.

Sin embargo, en algunos casos, el engrosamiento del pericardio

puede hacer de escudo al miocardio frente a los efectos del ciclo

respiratorio y, por consiguiente, el pulso paradójico podría no ser

tan manifiesto. La disnea y la ortopnea son comunes en los pacien-

tes con pericarditis constrictiv

a 446

porque el bajo gasto cardíaco

causado por la misma reduce de modo importante la tolerancia al

esfuerzo del paciente y, en los casos muy avanzados, causa caquexia

cardíaca y pérdida de masa muscula

r 445 .

También se puede obser-

var ascitis y edema periférico.

C

onsideraciones anestésicas en

la pericardiectomía

.

 La

pericardiectomía es el tratamiento de elección para curar la pericar-

ditis constrictiv

a 444

. Se suele efectuar este procedimiento a través de

una esternotomía, pero también puede ser efectuado a través de una

incisión de toracotomía izquierd

a 444,446

. En pacientes con casos graves

de la enfermedad, la pericardiectomía puede implicar el denuda-

miento del pericardio del corazón, lo que puede requerir el empleo de

DCP.

El manejo anestésico de un paciente sometido a pericardiec-

tomía por pericarditis constrictiva es similar al del paciente some-

tido a una intervención quirúrgica por derrame pericárdico y

taponamiento. Sin embargo, dado que el pericardio puede requerir

ser «pelado» de la superficie del corazón, la pericardiectomía com-

porta un riesgo adicional de arritmia y de lesión al propio miocar-

dio, incluida la rotura de una de las cavidades. Se deben tomar

medidas para evitar y tratar las arritmias y una hemorragia intrao-

peratoria masiva.

Traumatismo cardíaco y aórtico

Lesión cardíaca penetrante

Con el aumento de crímenes violentos en las últimas décadas se ha

producido un aumento en el número de casos de heridas por armas

de fuego y armas blancas en el corazó

n 448

. Los pacientes con lesión

cardíaca penetrante pueden estar críticamente inestables por

hemorragia o taponamiento cardíaco, o pueden tener una lesión

cardíaca benign

a 449 .

Un ecocardiograma puede detectar la presen-

cia de sangre alrededor del corazó

n 448

y puede ayudar a tomar la

decisión quirúrgica de realizar una esternotomía o utilizar un abor-

daje alternativ

o 450 .

El manejo anestésico de los pacientes con lesión cardíaca

penetrante es similar al de otros pacientes que han sufrido trauma-

tismo. Los pacientes inestables requieren una intervención quirúr-

gica de urgencia. El anestesista ha de asegurarse de que se dispone

de sangre en cuanto tenga la primera noticia de una cirugía inmi-

nente por lesión cardíaca penetrante. En los pacientes críticamente

1718

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Cuadro 50-13

 Indicaciones para la pericardiocentesis/

drenaje quirúrgico

• La pericardiocentesis está indicada en pacientes con

taponamiento clínico manifiesto, en los que hay sospecha

de pericarditis purulenta, y en los pacientes con gran

derrame pericárdico crónico idiopático.

• Las indicaciones para el drenaje quirúrgico son tapona-

miento, ya sin resolverse o recurrente después de la

pericardiocentesis y activo persistente 3 semanas

después del ingreso hospitalario.

• No parece estar justificado el drenaje pericárdico en el

manejo inicial de los pacientes con grandes derrames

pericárdicos sin taponamiento clínico por su bajo rendi-

miento diagnóstico y escasa influencia sobre la evolución

del derrame pericárdico. Incluso la presencia de colapso de

las cavidades derechas por la ecocardiografía (que sugiere

aumento de la presión intrapericárdica) no justifica por sí

misma el drenaje pericárdico, porque en la mayoría de

estos pacientes no se produce una evolución a

taponamiento manifiesto.

De Soler-Soler J, Sagrista-Sauleda J, Permanyer-Miralda G:

Management of pericardial effusion.

Heart

86:235-240, 2001.