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Los pacientes pueden presentar alto riesgo de complicacio-

nes en el laboratorio de hemodinámica si tienen una anatomía

coronaria desfavorable o una importante disfunción ventricular. En

algunos casos, se debe consultar con los servicios de cirugía car-

díaca y de anestesia cardíaca para una posible intervención de

urgencia. La rapidez de la intervención quirúrgica (p. ej., revascu-

larización o soporte mecánico temporal) desempeña un papel

crucial para reducir la mortalidad y morbilidad de los pacientes

que sufren accidentes relacionados con la angiografía.

Cuando se producen complicaciones isquémicas durante el

cateterismo cardíaco con angioplastia transcoronaria percutánea

y colocación de stents, se puede utilizar la intervención farmaco-

lógica y posiblemente un dispositivo como un IABP o DAV para

estabilizar la condición hemodinámica del paciente antes de ser

transferido en situación de urgencia o de emergencia al quirófano

para revascularización coronaria abierta. Los pacientes pueden ser

intubados de urgencia en el laboratorio de hemodinámica. En los

pacientes con disección coronaria o isquémica grave puede reque-

rirse la realización de RCP durante el transporte al quirófan

o 466 .

Aunque el anestesista, el cardiólogo o ambos pueden dirigir estos

esfuerzos de resucitación, todos los miembros del equipo de cate-

terización (médicos, enfermeras y técnicos) deben completar un

curso en RCP básica; además, debe obtenerse la certificación en

soporte vital cardíaco avanzado con recertificación anual

467 .

Si el paciente no esta todavía intubado, la elección de los

agentes de la inducción debe ser hecha a medida de la condición

hemodinámica del paciente evitando la hipotensión y la taquicardia,

al tiempo que se mantiene presente el estado de la ingesta oral del

paciente. La monitorización perioperatoria de estos pacientes debe

incluir una vía arterial y acceso venoso central, que deben estable-

cerse lo más precozmente posible. La ETE puede ser de gran

importancia en el diagnóstico de un problema cardíaco y en la

monitorización del paciente intraoperatoriamente.

Otros procedimientos efectuados en el laboratorio de hemo-

dinámica, especialmente la colocación de stents en un aneurisma

de la aorta, pueden requerir también soporte quirúrgico. Se debe

disponer de un equipo quirúrgico por si surgiese una complica-

ción potencialmente mortal. Es obligatoria la planificación de la

posibilidad de conversión a un procedimiento «abierto», como en

el caso de fuga en un aneurisma o cuando un catéter perfora un

vaso sanguíneo importante o una cavidad cardíaca. Si puede

lograrse la estabilidad hemodinámica, el paciente puede ser trans-

portado urgentemente al quirófano. Sin embargo, puede ser más

efectivo traer al equipo quirúrgico al laboratorio de hemodiná-

mica, como cuando se rompe un aneurisma y se requiere que el

equipo realice un pinzamiento de la aorta.

Unos cuidados óptimos dependen también de la disponibi-

lidad inmediata de un laboratorio de diagnóstico rápido. El análisis

de gases en sangre, así como la valoración de electrólitos o de hemo-

globina o hematocrito, es importante en situaciones urgentes. Los

pacientes sometidos a procedimientos de revascularización corona-

ria pueden estar recibiendo fármacos inhibidores plaquetarios. Las

pruebas convencionales de coagulación pueden no ser suficientes

para el diagnóstico de sangrado clínico en estos pacientes, y podrían

requerirse pruebas de evaluación de la función plaquetari

a 188

.

Cuando se compara con los procedimientos quirúrgicos car-

díacos programados, la cirugía cardíaca de urgencia comporta un

mayor riesgo de mortalidad y de morbilidad, especialmente si el

paciente esta en estado de shock cardiogénic

o 468 .

La identificación

de los pacientes de alto riesgo que van al laboratorio de hemodi-

námica para procedimientos intervencionistas y la comunicación

entre cardiólogos intervencionistas, cirujanos cardíacos y cardioa-

nestesistas sobre estos pacientes de alto riesgo son de la máxima

importancia para mejorar el desenlace de estos procedimientos de

urgencia.

Procedimientos en el laboratorio

de hemodinámica cardíaca

y en el quirófano híbrido

En las tres últimas décadas, el campo de actividad del laboratorio

de hemodinámica cardíaca (LHC) ha aumentado en gran medida,

alejándose del simple diagnóstico y evaluación de la valvulopatía,

arteriopatía coronaria y cardiopatía congénit

a 469 .

En un número

creciente de casos, la anestesia a los pacientes cardiópatas esta

siendo administrada fuera del área quirúrgica, y el LHC es el lugar

principal. Los cardioanestesistas pueden así encontrarse en un

ambiente relativamente aislado con grandes equipos, iluminación

tenue y acceso limitado al pacient

e 469

. En caso de requerirse, puede

no disponerse fácilmente de la ayuda de colegas quirúrgicos.

Además, puede no disponerse de modo inmediato de los servicios

de personal de soporte de anestesia, farmacia y de laboratorio de

diagnóstico inmediato. Por último, un área de recuperación ade-

cuada para los pacientes con cardiopatía de moderada a grave que

han sido sometidos a profunda sedación o anestesia general puede

hallarse situada a gran distancia.

Para tratar algunos de estos aspectos, se han diseñado

y construido en algunas unidades dentro del área quirúrgica o

adyacentes a la misma los denominados quirófanos híbridos, con

capacidad completa para procedimientos que requieran radiosco-

pia, cirugía abierta o ambas modalidades. La localización física de

tales quirófanos híbridos puede representar un avance en la aten-

ción, porque el personal clave está más fácilmente disponible para

tratar las complicaciones y urgencias no anticipadas.

Los tipos de procedimientos que se llevan a cabo en los LHC

o en el quirófano híbrido varían de acuerdo con las preferencias

institucionales, pero pueden incluir: 1) valoración electrofisioló-

gica de los trastornos del ritmo y tratamiento por ablación o por

implantación de dispositivos, 2) electroestimulación biventricular

en el caso de insuficiencia cardíaca, 3) colocación de stents de

aneurismas de la aorta abdominal o torácica, 4) anuloplastias y

colocación de stents en lesiones valvulares y subvalvulares, y 5) em­

pleo de aparatos de oclusión o paraguas para cerrar un defecto

septal auricular o ventricular o un conducto arterioso permeable.

Aunque los requerimientos varían dependiendo de la natura-

leza del procedimiento, la sedación o la anestesia mejoran la eficacia

y seguridad de muchos procedimiento

s 469 .

Un objetivo importante

es proporcionar una hemodinámica estable para la perfusión y pre-

servación de órganos durante la anestesia. Se pueden llevar a cabo

muchos procedimientos en el LHC con ayuda de «cuidados anesté-

sicos monitorizados» (CAM) o bloqueos regionales, con tal de que

pueda lograrse un cierto nivel de comodidad del pacient

e 470

. Sin

embargo, durante los procedimientos difíciles y prolongados, los

pacientes pueden tener problemas para mantener la inmovilidad. En

muchos casos, una anestesia general puede ser la mejor opción. Si

está indicada, la anestesia general con intubación endotraqueal pro-

porciona una situación controlada: se aumenta al máximo la como-

didad del paciente, y se asegura la vía aére

a 466

. También es posible el

empleo de una mascarilla laríngea o mascarilla estándar, pero los

movimientos diafragmáticos constantes que se producen durante la

respiración espontánea pueden interferir con la visualización radios-

cópica de las estructuras cardíacas y vasculares.

Seguridad frente a la radiación

Dado que se utiliza con frecuencia la radioscopia durante los pro-

cedimientos intervencionistas en el LHC y en los quirófanos

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

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