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desgarros en el material del injerto o a la separación de componentes

individuales del endoinjerto modular. La endofuga de tipo IV guarda

una relación directa con la porosidad del material del injerto. Las

endofugas se clasifican también como primarias (después de su des-

pliegue) o secundarias (tras el sellado inicial). Se ha añadido a la

bibliografía una endofuga de «tipo V» para aludir a la presurización

persistente del saco aneurismático después de la reparación endovas-

cular

sin

una fuga identificada en los estudios radiológicos.

La frecuencia de las endofugas depende de muchos factores,

como el dispositivo del endoinjerto, el método de despliegue, la

anatomía vascular y la progresión de la enfermedad. El tratamiento

de la endofuga tras la colocación del endoinjerto es motivo de un

gran debate y va desde la observación con controles radiológicos

periódicos a la corrección endovascular o quirúrgica inmediatas.

Las endofugas de tipos I y III se asocian a un riesgo de rotura

mayo

r 273

y la práctica totalidad de los grupos aconseja un trata-

miento radical. Aunque las endofugas de tipo II no necesitan tra-

tamiento urgente y se pueden trombosar de forma espontánea, se

asocian a un aumento de tamaño del aneurisma

273 .

Las endofugas

de tipo IV suelen ser autolimitadas y, por lo general, no necesitan

un tratamiento específico. Las endofugas de tipo V necesitan inter-

vención si se detecta crecimiento del aneurisma.

En la reparación de las endofugas se han empleado con éxito

injertos de extensión endovasculares, embolización con espirales y

la reconversión a una reparación abiert

a 274 .

Morbilidad y mortalidad

Un metaanálisis de 39 estudios revisó las complicaciones periope-

ratorias (30 días, 2.387 pacientes) y postoperatorias (30 días, 1.645 pa­

cientes) tras la reparación endovascular de la aorta abdomina

l 275 .

La media de seguimiento fue de 13,9 meses. La mortalidad perio-

peratoria fue del 3,7% y la mortalidad anual alcanzó un 5,0% cada

año. La frecuencia de endofugas (13,1%) y de reconversión a una

reparación abierta (5,0%) fue más alta en el período perioperatorio

que en el postoperatorio (5,4% y 1,4% cada año, respectivamente).

El registro EUROSTAR se estableció en 1996 para recoger datos

sobre la evolución de los aneurismas de la aorta abdominal someti-

dos a reparación endovascular en Europa. En una publicación de

la base de datos de EUROSTAR sobre 3.222 pacientes sometidos a la

implantación de diversos tipos de endoinjertos, la mortalidad qui-

rúrgica fue del 2,0

% 276

. La media de seguimiento fue de 13,7 meses.

La reconversión precoz a una reparación abierta se produjo en el

1,5% de los pacientes y las intervenciones secundarias se produjeron

con una frecuencia del 10% anual (1% anual por reconversión a

reparación abierta y 9% por revisión anual). El riesgo de rotura fue

del 0,46% anual, con una mortalidad asociada del 56%. Esta base de

datos ha confirmado la importancia de las endofugas, la insuficien-

cia del injerto-endoprótesis y la migración del injerto-endoprótesis

como causas de la rotura de un aneurism

a 277

.

El grupo de la Clínica Cleveland publicó su experiencia en

703 pacientes sometidos a reparaciones endovasculares de aneuris-

mas de aorta abdominal con distintos dispositivo

s 278

. Al igual que

se describe en otros trabajos, la media de seguimiento fue levemente

superior a 12 meses. En conjunto, se necesitaron intervenciones

secundarias en el 15% de los pacientes con un riesgo acumulado del

12% al año, el 24% a los 2 años y del 35% a los 3 años. La mortalidad

asociada a estas segundas intervenciones fue del 8% de forma global

y del 18% en los pacientes en los que fue preciso reconvertir a una

reparación abierta. En otro trabajo de este mismo grupo, el pronós-

tico tras la reparación endovascular era significativamente peor

cuando los aneurismas eran más grandes (5,5 cm). A los 24 meses,

los pacientes con aneurismas de mayor tamaño presentaban más

endofugas de tipo I, migración de los dispositivos y reconversión a

una reparación abierta. Aún más importancia tiene la disminución

de la supervivencia (71% frente al 86%) y el aumento del riesgo de

muerte asociado al aneurisma (6,1% frente al 1,5%) a los 24 meses

en pacientes con aneurismas de gran calibre. En el pronóstico a

medio plazo (4 años) de la base de datos EUROSTAR (4.392 pacien-

tes) también se demostró que los aneurismas grandes se asocian a

un aumento de la mortalidad asociada al aneurisma, de la mortali-

dad no asociada con éste y de su rotur

a 279

.

La información disponible acerca de la reparación endovas-

cular de la aorta torácica descendente es escasa. Aunque los resul-

tados a corto plazo de series retrospectivas a pequeña y moderada

escala son alentadore

s 258,280,281 ,

se han descrito complicaciones

graves, como paraplejía, rotura de la aorta, ictus, insuficiencia renal

y fracaso respiratori

o 282

. Además, se producen complicaciones graves

asociadas a la intervención o al dispositivo hasta en un 38% de los

paciente

s 283

. Se ha descrito una mortalidad del 6,2% para 642 pa­

cientes tratados en todo el mund

o 284 .

La durabilidad a largo plazo

de la reparación endovascular de la aorta torácica descendente está

aún por determinar. Se debe realizar un control del endoinjerto a

largo plazo para detectar el fallo del dispositivo.

Ensayos clínicos aleatorizados

La reparación endovascular de los aneurismas de aorta abdominal

se desarrolló inicialmente como opción terapéutica para los pacien-

tes que eran considerados malos candidatos quirúrgicos. En los pri-

meros ensayos clínicos controlados se describió una estabilidad

hemodinámica mayo

r 285

, una respuesta menor frente al estré

s 286

, una

duración del ingreso hospitalario postoperatorio más brev

e 287

y un

control analgésico de mayor calida

d 288

que con la reparación abierta.

Estos ensayos no aleatorizados demostraban que la reparación endo-

vascular de un aneurisma de aorta es factible y segura, y que puede

disminuir la morbilidad perioperatoria cuando se comparaba con la

reparación abiert

a 289-291

. La reparación endovascular de aneurismas

se ha aplicado a un porcentaje elevado de pacientes con aneuris­

mas de aorta abdominal basándose en los resultados de estos primeros

trabajos, pero sin disponer de datos sobre el pronóstico a largo plazo

ni de ensayos clínicos aleatorizados. Los ensayos clínicos aleatoriza-

dos se han llevado a cabo en Europa y actualmente están en marcha

en Estados Unidos para tratar de dar respuesta a varias dudas impor-

tantes sobre la generalización de la tecnología endovascular en

pacientes que pueden o no ser aptos para la reparación abierta.

Ensayo DREAM (Dutch Randomized Endovascular

Aneurysm Management)

En el ensayo DREAM se distribuyeron al azar a 351 pacientes (de

Holanda y Bélgica) con aneurismas de aorta abdominal mayores

de 4,9cm, que se consideraron candidatos idóneos tanto para técni-

cas abiertas y endovasculares, para someterse a una reparación

abierta o endovascular. La mortalidad quirúrgica (30 días) fue del

1,2% en el grupo de reparación endovascular y del 4,6% en el grupo

con reparación abiert

a 292 .

El índice combinado de mortalidad qui-

rúrgica y complicaciones graves fue del 4,7% en el grupo endovas-

cular y del 9,8% en el grupo con reparación abiert

a 292 .

Sin embargo,

a los 2 años de la aleatorización, no se encontraron diferencias en la

supervivencia acumulada entre los dos grupos (90%

) 293

. Los índices

acumulados de mortalidad asociada al aneurisma fue del 2,1% para

la reparación endovascular y del 5,7% para la abiert

a 293 .

La supervi-

vencia libre de complicaciones también fue similar en ambos grupos

(66%

) 293

. Los autores llegaron a la conclusión de que la ventaja de

supervivencia perioperatoria con la reparación endovascular frente

a la abierta no se mantiene una vez transcurrido el primer año des­

pués de la cirugí

a 293

. Se valoró la calidad de vida en el primer año

del postoperatorio en un subgrupo de participantes del ensayo

DREAM. Aunque con la reparación endovascular se demostró una

ventaja en la calidad de vida durante el postoperatorio inmediato, a

los 6 meses y en adelante, los pacientes referían mejor calidad de vida

tras la reparación abiert

a 294

. En un estudio sobre rentabilidad durante

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV