Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1785 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1785 / 2894 Next Page
Page Background

el seguimiento, la reparación endovascular (en pacientes aptos para

la reparación abierta) no lograba una ganancia en años de vida

ajustados según la calidad al año de la cirugía, sólo aportaba benefi-

cios de supervivencia marginales y se asociaba a un incremento

notable de los coste

s 295

. Los resultados de la reparación endovascular

en el ensayo DREAM son comparables a las observaciones de una

base de datos de una práctica habitual a gran escala (registro EUROS-

TAR) y parecen generalizables a la práctica clínica habitua

l 296

.

Ensayo EVAR-1

En el ensayo EVAR-1 se distribuyeron al azar a 1.082 pacientes (Reino

Unido) con aneurismas de aorta abdominal mayores de 5,5cm,

mayores de 60 años y considerados aptos para la reparación abierta

para someterse a una reparación endovascular o abierta. El criterio

de resultados primario fue la mortalidad por cualquier etiología y los

criterios secundarios fueron la mortalidad asociada al aneurisma, las

complicaciones postoperatorias, la calidad de vida asociada a la salud

y los costes hospitalarios. La mortalidad quirúrgica (a los 30 días) fue

del 1,7% en el grupo de reparación endovascular y del 4,7% en el

grupo de reparación abiert

a 297 ,

lo que se corresponde bien con los

resultados del ensayo DREA

M 292 .

Las intervenciones secundarias

(30 días) fueron más frecuentes en pacientes sometidos a una repa-

ración endovascular (9,8% frente al 5,8%

) 297

. Tras un seguimiento de

4 años, no se apreciaron diferencias en la mortalidad por cualquier

etiología entre los grupos (26%para la reparación endovascular frente

al 29% para la abierta

) 298

a pesar de los beneficios postoperatorios

iniciales de la primer

a 297

. La mortalidad asociada al aneurisma a los

4 años fue menor en el grupo de reparación endovascular (4% frente

al 7%

) 298

y concordante con el beneficio en la mortalidad quirúrgica.

La frecuencia global de complicaciones (41% frente al 9%) y de rein-

tervenciones (20% frente al 6%) fue menor en el grupo de reparación

abierta. En un 2,7% de los pacientes que iban a someterse a una

reparación endovascular fue necesario reconvertir a una reparación

abierta durante el período de seguimiento. No se apreciaron diferen-

cias clínicamente relevantes en la calidad de vida asociada a la salud.

Los costes hospitalarios fueron aproximadamente un tercio más altos

para la reparación endovascular.

Ensayo EVAR-2

El ensayo EVAR-2 se diseñó para comparar la reparación endovas-

cular frente a una estrategia no intervencionista en pacientes que

se consideraron inadecuados para la reparación abierta de un

aneurisma de aorta abdominal. Se distribuyeron al azar a 338 pa­

cientes (Reino Unido) con aneurismas de aorta abdominal supe-

riores a 5,5 cm de diámetro, mayores de 60 años y que no se

consideraron aptos para la reparación abierta por presentar enfer-

medades asociadas, para someterse a una reparación endovascular

o a una actitud no intervencionista. Todos los pacientes recibieron

el mejor tratamiento médico de sus procesos patológicos asociados.

Los criterios de resultados primarios y secundarios fueron losmismos

que para el ensayo EVAR-1. La mortalidad quirúrgica (30 días) del

grupo endovascular fue del 9

% 299 ,

notablemente superior a la des-

crita en el EVAR-1. La mortalidad global a los 4 años fue del 64%

y no se apreciaron diferencias entre el grupo endovascular y sin

intervención en la mortalidad asociada al aneurisma o la mortali-

dad por cualquier etiologí

a 299 .

Aunque se produjeron más muertes

por rotura del aneurisma en el grupo sin intervención, la elevada

mortalidad inicial del grupo endovascular explicaba que no exis-

tiesen diferencias en la mortalidad tardía. Los autores llegaron a la

conclusión de que la reparación endovascular no mejoraba la su-

pervivencia comparado con una actitud no intervencionista, tenía

poco efecto sobre la calidad de vida asociada a la salud y se aso-

ciaba a una necesidad de monitorización continuada y de reinter-

vención, con costes notablemente superiore

s 299 .

La mortalidad

intrahospitalaria de los pacientes de máximo riesgo que van a so-

meterse a la reparación endovascular de un aneurisma de aorta

puede ser menor en Estados Unidos que la descrita en el estudio

EVAR-2, lo que sugiere que no se debería negar la opción de la

reparación endovascular a los enfermos de alto riesg

o 300 .

Estos ensayos europeos ya completados, y los que se están

realizando en este momento en Estados Unidos, ayudarán a com-

prender y mejorar la aplicación de las reparaciones endovasculares

y abiertas para los aneurismas de aorta abdominal.

Revascularización

de la extremidad inferior

La insuficiencia arterial de la extremidad inferior, o arteriopatía peri-

férica, es un proceso frecuente que afecta a más de 10 millones de

pacientes en Estados Unidos, y su incidencia aumenta anualment

e 301 .

Como los pacientes con arteriopatía periférica de la extremidad

inferior suelen estar asintomáticos o manifiestan síntomas distintos

de la claudicación intermitente clásica, se desconoce la prevalencia

verdadera de esta enfermedad. En un estudio de base poblacional

sobre individuos de 55 años o más, la prevalencia de arteriopatía

periférica fue del 19,1% (16,9% en varones y 20,5% en mujeres

) 302 .

La prevalencia de esta afección en los centros de salud de Estados

Unidos es alta (29%) y a menudo pasa desapercibida (44%

) 303

. La

arteriopatía de la extremidad superior también existe, pero es mucho

menos frecuente que la afectación del miembro inferior.

La aterosclerosis es la causa más frecuente de arteriopatía

periférica. Los factores de riesgo para aterosclerosis de la extremi-

dad inferior son los mismos que en otros lechos vasculares y son

edad avanzada, sexo masculino, hipertensión, tabaquismo, hiperli-

pidemia y diabetes. La aterosclerosis infrainguinal puede afectar a

la arteria femoral, a la poplítea y a cualquiera de las arterias infra-

poplíteas. La arteria femoral superficial es la más afectada por la

aterosclerosis grave por debajo del ligamento inguinal. Las causas

no ateroscleróticas de arteriopatía periférica son embolias, trom-

boangitis obliterativa (enfermedad de Buerger), arteritis inmunita-

ria, arteritis por radiación, arteritis de células gigantes, enfermedad

quística adventicial, displasia fibromuscular y homocisteinemia.

Como ya se ha comentado, la arteriopatía periférica es un

indicador sólido de aterosclerosis generalizada y es un marcador

de riesgo de otros trastornos vasculares, como AC, enfermedad

cerebrovascular y enfermedad aneurismática. Por ejemplo, los

pacientes que tienen una AC y una arteriopatía periférica conco-

mintantes muestran una prevalencia mayor de afectación coro­

naria trivaso que los pacientes con coronariopatía de forma

exclusiv

a 304 .

Además, más del 20% de los pacientes con arteriopatía

periférica tiene una estenosis de la arteria carótida del 70% o supe-

rio

r 305 .

Está bien demostrado que los pacientes con arteriopatía

periférica tienen un riesgo mayor de morbimortalidad cardiovas-

cular frente a los individuos sin dicha afecció

n 306-310

. Este aumento

del riesgo cardiovascular puede no estar relacionado totalmente

con la aterosclerosis, ya que estos pacientes pueden padecer un

estado protrombótico secundario a la activación plaquetari

a 311

y

una prevalencia elevada de estados de hipercoagulabilidad de dis-

tintos tipo

s 312 .

En la

figura 52-14

se representa la evolución natural

de la arteriopatía periférica aterosclerótica del miembro inferior.

Oclusión arterial aguda

La oclusión arterial periférica aguda se debe sobre todo a embolias

y trombosis. Los seudoaneurismas, que se producen durante inter-

venciones cruentas en las que se canula la arteria femoral, son una

causa mucho menos frecuente de isquemia aguda. La inmensa

mayoría de los émbolos a la extremidad inferior se originan en el

corazón y las causas más frecuentes son la fibrilación auricular

intermitente y el infarto de miocardio. Aunque la cardiopatía

Anestesia para la cirugía vascular

1785

52

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito