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sustancias exógenas como los xenobióticos y moléculas endógenas

como la bilirrubina, el colesterol y los derivados hormonales este-

roideos anfipáticos.

Las sales biliares son productos finales de la síntesis del

colesterol y reguladores del metabolismo lipídico. Las sales biliares

producen sus efectos reguladores mediante la unión y activación

al receptor X farnesoide (FXR). Cuando se activan, los receptores

nucleares hormonales (como FXR) pasan del citoplasma al núcleo;

se unen a elementos de respuesta sobre el ADN para inducir la

expresión o transexpresión de productos génicos específicos. Un

efecto importante de la activación de FXR es reducir la transcrip-

ción de la colesterol 7

a

-hidroxilasa (CYP7A1), que cataliza el paso

limitante en la conversión del colesterol en sales biliares. Las sales

biliares modulan las concentraciones plasmáticas de lípidos al

regular la expresión de receptores de lipoproteínas que capacitan a

los hepatocitos para eliminar el colesterol de las lipoproteínas del

torrente sanguíne

o 56,58

.

El cuerpo conserva con avidez las sales biliares reciclándo-

las unas 20-30 veces al día en la circulación enterohepática. Pro-

teínas del transporte hepatocelular (transportadores) regulan la

captación (de los sinusoides) y secreción (en los espacios canali-

culares) de las sales biliares. Los transportadores activados en las

superficies canaliculares superan los grandes gradientes osmóti-

cos bombeando sales biliares hacia los conductos biliares intrahe-

páticos. A medida que la bilis fluye a través del sistema colector

ductal, se diluye y alcaliniz

a 55

. Tras alcanzar el conducto biliar

hepático común, la bilis entra en el cístico (para almacenarse en

la vesícula) o pasa a través del colédoco hasta el intestino delgado.

El íleon terminal (mediante el uso de transportadores de sales

biliares dependientes del sodio) recupera el 95% de las sales bilia-

res, que devuelve al hígado por la circulación portal. Estas sales

biliares las captan transportadores situados en las superficies sin-

usoidales de las membranas plasmáticas hepatocelulares. Algún

tiempo después, las mismas sales biliares son bombeadas de nuevo

hacia el espacio canalicular, con lo que se completa un ciclo de

circulación enterohepática. Hay que señalar que la analgesia con

opiáceos (agonistas

m

) puede interrumpir el flujo biliar al inducir

espasmos intensos y dolorosos en los conductos biliares y el esfín-

ter de Odd

i 59

. Afortunadamente, este efecto opiáceo suele rever-

tirse con rapidez con medicamentos, como el glucagón, los

antagonistas de opiáceos (naloxona), los relajantes del músculo

liso (nitroglicerina), los antimuscarínicos (atropina) y los anesté-

sicos volátiles.

Coagulación

Coagulantes y procoagulantes

Los hepatocitos sintetizan lamayoría de los procoagulantes,excepto

los factores III (tromboplastina tisular), IV (Ca) y VIII (factor de

vonWillebrand). El hígado también sintetiza proteínas que regulan

las vías de la coagulación y la fibrinólisis. Entre ellos están el inhi-

bidor del activador del plasminógeno (PAI), la antitrombina III, la

proteína C, la proteína S y la proteína Z. Dicho con mayor detalle,

la proteína Z facilita la degradación del factor Xa, y la proteína S

es un cofactor de la proteína C activada que inactiva a los comple-

jos factor VIIIa-Va; un déficit de proteína S aumenta el riesgo de

trombosis venosa. El PAI-1 es un inhibidor indirecto de la fibrinó-

lisis. Este inhibidor de serina-proteasa bloquea los efectos de los

activadores del plasminógeno, como la urocinasa o el activador del

plasminógeno tisular, para convertir el plaminógeno en plasmina;

un déficit de PAI aumenta el riesgo de fibrinólisis incontrolada.

Para resumir, los hepatocitos sintetizan la mayoría de los procoa-

gulantes y muchas proteínas que modulan el consumo de factores

de la coagulación

60 .

La vitamina K como cofactor y carboxilación

g

Las proteínas que dependen de la vitamina K son los factores de la

coagulación II, VII, IX y X y las proteínas C y S. Estas proteínas

sufren una modificación postraducción que depende de la vita-

mina K; el proceso implica la carboxilación de la posición

g

del

glutamato en el amino terminal y produce el aminoácido car­

boxiglutamat

o 45,61

. Esta modificación (llamada carboxilación

g

)

hace posible que los procoagulantes formen complejos con el calcio

y otros cationes divalente

s 62 .

En otras palabras, los procoagulantes

carboxilados en posición

g

son habilitados para activar a serina-

proteasas (p. ej., a través de fosfolípidos extrahepáticos) y participar

en la cascada de la coagulació

n 45,63

.

La vía de la carboxilación

g

posee la clave para entender

cómo la warfarina ejerce su efecto anticoagulante. La carboxilación

g

se produce en dos fase

s 63

.En la primera hay una carboxilación

g

de

proteínas precursoras a través de una carboxilasa

g

dependiente

de la vitamina K y la oxidación del cofactor vitamina K (naftol

hidroquinona) a 2,3 epóxido vitamina K. La segunda fase regenera

el cofactor vitamina K a través de reacciones catalizadas por la

vitamina K 2,3-epóxido-reductas

a 64-67 .

La warfarina actúa blo-

queando el segundo paso. Inhibe la vitamina K epóxido-reductasa

y así atrapa a la vitamina K en la forma epóxido. Esto agota final-

mente el cofactor vitamina K y clausura la vía de la carboxilación

g

.

La warfarina inhibe la carboxilación

g

casi de inmediato después

de ser absorbida en el intestino, pero su efecto anticoagulante tarda

más de 1 día en desplegarse. Esta disparidad refleja la baja elimi-

nación del complejo protrombina de la circulación (es decir, una

semivida de unas 14 horas) y la insensibilidad el tiempo de pro-

trombina (TP) a la reducción de las concentraciones sanguíneas

decrecientes de procoagulantes. Como regla, el TP permanece

entre los límites normales hasta que el complejo protrombina en

la sangre está al menos un 70% por debajo del límite inferior de la

normalidad.

El uso terapéutico de la vitamina K puede ayudar a descubrir

la causa de una prolongación inexplicada del TP. Por ejemplo, las

alteraciones del TP causadas por la warfarina o la malnutrición son

corregibles administrando vitamina K por vía enteral o parenteral.

Cuando las alteraciones del TP se deben a síndromes por malab-

sorción intestinal, el tratamiento parenteral con vitamina K es

superior al oral. Sin embargo, si las alteraciones del TP se deben a

una disfunción hepática (hepatitis aguda, cirrosis), la vitamina K

es ineficaz porque el problema no es un déficit de vitamina K, sino

un déficit de procoagulantes hepáticos.

Eritropoyesis y eritrocitosis

Metabolismo del hemo

El hígado es el principal órgano eritropoyético durante la vida fetal

y al principio de la lactancia.A medida que la médula ósea madura,

las células hematopoyéticas comienzan a desaparecer del hígado,

pero en ocasiones persisten o reaparecen debido a trastornos como

anemias hemolíticas congénitas, fracasos de la médula ósea o tras-

tornos mieloproliferativos. La mayoría de las proteínas en los

hematíes está en forma de cadenas de globulina de hemoglobina;

la porción hemo de la hemoglobina contiene protoporfirina IX e

ion ferroso. En los adultos sanos, el hígado es responsable del 20%

de la producción de hemo; la médula ósea asume el resto. Las vías

bioquímicas que sintetizan el hemo son parecidas en los dos

órgano

s 64,68,69

.

La síntesis del hemo comienza con la condensación de la

glicina y la succinil CoA para producir ácido 5-aminolevulínico

(ALA). Esta reacción, catalizada por la ALA-sintasa, es el paso

limitante en la vía del hemo. El hemo inhibe a la ALA-sintasa y con

ello regula su propia síntesis. El ALA se sintetiza en la mitocondria;

Fisiología y fisiopatología hepáticas

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Sección I

Fisiología y anestesia

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