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tocitos metabolizan aminoácidos en cetoácidos, glutamina y

amoníaco mediante reacciones de transaminación y desaminación

oxidativa. El ciclo de Krebs-Henseleit es la principal vía de elimi-

nación del amoníaco y otras moléculas que contienen nitrógeno.

Esta vía captura nitrógeno en forma de urea. Luego, en un fracaso

hepático (y una función renal normal), la concentración de nitró-

geno ureico en la sangre permanece baja, mientras que los produc-

tos de desecho nitrogenados como el amoníaco se acumulan en la

sangre y otros tejidos.

Las proteínas sintetizadas por el hígado afectan a todos los

órganos del cuerpo. Entre estas proteínas están procoagulantes,

hormonas, citocinas, quimiocinas, reactantes de fase aguda y pro-

teínas transportadoras. La más abundante es la albúmina, que cons-

tituye el 15% de todas las proteínas sintetizadas por el hígado. Los

adultos sanos sintetizan 12-15 g de albúmina diarios; la reserva

total de albúmina tiene una masa de 500

g 27 .

Los factores que

modulan la síntesis de albúmina son la presión oncótica del

plasm

a 28 ,

los aminoácidos de la diet

a 29

y las hormona

s 30 .

La presión

oncótica del plasma regula la concentración intravascular de albú-

mina. La albúmina se une a varias sustancias que transporta: ácidos

grasos libres, bilirrubina no conjugada, hormonas, xenobióticos

y metales. De esta forma, la albúmina influye en la actividad bio-

lógica y eliminación de múltiples sustancias.

La

a

-fetoproteína (AFP) se parece a la albúmina desde un

punto de vista génico y funcional. La AFP procede sobre todo del

saco vitelino, los hepatocitos y los enterocito

s 31 .

Durante la vida

fetal y neonatal, la AFP tiene importancia en el transporte de pro-

teínas y es el principal determinante de la presión oncótica del

plasma. En el momento en que el lactante tiene 1 año de edad, la

mayor parte de la AFP ha sido sustituida por la albúmina. Después

de eso, el aumento plasmático de la AFP suele anunciar una proli-

feración hepatocelular debida a lesión, inflamación o neoplasia

hepática. Por ejemplo, se producen elevaciones de la AFP en casi

todos los pacientes con hepatitis agud

a 32

. Sin embargo, los aumen-

tos acentuados y progresivos de la AFP plasmática (por encima de

los 400ng/ml que continúan aumentando con el tiempo) son una

característica del carcinoma hepatocelular (CHC).

Metabolismo de los glúcidos

El hígado es el epicentro del metabolismo de los glúcidos. Es un

regulador homeostático importante de la glucosa sanguíne

a 30-35

.

Que el hígado sea un productor o consumidor neto de glucosa

depende de muchos factores, como el ambiente neuroendocrino

(es decir, insulina, catecolaminas, glucagón

) 36-41

y la concentración

de glucosa en la sangre sinusoida

l 9,42-44

. La gravedad de la hiper-

glucemia o la hipoglucemia también influye en la captación o

liberación de glucosa por los hepatocitos. La producción hepática

de glucosa está inversamente relacionada con la producción de

glucógeno en el hígado. Tras una comida, los hepatocitos polime-

rizan la glucosa y la almacenan en forma de glucógeno; en ayunas,

los hepatocitos despolimerizan el glucógeno en glucosa y lo

liberan en el torrente sanguíneo. En la regulación del metabo-

lismo del glucógeno participan dos enzimas limitantes: 1) la

glucógeno-sintasa, que cataliza la síntesis de glucógeno a partir

de glucosa uridindifosfato (UDP) y 2) la glucógeno-fosforilasa,

que cataliza la escisión secuencial del glucógeno en monómeros

de glucosa-1-fosfato.

Cuando se han agotado los depósitos hepáticos de glucó-

geno (como tras 24 horas de ayuno o un ejercicio prolongado), el

cuerpo depende de la gluconeogénesis hepática para reponer la

glucosa sanguínea. Los sustratos de la gluconeogénesis son: 1) el

lactato; 2) el glicerol procedente de la hidrólisis de los triglicéridos,

y 3) los aminoácidos glucogénicos como la alanina y la glutamina

derivados del catabolismo proteínico en el músculo esquelétic

o 9,45 .

Los moduladores endocrinos de la gluconeogénesis son el gluca-

gón, las catecolaminas y la insulina. El glucagón y las catecolaminas

estimulan la gluconeogénesis. El glucagón actúa a través de la pro-

teína cinasa dependiente de la adenosina monofosfato cíclico

(AMPc) y las catecolaminas usan mecanismos independientes

y dependientes del AMP

c 46,47

. Por el contrario, la insulina inhibe

la gluconeogénesis y bloquea los efectos de las catecolaminas y el

glucagón sobre esta vía.

Metabolismo de los lípidos

El hígado produce, capta, libera y oxida ácidos grasos en armonía

con sus influencias nutricionales y endocrina

s 48-52

. Los ácidos

grasos de la dieta absorbidos en el intestino delgado alcanzan el

hígado a través de la sangre y los linfáticos, sobre todo en forma

de quilomicrones. Cuando están llenos de glucógeno, los hepatoci-

tos convierten la glucosa en ácidos grasos, y pueden almacenarlos

en forma de triglicéridos (grasa). De este modo, las principales

fuentes de ácidos grasos intrahepáticos son: 1) los ácidos grasos

libres exógenos extraídos de la sangre, 2) la lipogénesis de novo,

3) la hidrólisis de los triglicéridos citoplásmicos y 4) la captación

y metabolismo hepatocelular de lipoproteínas transportadas por la

sangr

e 48 .

La esterificación y la oxidación

b

desempeñan funciones

centrales en el depósito hepático de ácidos grasos. La esterificación

del glicerol y de los ácidos grasos produce triglicéridos, la principal

forma de almacén de ácidos grasos libres. El hígado puede retener

los triglicéridos o incorporarlos en las lipoproteínas, sobre todo a

las lipoproteínas de densidad muy baja (VLDL, del inglés

very-low-

density lipoproteins

) para su transporte a otros tejidos. Los ácidos

grasos libres regulan la producción de VLDL, mientras que factores

endocrinos y nutricionales gobiernan su secreció

n 48,53

. La oxida-

ción

b

es la vía del catabolismo de los ácidos grasos. El glucagón

activa esta vía, mientras que la insulina la inhibe. La oxidación

b

escinde de forma secuencial los ácidos grasos para obtener monó-

meros de acetil coenzima A (acetil-CoA).

La acetil-CoA está en el epicentro del metabolismo interme-

diario. Es un bloque de construcción para los lípidos (triglicéridos,

fosfolípidos, colesterol) y un producto del catabolismo oxidativo de

los ácidos grasos y los glúcidos. La mitocondria oxida grupos

acetilo a adenosina trifosfato (ATP). Si se produce más acetil-CoA

de lo que el ciclo de los ácidos tricarboxílicos puede manejar, el

excedente se metaboliza en cuerpos cetónicos, sobre todo acetoace-

tato,

b

-hidroxibutirato y aceton

a 9

. Pero los hepatocitos no pueden

extraer energía de las cetonas, porque carecen de la cetoacil-CoA-

transferasa (ac

etoacetato:succinil-CoA-transferasa

). Esta enzima

está presente en todos los órganos excepto en el hígad

o 8

. De esta

forma, las cetonas son fuentes importantes de energía extrahepá-

tica durante los estados catabólicos, sobre todo la inanición. La

insulina modera la cetogénesis al inhibir la lipólisis en los adipo-

cito

s 54 .

La cetosis inducida por el estrés suele ser autolimitada

porque las cetonas favorecen la liberación de insulina, lo que limita

la disponibilidad de sustrato (ácidos grasos) para la cetogénesis

hepátic

a 45 .

Sin insulina, esta asa de retroalimentación no existe,

y puede aparecer una cetoacidosis diabétic

a 9

.

Metabolismo de la bilis y circulación enterohepática

La producción diaria de bilis es de 600-800ml al día. Aunque la

bilis contiene muchas sustancias diferentes (p. ej., electrólitos,

aniones orgánicos, lípidos) las sales biliares suponen alrededor del

85% de los sólidos biliare

s 55 .

Los ácidos biliares son detergentes

iónicos naturales con funciones clave en la absorción, transporte,

solubilización y secreción de los lípido

s 56,57

. Activan a las lipasas

(dependientes de ácidos biliares), promueven la formación de

micelas y hacen posible la captación en el intestino de vitaminas

liposolubles, colesterol y otros lípidos. Las sales biliares también

facilitan la excreción de numerosas sustancias lipofílicas, incluidas

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Fisiología y anestesia

I