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cas importantes, que generalmente discurren paralelas a los bordes

del segmento. Si la enfermedad quirúrgica afecta a cualquier parte

de un segmento, el objetivo suele ser extirpar todo el segmento sin

romper sus vecinos sanos. Los estudios clínicos han mostrado

frecuencias bajas de morbilidad y mortalidad perioperatorias

cuando la cirugía hepática (resección de tumores, reparación de

lesiones traumáticas) se guía por los principios de la anatomía

fisiológic

a 5-7

.

Anatomía real

Como el hígado humano muestra muchas variaciones anatómi-

cas, el conocimiento de la anatomía fisiológica real del individuo

deriva de técnicas de imagen avanzadas, como la tomografía com-

putarizada helicoidal realzada con contraste. Estos estudios pro-

porcionan información precisa sobre las relaciones entre las

referencias superficiales y la anatomía hepática interna. De hecho,

tales datos de la exploración, superpuestos a imágenes computa-

rizadas normalizadas de los segmentos de Couinaud, ofrecen un

grupo de datos suficientemente informativos como para construir

un modelo tridimensional del hígado de un paciente. Las cons-

trucciones precisas y completas pueden dar una idea instantánea

de la anatomía fisiológica de un paciente al detallar variantes

anatómicas y precisar localizaciones de lesiones hepáticas.

Además, avances recientes en ecografía han posibilitado la iden-

tificación de la anatomía fisiológica real durante las intervencio-

nes quirúrgicas.

Microanatomía

Lóbulo hepático clásico

La unidad básica del hígado puede verse como un lóbulo clásico,

un lóbulo portal o un acino hepático. La

figura 7-7

muestra cómo

se relacionan estas unidades arbitrarias entre sí. Un lóbulo hepático

clásico idealizado es un prisma hexagonal con una vena central en

su centro y seis conductos portales alineados en vertical

( fig. 7-8

).

Cada conducto portal comprende matriz tisular, fibras nerviosas

alrededor, vasos linfáticos y una tríada portal. Esta última contiene

ramas terminales de la vena porta, la arteria hepática y el conduc-

tillo biliar.

Una sección transversa del lóbulo hepático muestra una

serie de cordones anastomóticos de hepatocitos cuboideos separa-

dos por conductos vasculares (lagunas) que se irradian desde las

zonas portales y convergen en la vena central (v.

fig. 7-8

). El labe-

rinto de lagunas impregna todo el lóbulo, pero se limita a la peri-

feria del lóbulo mediante una placa limitante de hepatocitos que

forma una pared casi continua. Esta pared separa el interior del

lóbulo de los conductos portales. Sólo las ramas más finas de la

arteria hepática, la vena porta y el conducto biliar son capaces de

atravesar la placa limitante.

Sin embargo, el estudio microscópico del hígado humano

muestra una falta de lóbulos clásicos bien definidos debido a la

escasez de tejido conjuntivo bien desarrollado. De hecho, la bús-

queda de los límites lobulares conduce al descubrimiento de las

arteriolas hepáticas terminales circunferenciales, las vénulas porta-

les y los conductillos biliares

( fig. 7-9

). Esta observación es funda-

mental para la idea del lóbulo acinar, que mantiene que los vasos

que rodean las periferias lobulares, en lugar de los que están dentro

de los conductos portales, son la fuente más inmediata de sangre

aferente de los hepatocitos

( fig. 7-10 ;

v. también

fig. 7-7

). En otras

palabras, el flujo sanguíneo a los lóbulos se origina a lo largo de

bordes compartidos de los lóbulos clásicos, que se disponen entre

dos venas centrales (v.

fig. 7-10 )

.

El acino hepático

El acino es la unidad microvascular funcional del hígado. Se forma

alrededor de un eje vertical (el conducto portal) que consta de una

arteriola hepática, una vénula portal, un conductillo biliar y vasos

linfáticos y nervios. El flujo de sangre dentro de los acinos se dirige

en sentido radial hacia las venas centrales y en sentido vertical

hacia los conductos portales.

182

Fisiología y anestesia

I

Figura 7-8

 Representación idealizada de un lóbulo hepático clásico.

(DK Images.)

Figura 7-7

 Clasificaciones esquemáticas de las unidades hepáticas: lóbulo

hepático, lóbulo portal y acino hepático. Las unidades lobulares tienen

estructuras centrales bien marcadas (vena central o conducto portal),

mientras que el acino hepático (zonas 1, 2, 3; v.

fig. 7-10

) contiene un eje

central derivado de dos lóbulos clásicos adyacentes.

(De Henrickson R, Kaye

GI, Mazurkiewicz J: Liver and gallbladder. En Henrickson R, Kaye GI,

Mazurkiewicz [eds.]:

NMS Histology,

3.

a

ed. Filadelfia, Lippincott Williams

& Wilkins, 1997.)