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2008

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Human Services,

www.cdc.gov/aging )

. Esto significa que pacientes

de edad avanzada y con múltiples comorbilidades incrementarán

el número de procedimientos quirúrgicos ortopédicos, incluidas

las sustituciones o artroplastias totales articulares.

La osteoporosis posmenopáusica y asociada a la edad afecta

a las personas mayores, aumentando el riesgo de fracturas en estas

personas. La osteoporosis asociada a la edad es el resultado de un

aumento de la parathormona circulante y de un descenso de la

vitamina D, de la hormona del crecimiento y de los factores del

crecimiento de tipo insulin

a 1 .

Con la osteoporosis se produce una

pérdida desproporcionada del hueso trabecular (estructural), lo

que incrementa el riesgo del paciente de sufrir fracturas por estrés.

Aunque teóricamente cualquier hueso se puede fractura

r 2 ,

los

huesos que presentan mayor riesgo son la columna dorsal y lumbar,

la parte proximal del fémur y del húmero y la muñeca. Son fre-

cuentes las fracturas por compresión de la columna dorsal y lumbar

y pueden necesitar tratamiento quirúrgico. La osteoporosis también

compromete la calidad de la osteosíntesis en el postoperatorio. La

National Osteoporosis Foundation recomienda hacer una densito-

metría en pacientes de riesgo y en mujeres posmenopáusicas. La

osteoporosis puede tratarse aumentando la presencia de calcio en

la dieta y mediante ejercicios con carga.

La mortalidad tras una cirugía de artroplastia de cadera y

rodilla oscila entre un 0,4% y un 4,6%, dependiendo de si se trata

de una cirugía primaria o de la revisión de una sustitució

n 3-6 .

La

cirugía por fractura de cadera tiene una mortalidad intrahospita-

laria del 4,8%, mortalidad, que aumenta hasta el 30% después del

primer año de la hospitalización. La edad avanzada es el principal

factor de riesgo perioperatorio en todos estos estudios, siendo las

complicaciones más frecuentes las de origen cardíaco. En una

revisión de 1.636 artroplastias de rodilla y cadera, Parviz y cols

. 5

encontraron una incidencia del 6,4% de complicaciones postope-

ratorias importantes, siendo las más frecuentes las relacionadas con

problemas cardíacos. La incidencia de infarto de miocardio perio-

peratorio en un hospital de cirugía ortopédica fue del 0,6% de

todos los procedimientos (aproximadamente 8.000) que requerían

ingreso y un 6,5% de esos pacientes presentaban riesgo de sufrir

isquemia miocárdic

a 8

.

Complicaciones postoperatorias

Complicaciones cardíacas. 

Las guías del American College of

Cardiology/American Heart Association (ACC/AHA) recomiendan

hacer un estudio cardiológico preoperatorio en los pacientes con

factores de riesgo cardiovascular sobre la base de su perfil de riesgo

clínico, capacidad funcional y tipo de cirugí

a 9

. La ACC/AHA clasifica

la cirugía ortopédica como cirugía de riesgo moderado, que, en la

mayoría de los casos, afecta a pacientes con un riesgo cardiovascular

intermedio. Los pacientes de edad avanzada tienen un mayor riesgo

de morbilidad y mortalidad miocárdica en el perioperatorio tras una

cirugíaortopédica

(v.cap.61)

.Lasposiblesrazonesdeesteincremento

del riesgo son las siguientes: 1) Muchos pacientes de edad avanzada

presentan múltiples patologías asociada

s 10 ,

2) tienen una capacidad

funcional limitada, 3) algunos de los procedimientos en cirugía

ortopédica dan lugar al síndrome de respuesta inflamatoria sistémica,

4) se asocian con importantes pérdidas hemáticas e intercambio de

fluidos y 5) el manejo del dolor agudo postoperatorio tras una

cirugía ortopédica puede ser problemátic

o 11 (v. caps 45 y 77).

Todos

estos factores pueden dar lugar a una respuesta de estrés que cursa

con taquicardia, hipertensión, aumento de la demanda de oxígeno e

isquemia miocárdica.

Dado que hay una incidencia significativa de complicaciones

cardiovasculares postoperatorias y ante la dificultad para evaluar el

estado funcional real de estos pacientes como consecuencia de las

limitaciones físicas impuestas por su enfermedad, muchos de ellos

deben ser sometidos a un estudio cardiológico previo a la cirugía.

Sin embargo, en cirugía ortopédica, los datos que muestran que la

revascularización coronaria o la estratificación de riesgo preopera-

toria, o ambas, tienen alguna repercusión sobre la evolución son

limitados (v. caps. 23 y 24). Un artículo de Salerno y cols

. 7

sugiere

que los estudios no invasivos sobre la función cardíaca en el preo-

peratorio modifican pocas veces la actitud terapéutica antes de la

cirugía. El estudio Decrease-II cuestiona el valor de hacer pruebas

de evaluación cardíaca preoperatoria para cirugía no cardíaca en

pacientes de riesgo moderad

o 12

. En el registro CASS, Eagle y cols

. 13

concluyen que la cirugía de bypass aortocoronario realizada antes

de la cirugía ortopédica no ofrece ventajas a la hora de disminuir

la mortalidad de origen cardíaco. Se han obtenido resultados simi-

lares cuando se ha utilizado una intervención coronaria percutá-

nea. La revascularización coronaria por vía percutánea en pacientes

de riesgo no disminuye la mortalidad ni la incidencia de infarto de

miocardio postoperatorio en pacientes sometidos a cirugía no car-

díac

a 14,15

. En pacientes en los que la revascularización coronaria

incluye la colocación de stents, aumenta el riesgo de reestenosis y

trombosis si se suspende la terapia con antiagregantes plaquetarios

antes de la cirugía y aumenta el riesgo de que se produzca hemo-

rragia perioperatoria si se mantiene el tratamient

o 16 .

Si la evaluación cardíaca y la revascularización preoperatoria

no disminuyen la morbilidad postoperatoria, posiblemente la solu-

ción sea reducir la respuesta hemodinámica al estrés. El uso periope-

ratoriodelosbetabloqueantespuededisminuirlaisquemiamiocárdica

y el infartomiocárdico postoperatorio, según han demostrado nume-

rosos estudio

s 12,17,18

. Varias publicaciones más recientes han cuestio-

nado la eficacia de los betabloqueantes a la hora de prevenir las

complicaciones cardíacas en el postoperatorio, en particular en el

caso de pacientes de riesgo intermedi

o 19,20

. En los pacientes mayores

que van a ser sometidos a cirugía ortopédica debe mantenerse el

tratamiento a largo plazo de beta-bloqueantes e iniciarse el trata-

miento en los pacientes conmayor riesgo con el objetivo de mantener

una frecuencia cardíaca media inferior a 80latidos/mi

n 17,21 .

La posibilidad de que se produzca una isquemia miocárdica

debe ser evaluada durante el postoperatorio en los pacientes de

cirugía ortopédica con riesgo perioperatorio de complicaciones

cardíacas. El diagnóstico precoz de un infarto de miocardio post­

operatorio es importante dadas la morbilidad y mortalidad que

están asociadas a estos episodios cuando no se tratan adecuada-

mente. Además, del diagnóstico depende la decisión de iniciar la

rehabilitación física postoperatoria, fundamental en la evolución

de la movilidad del paciente de cirugía ortopédica. La introducción

del análisis en plasma de la troponina cardíaca I ha facilitado de

manera significativa la capacidad para detectar una lesión miocár-

dica. Un aumento en la concentración plasmática de troponina

cardíaca I es indicativo de una lesión cardíaca y es un marcador

más especifico de infarto de miocardio tras cirugía ortopédica que

la isoenzima creatincinasa M

B 22,23

.

Complicaciones respiratorias. 

Los cambios en la función

respiratoria relacionados con la edad predisponen a los pacientes

de edad avanzada a sufrir más complicaciones respiratorias en el

postoperatorio. Estos cambios incluyen un descenso progresivo

de la tensión arterial de oxígeno, un aumento en el volumen de

cierre y un descenso de aproximadamente un 10% en el volumen

espirado forzado en 1 segundo por cada década de vida del paciente.

Muchos de estos cambios son el resultado de alteraciones en la

mecánica de la caja torácica, que en los ancianos están exacerbadas

con artrosis. Los ancianos que han sufrido una fractura de cadera

tienen unos valores de Pao

2

significativamente más bajos que otros

pacientes quirúrgicos de edades similare

s 24 .

En estos pacientes,

la hipoxia puede reflejar los cambios causados por la edad

anteriormente citados y la embolización en los pulmones de restos

de médula ósea.