Table of Contents Table of Contents
Previous Page  2051 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 2051 / 2894 Next Page
Page Background

La ketamina sigue siendo utilizada para la inducción en los

pacientes politraumatizados porque estimula el SN

C 44

. Sin embargo,

es también un depresor directo del miocardi

o 45,46

. En los pacientes

normales, la liberación de catecolaminas enmascara su efecto

depresor y produce hipertensión y taquicardia, pero, en los pacien-

tes con inestabilidad hemodinámica, la depresión miocárdica

puede provocar un colapso cardiovascula

r 47

.

La administración de cualquier inductor anestésico produce

hipotensión en los pacientes hipovolémicos debido a que se inte-

rrumpe la función compensadora del simpático y al brusco cambio

a ventilación con presión positiva. Los pacientes jóvenes previamente

sanos pueden perder hasta un 40% de su volumen sanguíneo antes

de presentar un descenso en la presión arterial, lo que potencialmente

causará un grave colapso circulatorio con la inducción anestésica,

independientemente del fármaco utilizado. La dosis de anestésico

debe disminuirse en caso de hemorragia, e incluso ser nula en los

pacientes con hipovolemia grave. La inducción de secuencia rápida y

la intubación endotraqueal pueden llevarse a cabo sólo con relajantes

musculares, aunque su comienzo de acción puede estar retrasado en

un paciente con el volumen circulatorio alterado. El recuerdo poste-

rior que pueda tener el paciente de la intubación y del resto de

medidas urgentes es muy variable y viene determinado por la presen-

cia asociada de TCE, embriaguez y gravedad del shock hemorrágico

(v. cap. 1). La disminución de la perfusión cerebral parece inhibir la

función de la memoria, pero no puede realmente asociarse a una

determinada cifra de presión arterial ni a ningún valor analítico. La

administración de 0,2mg de escopolamina (un amonio terciario

vagolítico) ha sido defendida por su efecto inhibidor sobre lamemoria

en situaciones en las que no se utilizan anestésicos, pero puede inter-

ferir con una exploración neurológica posterior debido a su prolon-

gada semivida. Pequeñas dosis de midazolam reducen la incidencia

de episodios de despertar de los pacientes, pero también pueden con-

tribuir a la hipotensión. Aunque el recuerdo de lo sucedido en urgen-

cias o en quirófano en estas circunstancias no es frecuente, la

responsabilidad del anestesiólogo parece ser limitada; un análisis

reciente de los pleitos por despertar intraoperatorio incluidos en el

ASA Closed Claims Database demuestra que no existen demandas

relacionadas con la cirugía en el paciente con traumatism

o 48 .

Bloqueantes neuromusculares

La succinilcolina continúa siendo el bloqueante neuromuscular con

el inicio de acción más rápido (menos de 1 minuto) y la duración más

corta (entre 5 y 10 minutos) (v. cap. 19). Estas propiedades hacen que

sea el más utilizado para la inducción de secuencia rápida. Aunque el

uso de succinilcolina permite el retorno de la ventilación espontánea

antes de que se desarrolle una hipoxia importante en un paciente que

no se puede intubar ni ventilar, esto no supone un beneficio en la

intubación urgente de un paciente traumatológico. El anestesiólogo

no deberá confiar en la vuelta de la ventilación espontánea para

resolver un problema con el control de una vía respiratoria difícil, sino

que tendrá que proceder para obtener un acceso respiratorio defini-

tivo utilizando todas las posibilidades, incluida la cricotiroidotomía.

La administración de succinilcolina se asocia con varios efectos

adversos. Se produce un aumento del potasio en plasma de 0,5 a

1mEq/l, aunque en algunos pacientes puede aumentar hasta 5mEq/

l 49 .

Normalmente se observa hiperpotasemia en los quemados y en

los pacientes con lesiónmuscular producida por traumatismo directo,

por denervación (en lesiones medulares) o por inmovilización, pero

esta hiperpotasemia no aparece hasta 24 horas después de la lesión,

por lo que la succinilcolina puede utilizarse sin problemas para el

control urgente de la vía respiratoria. Son pacientes de riesgo aquellos

que ya presentaban una enfermedad subyacente antes del episodio

traumatológico o aquellos que son intervenidos en las semanas o

meses siguientes al traumatismo.

La succinilcolina produce también un aumento de la presión

intraocular, por lo que debe usarse con precaución en pacientes que

sufren traumatismo ocula

r 50

. También puede aumentar la presión

intracraneal (PIC

) 51 ,

por lo que su uso es controvertido en pacientes

con traumatismo cerebral. Sin embargo, en cualquiera de los dos

casos, la hipoxia y la hipercapnia pueden ser tan perjudiciales como

el aumento transitorio de la presión producido por el fármaco. Si el

uso de succinilcolina permite una intubación más rápida, los bene-

ficios serán mayores que los riesgos. Debe ser valorada la adminis-

tración de succinilcolina en cada situación individual sobre la base

de la gravedad de la lesión sobre el SNC, la rapidez con la que puede

realizarse la intubación y la probabilidad de aparición de hipoxia.

Las alternativas a la succinilcolina son el rocuronio (0,9-

1,2mg/kg) y el vecuronio (0,1-0,2mg/kg). Estos fármacos no tienen

toxicidad cardiovascular, por lo que se pueden utilizar dosis altas

para conseguir una relajación rápida (1-2 minutos). Desafortuna-

damente, a estas dosis, la duración de la acción tanto del rocuronio

como del vecuronio será de 1-2 horas, lo que puede tener impor-

tancia si una sedación inadecuada provoca el despertar del paciente

o impide la valoración neurológica. Una interesante posibilidad se

presenta con la introducción del sugammadex como antagonista

del bloqueo neuromuscular inducido por el rocuronio. En vez de

la succinilcolina para la inducción de secuencia rápida de la anes-

tesia, podrá administrarse rocuronio, 0,9-1,2mg/kg, realizar la

intubación, y después revertir inmediatamente el bloqueo con

sugammadex (v. cap. 19 para más detalles).

Habrá siempre situaciones específicas en las que el manteni-

miento de la ventilación espontánea durante la intubación sea pre-

ferible y constituya la manera más segura de actuar. Si los pacientes

son capaces de mantener temporalmente su vía y función respira-

toria pero tienen una indicación clara de una vía respiratoria arti-

ficial (p. ej., traumatismo penetrante en tráquea), la inducción lenta

con ketamina o con inhalación de sevoflurano a través de la presión

del cricoides posibilita la colocación de un tubo endotraqueal sin

comprometer la seguridad del paciente.

Complementos para la intubación

endotraqueal

El equipo para facilitar una intubación difícil debe estar disponible

en cualquier lugar en el que se necesite el control urgente de la vía

respiratoria. El equipo que debe prepararse depende de las prefe-

rencias del anestesiólogo; la utilidad de un equipamiento más espe-

cífico dependemás de la experiencia previa que de las características

propias del dispositivo. Merecen ser mencionados, sin embargo,

algunos productos que son utilizados con más frecuencia para

ayudar al control de una vía aérea difícil.

La

sonda de goma flexible,

o fiador de intubación, es un

accesorio básico sencillo y barato para el control de la vía aérea

difícil. Este fiador se introduce a través de las cuerdas vocales

dirigido por laringoscopia directa y a continuación avanza sobre

el tubo endotraqueal hasta la tráquea. La colocación inicial del

fiador es más fácil que la colocación directa del tubo endotraqueal,

ya que su diámetro es más pequeño y, además, cuando se tiene

experiencia, se siente su paso a la tráquea incluso cuando no se

visualiza la glotis. El fiador se pasa por debajo de la epiglotis y

se deja avanzar suavemente; si se encuentra resistencia, se retira, se

rota ligeramente y se avanza de nuevo. En esta situación, el anes-

tesiólogo puede «palpar» a ciegas la laringe hasta que el fiador

entra en la tráquea. También puede usarse con sistemas de video-

laringoscopia indirecta como el GlideScope y es especialmente útil

en situaciones de urgencia cuando no se conoce el estado de la

columna cervical. El GlideScope mejora la visualización (según la

escala de Cormack) y facilita una intubación segura en pacientes

que llevan un collarín cervica

l 52 .

Anestesia en traumatología

2051

62

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito