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Después de la evaluación primaria, se realiza un examen

secundario que incluye una historia clínica detallada y un minucioso

examen físico, pruebas diagnósticas e interconsultas a especialistas.

Así, se diagnostica el resto de las lesiones y se establece un plan de

tratamiento que también puede incluir la necesidad de cirugía

urgente, como puede ocurrir en el caso de que una lesión ponga en

peligro la supervivencia de una extremidad como consecuencia de

un compromiso vascular, un síndrome compartimental o una frac-

tura grave conminuta. Aunque lo primero es realizar el ABCDE de

la reanimación, una extremidad con lesión vascular, con síndrome

compartimental, semiamputada o con una fractura grave debe lle-

varse al quirófano en cuanto el paciente se encuentre estable.

Otra situación urgente se presenta en los pacientes en los

que existe la posibilidad, dependiente del tiempo, de sufrir una

infección sistémica. Debido a que la sepsis es una de las principales

causas de complicaciones y mortalidad en los pacientes politrau-

matizados, las heridas abiertas deben ser tratadas en la primera

oportunidad

(v. caps. 81 y 82)

. Otras indicaciones de cirugía urgente

son la perforación intestinal, una fractura abierta y heridas extensas

de las partes blandas. La frecuencia de aparición de complicaciones

infecciosas en las fracturas abiertas aumenta en relación directa

con el tiempo que pasa desde el momento de la lesión hasta su

tratamiento quirúrgic

o 17

; el anestesiólogo debe valorar la necesidad

de cirugía frente a la necesidad de una adecuada reanimación y un

diagnóstico preoperatorio, y es quien determina la prioridad de

uno u otro procedimiento.

La

figura 62-2

presenta un algoritmo con las prioridades qui-

rúrgicas en el paciente con traumatismo; se da por supuesto que cada

situación puede variar según los recursos disponibles y según la

respuesta del paciente al tratamiento. Con frecuencia estos pacientes

necesitan varias intervenciones, que llevarán a cabo distintos equipos

quirúrgicos. Algunas lesiones necesitarán una cirugía urgente y otras

podrán ser tratadas más adelante, por lo que el anestesiólogo desem-

peña un papel esencial a la hora de determinar qué procedimientos

se llevan a cabo y en qué orden y qué procedimientos pueden ser

retrasados hasta que el paciente esté en mejores condiciones.

Anestesia en entornos bélicos

y condiciones austeras

«Aunque es evidente que los principios generales de la anestesia no se

ven afectados por las circunstancias de una guerra, es igualmente evi-

dente que es nuestra responsabilidad buscar aquellos medios y necesi-

dades que en anestesia satisfagan las exigencias de una batall

a 18 .

»

Aunque fueron escritas en 1942, estas palabras son todavía hoy

ciertas y muchos de los principios desarrollados a partir de guerras

anteriores pueden aplicarse en campos de batalla actuales o en una

situación de desastre a gran escala

(v. cap. 64)

. Conflictos y sucesos

recientes han permitido a los anestesiólogos, enfermeras de anestesia

y otras personas implicadas ayudar amejorar el manejo de los pacien-

tes heridos por traumatismos en las áreas de la anestesia, la reanima-

ción y el tratamiento quirúrgico. El tratamiento de las víctimas en la

zona de conflicto sigue las mismas líneas de actuación que se han

explicado anteriormente, pero con consideraciones especiales en lo

referente a intervenciones realizadas fuera del hospital, reanimación,

respaldo tecnológico y logístico, traslado de pacientes, manejo de un

número masivo de víctimas e intervenciones quirúrgica

s 19

.

Los avances modernos en blindaje, actuación prehospitala-

ria, prestación posterior de apoyo quirúrgico y estrategias en reani-

mación han tenido un gran impacto sobre la supervivencia tras

sufrir lesiones en combate. Durante los recientes conflictos en Irak

y Afganistán, el índice de muertos en combate ha descendido hasta

un 13,9% del 20,2% de Vietnam y la Segunda Guerra Mundia

l 20 .

Esto se refleja en una reducción similar en el caso de las víctimas

de accidentes. Paradójicamente, esta mayor competencia en conse-

guir que pacientes gravemente heridos lleguen al hospital conduce

a un aumento en la mortalidad posterior, como consecuencia de

las heridas. El índice de mortalidad sería mayor si no fuera por los

adelantos en el tratamiento quirúrgico, como las técnicas de control

del daño, unos mejores cuidados en la UCI, el diagnóstico precoz

del síndrome compartimental abdominal, el uso de sangre fresca y

Anestesia en traumatología

2047

62

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

Figura 62-2

 Prioridades

quirúrgicas en el paciente

traumatológico.

(Reproducido con

autorización de Dutton RP, Scalea

TM, Aarabi B: Prioritizing surgical

needs in the patient with multiple

injuries.

Probl Anesth

13:311,

2001.)