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Ecografía

Modernamente, se han desarrollado dispositivos ecográficos peque-

ños y portátiles que pueden aplicarse en un contexto prehospitala-

rio. La ecografía diagnóstica requiere la presencia de un médico

sobre el terreno (o conectado

online,

si es posible conseguir una

calidad adecuada en la transmisión de las imágenes), aunque ofrece

posibilidades muy interesantes. La ecografía abdominal dirigida en

pacientes con traumatismo (FAST, por sus siglas inglesas) es una

técnica rápida y fiable en las unidades de urgencias, incluso en

manos poco expertas, y suuso puede extenderse al entorno extrahos-

pitalari

o 58

, ya que sirve para mejorar la priorización y el manejo de

los enfermos con traumatismo

s 59

. Durante la reanimación de una

parada cardíaca, la actividad cardíaca es un factor predictivo de

recuperación de la circulación espontánea (RCE

) 60

. No obstante, la

ecografía prehospitalaria diagnóstica aún se considera en fase expe-

rimental y puede interferir con las prioridades de tratamiento.

Manejo de la vía aérea y ventilación

prehospitalarios

El manejo de la vía aérea y la ventilación precoces y adecuados en

un contexto extrahospitalario son intervenciones decisivas en caso

de riesgo vital, que caracterizan las urgencias y la asistencia trau-

matológica prehospitalarias (v. cap. 40). A los anestesiólogos, que

realizan intervenciones avanzadas de manejo de la vía aérea a

diario, les resulta difícil comprender por qué esta cuestión resulta

tan problemática en la medicina prehospitalaria de urgencia, en

especial en Estados Unido

s 61-67

. Las razones de ello son diversas. La

principal diferencia con respecto al entorno de un quirófano es que

no hay vía respiratoria fácil sobre el terreno

. Entre los problemas

que pueden darse se cuentan los propios de un entorno anómalo,

la dificultad de acceso a la cabeza del paciente, malas condiciones

climáticas y de iluminación y presencia de sangre, vómitos, secre-

ciones y cuerpos extraños, que pueden obstruir la vía. En un

paciente en estado crítico con reservas de oxígeno limitadas y con

un consumo superior de oxígeno basal, todos estos factores contri-

buyen a que el manejo de la vía aérea sea más difícil que en quiró-

fano, incluso para anestesiólogos experimentado

s 68-72

.

Manejo de la vía aérea en el nivel de SVB

El oxígeno suplementario es el componente más importante del

manejo prehospitalario de la vía aérea. De ahí que sea habitual oír

que «el paciente no murió por falta de una sonda endotraqueal,

sino por falta de oxígeno». Los técnicos EMT están formados y

cualificados para administrar oxígeno suplementario, a menudo

por medio de mascarilla con reserva de oxígeno, que permite

obtener una Fio

2

sustancialmente superior. La implantación de un

Combitubo (o Easytube), sonda de doble luz con balón proximal

y distal, que se desarrolló inicialmente para la ventilación durante

la RCP, se considera una maniobra de SV

B 73,74

. La utilización de

otras vías aéreas supraglóticas alternativas, como la King-LT (tubo

laríngeo) o de mascarillas laríngeas, se recomienda cada vez en

mayor medida en el ámbito del SVB, siempre que se cuente con

formación y experiencia adecuada

s 75 .

Estas vías alternativas han

demostrado ser seguras y fáciles de utilizar y registran notables

tasas de éxito cuando son utilizadas por personal EMT o paramé-

dic

o 76-79 .

Entre sus limitaciones se cuentan la incapacidad de ven-

tilación cuando no están bien implantadas en la laringe y la menor

protección de la vía aérea, en comparación con los tubos endotra-

queales con manguito. Cabe puntualizar que numerosos anestesió-

logos que no trabajan en SMU no están familiarizados con muchos

de los nuevos dispositivos alternativos empleados en asistencia

prehospitalaria, como la King-LT, que se está convirtiendo en uno

de los recursos de referencia en este context

o 75 .

La ventilación en el entorno prehospitalario suele obtenerse

mediante mascarilla con balón autoinflable (ambú). Aunque en

Europa son bastante utilizados, en Estados Unidos es poco habitual

el empleo de ventiladores portátiles en pacientes intubados. La

principal desventaja de depender de la ventilación con ambú es que

no se controlan la ventilación minuto y el volumen de ventilación

pulmonar, lo que a veces induce hiperventilación significativa que,

según se ha demostrado, resulta perjudicial para los pacientes que

sufren una parada cardíac

a 53,80,81

o un traumatismo cranea

l 82-88

.

Manejo de la vía aérea en el nivel de SVA

La intubación endotraqueal se considera la maniobra de referencia

en el manejo prehospitalario de la vía aérea y una intervención

estándar para los médicos y paramédicos de los SMU, ya que man-

tiene definitivamente abierta la vía y protege de la aspiración del

contenido gástrico. Las diferencias con respecto a la intubación

endotraqueal estándar en quirófano son diversas. En primer lugar,

la mayor parte de las intubaciones prehospitalarias (50-70%) se

realizan a pacientes en parada cardíaca, lo que hace innecesarias la

inducción de anestesia o la relajación muscula

r 89

. La mayor parte

del resto de intubaciones en pacientes con respiración espontánea

requieren sedación o inducción de anestesia general, habitualmente

mediante ISR. Ha de prestarse especial atención a la aplicación de

una preoxigenación adecuada, ya que los enfermos en estado crítico

cuentan con reservas de oxígeno muy reducidas o nula

s 90

, así como

al mantenimiento de la estabilidad de la columna cervical en pacien-

tes que han sufrido traumatismos. La técnica recomendada a este

respecto es la laringoscopia directa oral, con intubación endotra-

queal ymantenimiento de la presión cricoidea (maniobra de Sellick).

La intubación endotraqueal sobre el terreno requiere confirmación

mediante auscultación y monitorización del CO

2

espiratorio final.

Las condiciones adversas sobre el terreno hacen que sean

frecuentes las incidencias en las intubacione

s 70 .

Cabe citar, por

ejemplo, la mayor incidencia de intentos repetidos de intubació

n 91

y de intubaciones esofágicas o endobronquiales inadvertidas. Este

tipo de contingencias afectan incluso a médicos y anestesiólogos

de SMU experimentados y se asocian a una elevada mortalida

d 71 .

Sin embargo, los médicos, y en particular los anestesiólogos con

experiencia en el manejo de la vía aérea, consiguen resultados

satisfactorios con mayor frecuencia y menores tasas de complica-

ciones en la intubación endotraqueal prehospitalari

a 92-94

.

Un significativo porcentaje de las intubaciones sobre el

terreno fallidas es debido a la falta de formación o experiencia del

operador y menos de la mitad de ellas pudieron ser remediadas

posteriormente en las unidades de urgencias mediante el uso de

bloqueadores neuromusculare

s 95 .

Dada la alta tasa de complicacio-

nes, todos los proveedores de asistencia prehospitalaria de manejo

avanzado de la vía aérea deben ser convenientemente instruidos en

el uso de procedimientos alternativos, como los citados Combitube,

King-LT y mascarillas laríngeas. Es igualmente necesaria una for-

mación específica para hacer frente a dificultades respiratorias

imprevistas, de acuerdo con las directrices internacionales conve-

nientemente adaptada

s 96-97 .

El acceso quirúrgico, por ejemplo por

cricotiroidotomía, se considera el último recurso, pero puede ser

adecuado para situaciones de riesgo vital en pacientes en los que

otras técnicas fracasa

n 98 .

Sedación, anestesia y control del dolor

en el entorno prehospitalario

La presente sección centrará su atención en las estrategias genéri-

camente aceptadas para la sedación, inducción y mantenimiento de

la anestesia y control del dolor en el ámbito prehospitalario (v. caps.

16 y 17). Se analizarán los fármacos más utilizados en este campo,

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

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